La última novela de Diana Wynne Jones vuelve a reunir una vez más varios de los motivos que definen su obra. Esto es, tenemos a un poderoso mago, Jocelyn Brandon, que lega todo su territorio incluyendo su casa, a su nieto, el profesor Andrew Hope; una despierta y guapa muchacha, Stashe, que adoptará el papel de "secretaria" de Andrew; un niño huérfano, Aidan Cain, que huye de unas misteriosas criaturas que le persiguen, momento en que se refugiará en ese lugar de sosiego que es la antigua casa de Jocelyn: Melstone House. Una vez más, la británica Wynne Jones pretende dar un enfoque especial al tipo de casa mágica que puebla muchas novelas de fantasía juvenil, convirtiéndose en parte central del relato por ser el lugar donde ocurre la mayoría de escenas. Además, en la puerta de la cocina de dicha casa (y en algún lugar secreto que no revelaré), se haya una preciosa vidriera que parece tener ciertas propiedades alternativas. Cristal Embrujado lo edita Nocturna Ediciones en su habitual sección de "Literatura Mágica", con una excelente portada a modo de vidriera que reúne muchos de los elementos que podemos encontrar en sus páginas.
Esta novela de Cristal Embrujado es como un dulce, que en el momento en que lo saboreas no te suelta hasta ir desgranando los diversos "misterios" que la novela encierra. Pocas veces una novela juvenil reúne tanta magia entre sus páginas, pero ojo, no se trata de una magia basada en poderosos hechiceros que convocan bolas de fuego con sus manos desnudas, sino de un tipo de magia más sutil, mucho más mundana. Podríamos estar hablando de un tipo de magia que se acerca mucho a la que podemos ver en el universo creado por la escritora J.K. Rowling para los libros de Harry Potter, pero en menor cantidad. Incluso ambas historias tienen lugar en nuestro mundo real, lejos ambientes pseudo-medievales, aunque Cristal Embrujado opta más por la campiña inglesa, los bosques, los ríos, más que la ciudad propiamente dicha.
El humor es una parte fundamental del libro, plagado de constantes referencias que nos harán sacar una sonrisa a más de uno y de una. Las repetidas discusiones entre la ama de llaves de Andrew, la irritante señora Stock (¡más coliflor con queso no, por favor!) o las constantes montañas de vegetales que todas las mañanas deja el señor Stock en la mesa de la cocina, demasiado "hiperabonados" como para competir en la feria que se celebra todos los años. Aunque no lo explica, a lo largo del libro nos daremos cuenta del porqué ambos sirvientes tienen el mismo apellido (aparte de la casualidad), un concepto que personalmente ha sido bastante de mi agrado una vez nos planteamos su función en el relato, porque una de las cosas que también definen a Cristal Embrujado es que las revelaciones las va haciendo la autora con cuentagotas, enseñándonos poco a poco el funcionamiento de la magia, y como también nos daremos cuenta, todos ellos saben que existe y no les sorprende en absoluto. Además, la novela, aparte de contar con un niño como co-protagonista (algo habitual en literatura juvenil e infantil), también tiene a un adulto como conductor del relato, desviándose la autora un poco de los tópicos de siempre, pues aunque Andrew es joven, proviene del mundo académico y su vida de niño hace tiempo que pasó de largo.
Otro de los aciertos es el focalizar el tema de la casa mágica como punto central de la narración, haciendo una vez más de un objeto común, sutilmente mágico, como ocurría en la tercera parte de "El Castillo Ambulante": La Casa de los Mil Pasillos (clic para una reseña). Sin embargo, debo decir en defensa de Cristal Embrujado, que esta novela me parece mucho mejor que aquella, por sus personajes, por la manera en que la autora nos cuenta la historia, y en definitiva, porque puede leerse de manera totalmente independiente sin necesidad de conocer algún que otro dato previo. Aparte de que la casa de Cristal Embrujado no es tan caótica, ni un objeto mágico en sí mismo tan evidente como puede serlo Melstone House. Son dos cosas bastante diferentes entre ellas.
Pero aún así la novela tiene ciertos defectos que saltan claramente a la vista en cuanto cerramos sus tapas tras finalizar la lectura. El primero de ellos es que su final es demasiado precipitado, como ha sido comentado en varias ocasiones y en distintos lugares de internet. Aunque todo queda más que bien atado y explicado, no hubiera estado de más un par de páginas adicionales a modo de épilogo en lugar de un corte ciertamente brusco. El segundo es que su título, Cristal Embrujado, sí, hace una referencia a la citada cristalera de colores que se halla en la cocina de Melstone House, pero a muchos lectores les parecerá que su peso en la historia tiene una relevancia muy poco clara, y que queda diluido en favor de otros conceptos sobre el que la autora sí se extiende más, como por ejemplo el tema del Área de Responsabilidad. Aún así, se trata de un detalle muy menor y el tema de la cristalera me parece sumamente original y atractivo, ideal para que nos imaginemos nuestra propia realidad sobre tal cosa.
En definitiva, Cristal Embrujado, pese a sus ligeros defectos ya nombrados, no influyen para nada en que los lectores aficionados a la literatura fantástica para jóvenes tengan en cuenta la lectura de esta deliciosa novela que tiene ecos de El Sueño de una Noche de Verano de Shakespeare. No diré las referencias para no estropear la sorpresa, pero en conjunto, la novela es plenamente disfrutable, pues se trata de una lectura independiente, cosa que agradará sobre todo a los que no quieran depender de interminables sagas juveniles, ya acabadas o aún por escribir. Además, posee algunos guiños para lectores algo más crecidos, por lo que una vez más se trata de una lectura para todos los públicos, y el humor siempre será universal en mayor o menor medida. No es una novela de grandes acontecimientos, sino que opta más por la cotidianeidad en las pequeñas acciones, en la amistad y en la afabilidad de sus personajes.
Ventajas:
-Lectura de fácil asimilación, muy divertida y engancha como pocas en pos de las diferentes revelaciones que la autora va desgranando.
-La magia es sutil y está perfectamente insertada en la trama.
-Los personajes tienen mucho carácter, te identificas con ellos enseguida.
Desventajas:
-La referencia del título no está del todo aprovechada. Falta un mayor balance entre la cristalera y el resto de elementos.
-Un final demasiado brusco y algo precipitado.
-Que ahora que la autora ya no está entre nosotros, no pueda haber más novelas como esta.
2 comentarios
¡Muy buena reseña!
A mí no me llama demasiado la atención, pero la portada me gusta muchísimo :D
¡Gracias! Ya sabes, si algún día te da por leer fantasía juvenil para desconectar un poco de lecturas más densas, esta puede ser una buena opción.
La portada mola sí, más simbólica que no la americana que pongo en la reseña. La inglesa también es una vidriera, más simple, pero enseña a más personajes.
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.