Reseña de la novela de Tim Powers donde las costumbres piratas, los combates navales y las maldiciones vudú se dan cita en este clásico de la literatura fantástica que ha inspirado la saga de videojuegos Monkey Island o la película Piratas del Caribe: En mareas misteriosas.
En costas extrañas es una de las novelas que lleva en el punto de mira del
fandom desde bastantes años, curiosamente desde que comenzara a agotarse en
Ediciones Gigamesh, y gracias en parte al estreno de la cuarta película de la franquicia "Piratas del Caribe". Escrita por por
Tim Powers a finales de los años ochenta, se trata de una historia de hechicería, fantasía y piratas. En un Hollywood que está cada vez más falto de ideas, que tira en muchas ocasiones (por no decir casi siempre) de exitosas novelas, cómics o videojuegos que plasmar en celuloide, no iba a ser menos con la cuarta entrega de los piratas de Disney, la cual toma como título parte del nombre original de la novela (
En mareas misteriosas, On Stranger Tides) y la premisa inicial de esta para lanzar a la aventura a Jack Sparrow y compañía. Qué decir de Tim Powers, un
autor consagrado dentro de la literatura fantástica gracias a sus completas tramas donde se entretejen lo oculto, la magia, la historia y la aventura, haciendo hincapié en la fantasía. Primero publicada por Martínez Roca en los noventa (dentro de la colección "Gran Fantasy"), reeditada posteriormente en 2001, originalmente con una portada de
Enrique Corominas distinta a la que hoy se muestra en las librerías, y donde se aprecia a un peligroso
Edward Teach, alias
Barbanegra, con la barba poblada de mechas ardiendo en una ilustración que indica a las claras lo que podemos encontrar entre las páginas de la novela.
En costas extrañas es el viaje iniciático del hijo de un titiritero,
John Chandagnac, inocente, incapaz y poco desenvuelto que, conforme va transcurriendo la trama de la novela, va haciéndose un nombre gracias a su transformación en el pirata
Jack Shandy, en parte por haber conocido a la bella dama de turno,
Elizabeth Hurwood, y a su forzada unión como pirata en la tripulación de un barco que asaltó el suyo de camino al Nuevo Mundo. Pero esa unión no va a estar salpicada únicamente de piratas, de bebedores de
grog, de alientos malolientes o de bruscos modales, sino que hay algo más, como en todas las novelas de Tim Powers. En este caso, una trama de fondo que Jack Shandy deberá resolver, y que incluye herencias y ritos vudú en lo que es sin duda el toque mágico de
En costas extrañas. Una
magia que se convierte en uno de los puntos fuertes de la novela, al principio sin que el lector sepa de qué se trata (un recurso habitual del escritor, como hizo unos años antes en
Las puertas de Anubis), pero que poco a poco va atando cabos y uniendo piezas. Es incluso recomendable una relectura para captar esos matices que en un principio nos pueden pasar desapercibidos.
“Una lectura obligada que los fans de la aventura y la fantasía no deben ignorar”
Tim Powers es autor de varias novelas que a día de hoy se consideran auténticos clásicos de la literatura fantástica, a ejemplos como
Las puertas de Anubis (1983) o
La fuerza de su mirada (1989)
me refiero, sin olvidar su primera novela publicada,
Esencia oscura (1979). El estilo del autor es esta novela de piratas peca en ocasiones de ser algo denso (algo que no ocurre en, por ejemplo,
Las puertas de Anubis), sus escenas de acción están detalladas hasta el extremo (en todo momento conocemos la situación de tal o cual elemento de la secuencia), y el texto está cuajado de un completismo que, sin dejar de ser un rápido pasapáginas que nos hace querer seguir descubriendo la trama tras el cambio de hoja, puede provocar la urgente sensación de «querer desconectar un rato» en vista de la cantidad de detalles por párrafo, y eso que Powers tiene una forma de escribir que a mi personalmente me parece muy instructiva. En el caso de
En costas extrañas, se traduce en una excelente aportación de temas náuticos, componentes de un barco, costumbres piratas y otros datos que sin duda hacen de esta novela
una obligada elección para quien guste de las buenas historias de piratas que reúnan los clásicos elementos que las definen, pero con el aporte de la dosis fantástica. Que a nadie le sorprenda el ver a dos hechiceros vestidos a la moda del siglo XVII elevándose en el aire y lanzando poderosos conjuros el uno contra el otro, o incluso misteriosas palabras vudú grabadas en los picos de los pollos muertos. Como tampoco debemos extrañarnos que la Fuente de la Vida sea pura realidad entre las páginas de
En costas extrañas, ni que las aspiraciones de Barbanegra puedan corresponderse con las del personaje histórico; tan sólo el mar sabe a ciencia cierta la verdad que se oculta tras la historia de ciertos piratas.
La única pega que le podría poner a la novela es que de las dos veces que ha caído en mis voraces redes lectoras, su final no me ha parecido nada del otro mundo. He atisbado cierto grado de precipitación que de no ser así estaríamos hablando de un novela mucho más redonda. Es posible que ese final del que hablo no me haya satisfecho en ninguna de las ocasiones por el hecho de que el autor nos llevaba preparando para una conclusión que en mi humilde opinión no está a la altura de lo propuesto, algo que se hubiera arreglado quizá con añadirle cincuenta páginas más a la novela, o incluso una secuela. Pero posiblemente se trate tan sólo de una percepción mía, y a otros lectores les haya parecido una excelente muestra de un final redondo, completo y a la altura de las circunstancias.
En cualquiera de los casos, esta novela de piratas es una lectura obligada que los fans de la aventura y la fantasía no deben ignorar pese a sus adversidades –y que sus virtudes eclipsan–. Es además de sobras por todos conocido el hecho de que la famosa saga de videojuegos Monkey Island ha sido inspirada enormemente por esta novela. Su creador, Ron Gilbert, así lo afirmó en varias entrevistas, aunque la versión oficial es que las aventuras de Guybrush Threepwood están sacadas de la atracción de Disney de "Piratas del Caribe". Tanto da que da lo mismo, es un círculo que cae en una sinergia alimentada por tres obras que nos ha hecho pasar pasar buenos momentos, aludiendo todas ellas a la mayor aventura de piratas de la historia: el clásico de Robert Louis Stevenson, La isla del tesoro.
Ventajas
Una trama de piratas, fantasía y aventuras, enfocada hacia los seguidores de todos esos géneros.
Las novelas de Tim Powers siempre tienen un «aquel» que las hace atractivas, en este caso los piratas y el vudú.
Un clásico de la literatura fantástica moderna que ha inspirado otras obras de soportes distintos como los videojuegos de Monkey Island o las películas de Piratas del Caribe.
La integración de la magia y los ritos vudú en la trama.
La habilidad del escritor para introducir detalles históricos o de costumbres.
Desventajas
5 comentarios
La verdad es que empecé el libro y lo aparqué. No es por la historia, sino por el estilo de Powers. Las descripciones detalladas, pero detalladas al por menor, me desquician un poco y soy más de texto dialogado.
Pero no abandono la toalla. Lo retomaré más adelante. "La fuerza de su mirada" también me costó lo suyo leérmelo, pero me pareció una gran revisitación del mito del vampiro.
Gran reseña :)
Otro clasicazo de Tim Powers. Muy recomendable, como mínimo.
Como casi todo lo que se editó en aquella mítica colección Gran Fantasy.
Le he tenido entre las manos varias veces, pero siempre he terminado descartándolo por otras lecturas. Intentaré hacerle un hueco próximamente.
Saludos.
Pues sí, un clasicazo. Yo reconozco que la primera vez que lo leí me pasó lo mismo que a Eilonwy, lo dejé a la mitad, pero un día volví a decidirme y tras terminarlo fue una lectura muy edificante. ¿Que hay novelas mejores? Pues puede ser, pero de fantasía y piratas de seguro que no.
Sobrasada, si te gusta el tema no dudes en hacerte con ella!
A mi me pasó algo parecido a lo que habéis dicho algunos por aquí. Inicialmente me costó mucho trabajo leer el libro porque en realidad era una lectura muy densa. Bastante espesa. Tanto, que leer una página requería de toda mi concentración en una época en la que precisamente eso era algo que me escaseaba como a un pez le falta el aire fuera del agua. Sin embargo perseveré, y me descubrí a mi misma avanzando a ritmo constante y sin pausa a partir de la mitad del libro derechita hacia el final. Me encantó. Lo considero uno de los clásicos que hay que leer si o si. ^^
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.