Título original: Iron Man 267-275 USA (The Dragon Seed Saga).
Edición: 216 págs. Panini Cómics, col. "Marvel Héroes" nº35, diciembre 2011.
Precio: 9,99€.
Traducción: Gonzalo Quesada.
Temática: Fantasía, ciencia-ficción, superhéroes.
Correlación: Segunda parte y conclusión de Iron Man: La 2ª Guerra de las Armaduras.
Iron Man: La Semilla del Dragón nos plantea un tema clásico en esta etapa del Vengador: el enfrentamiento entre magia y tecnología. Por encima de todo, El Mandarín extrae su poder de diez misteriosos anillos mágicos que le confieren unas capacidades sobrehumanas, un poder místico que, pese a no conseguir desarrollar todo su potencial debido a las limitaciones humanas del personaje, estas rivalizarían con los magos más poderosos del Universo Marvel. Por otro lado, Iron Man vive dentro de su armadura (al igual que en los números anteriores), ingenio tecnológico del que extrae su fuerza y su popularidad, sobre todo ahora gracias a su débil condición física (para saber más sobre esto, leer Iron Man: La 2ª Guerra de las Armaduras). Magia y tecnología, misticismo contra ciencia, una lucha eterna que lleva enfrentando a la humanidad desde hace milenios, uno de esos temas universales que sigue, y seguirá estando de moda en cualquier historia de ficción.
El tebeo, como muy bien indica Julián M. Clemente en la introducción al volumen (todos los prólogos a las ediciones de "Marvel Héroes" son una excelente dosis de información anticipada), nos explica los orígenes de Iron Man, la diferencia de estos respecto a la primera película de Jon Favreau (protagonizada por Robert Downey Jr.), en el que la captura del personaje fue a manos de los guerrilleros árabes en lugar de los originales, los chinos comunistas. Dos versiones diferentes que se van adecuando a los tiempos en que la historia se nos es contada. De nada serviría que hoy día la cinta de Jon Favreau recogiese ese origen en que Iron Man surgiera por vez primera en esa arcaica armadura liándose a tiros contra los comunistas chinos en plena jungla.
Pero no sólo se nos ofrece un vistazo a los orígenes del personaje principal que da nombre a la serie, sino que también echaremos un ojo al pasado de El Mandarín, su némesis. La procedencia de sus anillos rebosantes de magia, los medios mediante los cuales se hizo con ellos, pero también la misteriosa revelación, y por tanto, orígenes, de ese escuchimizado sabio oriental que se hace llamar Chen Hsu. Hasta sabremos de dónde proviene Fin Fang Foom, haciendo de Iron Man: La Semilla del Dragon un completo pasatiempo, rebosante de fantasía, toques de ciencia-ficción, y sobre todo, repleto de acción. Aunque la breve línea argumental incluida de Viuda Negra queda inconclusa hasta nuevo aviso (sin echar por tierra en absoluto el disfrute del tomo), se nos deja claros muchos de los interrogantes abiertos durante Iron Man: La 2ª Guerra de las Armaduras, por lo que se convierte en una lectura recomendable si disfrutamos en su momento con aquel. Por el contrario, si los tebeos de los años ochenta no es lo nuestro, mejor mirar para otro lado, aunque como siempre, nos estaremos perdiendo un pequeño trozo de la historia de los tebeos. Como diría Bilbo Bolsón en una ocasión (en relación al título de uno de los números incluidos en el volumen): "Aquí hay dragones" (Here There Be Dragons).
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.