"La verdad os hará libres", suele decir el dicho en
Ankh-Morpork, pero nada más lejos de la realidad, si no que se lo digan a
William de Worde, un prometedor joven que se dedica al noble arte de la escritura (cartas, envíos de información, nada demasiado relevante), hasta que un grupo de enanos llega a la ciudad arrastrando una imponente imprenta que es capaz de producir impresiones en masa en menos de lo que canta un gallo. Es entonces cuando William adquiere la plena libertad de escribir lo que quiera –o lo que la gente espera leer–, de publicar lo que se cuece en Ankh-Morpork –lo cual es mucho, en todos los aspectos–, se convierte en lo que siempre ha querido ser. Pero la libertad tiene un precio y cierto tipo de responsabilidad personal, porque algo se está cociendo de veras en los entresijos de la ciudad, una conspiración contra el mismísimo Patricio en persona porque parece que los poderosos no desean que siga en el cargo con su relativa tiranía. Es entonces cuando el joven De Worde inventa sin quererlo ni beberlo–quizá deberíamos decir descubre–
el periodismo en Ankh-Morpork. Es el poder de la palabra escrita.
"Una de las mejores novelas de la serie que tendremos el placer de leer"
Como novela independiente, uno puede lanzarse a la lectura de
La Verdad sin haber leído previamente nada de Mundodisco, aunque no estaría de más ciertas lecturas anteriores para conocer a fondo algunos detalles que hacen de esta novela algo más que una mera lectura independiente. Para empezar,
La Verdad es una de esas novelas que tratan sobre algún avance tecnológico como ocurre con
Imágenes en acción o
El quinto elefante, por lo que es recomendable por lo menos leer esta última, precisamente por sus menciones a las torres de clacs y a los enanos de
La Verdad. Puestos a ello, también sería interesante leer
Imágenes en acción por la aparición de
Gaspode, el perro parlante. En segundo lugar, por sus páginas deambulan algunos personajes secundarios que hacen acto de aparición en otras novelas. Pese a que los magos de la Universidad Invisible salen brevemente al inicio de la novela, el más significativo es el papel que juega
La Guardia en la trama de la misma, que de tal magnitud urbana no podía faltar, y aunque sea totalmente secundario,
Sam Vimes,
Zanahoria y
Angua están ahí en algunos momentos, como también lo está
Y-Voy-A-La-Ruina-Escurridizo.
El personaje principal, William de Worde, así como los enanos, su secretaria, el vampiro
Otto (personaje que no tiene desperdicio alguno) y el genial par de matones (el señor
Alfiler y el señor
Tulipán), son totalmente nuevos para la ocasión, lo que hace que
La Verdad tenga un plantel de personajes imprescindible. Su protagonista, el joven William, está más desarrollado que de costumbre en comparación con otros personajes protagonistas en una novela de Mundodisco. Podemos palpar su evolución a lo largo de toda la novela, un personaje que merecería la pena recuperar en posteriores entregas de la serie. Lo mismo ocurre con el tono humorístico y villanil que se ve personalizado en el par de matones que mencionamos, el señor Alfiler (el cerebro del equipo) y el señor Tulipán (la fuerza bruta). Según podemos leer en las anotaciones de Terry Pratchett sobre la novela en
La Concha de Gran A'tuin, el autor aclara la verdad sobre el origen de la pareja, aunque debo reconocer que en el momento de la aparición del par de matones pensé inmediatamente en el Croup y Vandemar del
Neverwhere de Neil Gaiman. Mi cerebro relacionó enseguida tanto su aspecto como su forma de comportarse, aunque también está la mención a
Pulp Fiction.
Pero el fuerte de la novela, que sumado a los interesantes personajes, los perfectos diálogos, los cortes cinematográficos, etcétera, es el tono sarcástico e irónico de todo el conjunto y la parodia o crítica hacia la prensa amarilla, en relación a la disputa que se originó a finales del siglo XIX entre los dos grandes periódicos del momento: el
New York Journal (propiedad de William Randolph Hearst) y el
New York World (de Joseph Pulitzer). Ambos fueron acusados de exagerar sus noticias con el fin de conseguir una mayor cantidad de ventas y de lectores. Además, el término "prensa amarilla" se popularizó gracias a la aparición de la primera tira cómica destacada por usar bocadillos para las frases que emitían los personajes. El protagonista de esta tira,
Hogan's Alley, se llamaba Yellow Kid, y se comunicaba (hubiera o no bocadillos) con una serie de textos que aparecían en su camisa de color amarillo. La contrapartida de esos periódicos en Ankh-Morpork son nada más y nada menos que el
Ankh-Morpork Inquirer y el
Ankh-Morpork Times.
Es por eso que
La Verdad de Terry Pratchett es a la vez
un documento altamente imaginativo que muestra una época crucial para el desarrollo de la prensa moderna, a la vez que una historia de fantasía con base real, que en lugar de neoyorquinos y currantes de máquinas de imprenta, tenemos a morpokianos y enanos vestidos de cuero y malla que se desenvuelven en la imprenta como si hubieran nacido con ella bajo el brazo. Pratchett, por otra parte, no escatima en ofrecer de nuevo su propia visión del racismo en versión Mundodisco, como ha venido haciendo hasta ahora con otras novelas de la serie. Para más información recomiendo la lectura de
El quinto elefante, tanto por ser un tratado sobre los enanos del Mundodisco como por ser una novela también imprescindible y protagonizada por La Guardia. En definitiva,
La Verdad es
una de las mejores novelas de la serie que tendremos el placer de leer. Por si acaso no lo habéis hecho, ya estáis tardando en hacerlo.
Información adicional
Fantasía Literatura Novela
La Verdad.
(The Truth).
Traducción de Javier Calvo.
Plaza & Janés, enero de 2009 / Debolsillo, octubre de 2010.
392 páginas.
Disponible en ebook.
17,90 € (rústica con solapas), 8,95 € (electrónico).
La XXV novela del Mundodisco.
por Loren Sparrow
junio 29, 2011
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.