Nominada a los Premios Eisner de 2008, a la mejor serie limitada y a la mejor colorista, Ronda Pattinson, Atomic Robo nos cuenta las aventuras de un pintoresco robot atómico, cuya personalidad totalmente independiente le confiere la capacidad de tomar decisiones por sí mismo, tener un sentido del humor francamente peculiar, y resolver los problemas a los que se enfrenta de la manera más pragmática imaginable, que suele ser haciendo volar algo por los aires. Una serie de cómic americano publicada originalmente por Red 5 Comics, cuya primera serie limitada se recoge en este primer volumen publicado por Norma Editorial, Atomic Robo y los Científicos de Acción de Tesladyne. También viene incluido al final un compendio de historietas complementarias realizadas por otros autores, que sirven para apoyar un poco las aventuras vividas por el robot en este primer tomo.
Se trata de un conjunto de aventuras con un tono pulp muy evidente, realizadas sin otro propósito más que el de entretener y hacer pasar un rato agradable y divertido. Son de planteamiento sencillo y directo, con un guión de Brian Clevinger, al igual que la parte artística, que corre a cargo del dibujante Scott Wegener y la colorista Ronda Pattinson (sin su trabajo no sería lo mismo), de estilo algo minimalista y muy cartoon, lo que en ocasiones nos hará pensar que estamos viendo una serie de dibujos animados moderna, sobre todo por lo que respecta a la representación de los seres humanos. Ese toque tan particular haremos que recordemos la serie de manera inmediata.
Ejemplos de aventuras incluyen enfrentamientos con hormigas gigantes, una pirámide que se desplaza de manera misteriosa por las arenas de Egipto, o la conquista de Marte por parte de Atomic Robo, en uno de los trabajos colaborativos con la NASA (mi parte preferida junto a la de la pirámide). Hasta sale Carl Sagan, que es amigo de Atomic Robo, y en ocasiones le aconseja sobre temas científicos o astronómicos. Entre estas aventuras se nos irán dando pequeñas dosis de la electrizante personalidad de Atomic Robo, tanto su parte humorística, como su lado más propio de ser humano, pues no es un robot carente de sentimientos.
Atomic Robo fue creado por Nikola Tesla en 1923, en pleno periodo de entreguerras, cuando el régimen nazi del Tercer Reich aún estaba por llegar. Aquí es donde más se puede apreciar el carácter pulp de la serie, pues aparte de las aventuras sobrenaturales o paranormales a las que se enfrenta Atomic Robo con los científicos (armas en mano) de Industrias Tesladyne (fundadas por su creador, claro), también habrá recuerdos de la Segunda Guerra Mundial, donde Atomic Robo tuvo una importante participación (algo que se verá en el siguiente volumen, Los Perros de la Guerra), de donde aún quedan ciertos remanentes, como bien ejemplifica su archienemigo surgido de aquella convulsa época, el Barón Heinrich von Helsingard. Un científico nazi que buscó ganar la inmortalidad mediante uno de sus viscerales experimentos. Y es que a ningún tipo héroe le falta su correspondiente archinémesis.
Me ha parecido una serie muy refrescante, y que en cierto modo me recuerda bastante a la creación de Mike Mignola, "Hellboy". Es divertida, entretenida, y que seguro nos deparará muchos más momentos memorables. Lástima que este primer volumen se sea enseguida, porque aunque sus 180 páginas darían para mucho, la parte artística y la brevedad de los diálogos, unidos a una buena cantidad de secuencias de acción, hacen que el cómic se devore en menos que canta un gallo. Aún así, mece la pena echarle un ojo.
Título Original: Atomic Robo & the Fightin' Scientists of Tesladyne / Editorial: Norma Editorial. / Formato: Rústica, 184 pág. /Año: 2010. / Precio: 16 euros / Traducción: -.
2 comentarios
Pues si que es antigua la serie, no tenía ni idea.
La verdad es que no me llamaba mucho la atención, pero por tu reseña me ha picado la curiosidad. Parecen chulas las aventuras que citas.
Sí, aunque la serie es de 2007, que salió como limitada, pero visto el éxito decidieron continuar. Luego fue premiada en 2008.
Las aventuras son divertidas y entretenidas. No son el culmen de la elaboración, ni tampoco plantea grandes temas complejos, pero tienen un toque de frescura interesante. xD
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.