Este es otro de esos cuentos pertenecientes a la época del romanticismo alemán. Data de 1796, está escrito por uno de los mayores exponentes del movimiento, Ludwig Tieck, y contiene una sobrecogedora atmósfera fantástica y onírica. Trata sobre un caballero que vive en la comarca de Harz (Alemania), al que se le conoce habitualmente como el rubio Eckbert. Se nos describe como, y cito textualmente: (...) de unos cuarenta años de edad, de estatura mediana; su pelo rubio claro, que llevaba corto, se pegaba liso a su rostro pálido y enjuto. Vivía muy tranquilo para sí mismo y nunca se involucraba en las disputas de sus vecinos, tampoco se le veía mucho fuera de las murallas de su pequeño castillo.(...) Tanto él como su esposa, Bertha, aman la soledad, y aún no han podido tener hijo alguno. Walther es un buen amigo de Eckbert, que al comienzo del relato está de visita en casa de la pareja.
Lo más significativo del cuento son sus elementos de corte fantástico, que alcanzan su máxima expresión en cuanto comienza Bertha a contar la historia que le aconteció siendo pequeña, su encuentro con una misteriosa anciana (y al parecer, mágica) que vivía en lo profundo del bosque, acompañada de un perro y una extraña ave de llamativos colores que canta extensas canciones con voz humana, y además pone huevos que contienen piedras preciosas. Es un relato que parece beber del cuento popular, y esa es la impresión que nos da, la de un cuento de fantasía que tiene ciertos toques macabros hacia la mitad del relato. Nos habla de lo misterioso del bosque, sus profundidades, así como de la infancia o la naturaleza humana, algo que cobra más sentido en cuanto finalicemos la lectura. Cierta connotación religiosa, también al terminar su lectura.
Sin embargo, no me ha satisfecho del todo ni la resolución del relato, ni la ambientación fantástica que impregna esta pequeña obra de Tieck (alcanza las veinte páginas en la edición de Valdemar). Ante otros cuentos que he leído recientemente del mismo periodo, este es con diferencia uno de los más flojos, lo que no quiere decir que algunos lectores que lean estas líneas lo encuentren de su agrado. Con lo que sí me quedo es con su atmósfera, bastante misteriosa, así como la reacción de Eckbert en cierto momento de la historia (los que lo hayan leído lo sabrán).
Su autor, Ludwig Tieck (1773-1853) es uno de los escritores más productivos del primer romanticismo alemán, y uno de los más ilustrados. De prolífica bibliografía, entre cuentos y novelas, dramas y ensayos, se hizo a su vez famoso por sus traducciones de Shakespeare y una edición al alemán de El Quijote de Miguel de Cervantes. Intercambió ideas con filósofos y literatos como Schelling o Schlegel, fue influido en un principio por Goethe, y es considerado como el autor del primer relato de vampiros del romanticismo. Se inspiró en el folklore alemán, cultivó mucho más tarde la novela histórica, y en el teatro despuntó por sus versiones satíricas de diversos cuentos de hadas.
El rubio Eckbert puede encontrarse en una edición de Oñaleta que data de 1987, de treinta páginas, que tiene otro relato del autor, El Runenberg. También en una edición de Alfaguara, Lo superfluo y otras historias (1987). Una de las más recientes, para los interesados en este y en otras historias propias de la época, conviene acercarse una vez más a Cuentos Fantásticos del Romanticismo Alemán, edición de Valdemar (2008), que además contiene otro relato del autor titulado El Monte de las Runas (llamado “El Runenberg” en la edición de Oñaleta). Pero Aún así hay otra edición más nueva, pero no tan extensa como la de Valdemar: Cuentos Fantásticos (2009), de Nórdica Libros. Me consta que El rubio Eckbert ("Der Blonde Eckbert" en el original) ha tenido multitud de adaptaciones teatrales y operísticas recientes.
2 comentarios
Pues de Tieck aún no he leído nada. En una antología que cogí una vez de la biblioteca venía un relato suyo, pero al final no tuve ganas de leerlo. Estaría bien tener el de Nórdica Libros.
Jo, últimamente, con tantas reseñas del romanticismo alemán me están entrando unas ganas... :)
A lo mejor se trataba de "El rubio Eckbert" o de "El monte de las runas", quien sabe. xD
Aún me faltan por escribir tres o cuatro reseñas de este periodo, las que vienen en el libro que estoy leyendo, jeje.
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.