Título original: The Throne of Fire.
Edición: 416 págs. Montena, col. “Serie Infinita”, marzo 2012.
Precio: 15,95 €.
Traducción: Manuel Viciano Delibano.
Temática: Histórica, fantasía, aventuras, viajes.
Correlación: Segundo libro de la trilogía “Las Crónicas de Kane” tras La Pirámide Roja.
“Escuchad. No tenemos mucho tiempo para hacer introducciones largas. Tengo que contar esta historia o moriremos todos”. Las cosas se complican para Sadie y Carter en esta nueva entrega de “Las Crónicas de Kane”, no es para menos. Una panda de dioses egipcios andan sueltos por las calles de Brooklyn, un grupo de magos pertenecientes a la Casa de la Vida intentan detenerlos y el dios Apofis tiene la imperiosa necesidad de merendarse el sol y destruir el mundo. ¡Ahí es nada!
En
El Trono de Fuego los hermanos Kane son conscientes de la responsabilidad contraída por ser quiénes son y lo que se espera de ellos (ver la reseña de
La Pirámide Roja). Además, no todos los magos están conformes con el resultado de su anterior aventura. Las cosas se complican cuando
Apofis,
Señor del Caos, comienza a liberarse y los protectores de Sadie y Carter,
Isis y
Horus, ambiciosos a la par que poderosos, no consideran necesario despertar a
Ra, decrépito y anciano
Señor del Orden,
para que continúe su milenaria batalla contra
Apofis. Además, en esta segunda aventura contrarreloj, los hermanos Kane no van a estar solos. Su llamada a lo largo del globo les ha traído ayuda y varios jóvenes, descendientes de las estirpes de los faraones, se unen a su causa en su cuartel general en Brooklyn. Y es que, como indica Carter, Manhattan tiene otros problemas…
“Miré hacia Manhattan, al otro lado del río. Desde la terraza tenía una vista estupenda. Cuando Sadie y yo llegamos a la Casa de Brooklyn, Amos nos dijo que los magos procuraban apartarse de Manhattan. Que Manhattan tenía otros propios problemas aunque no nos explicó cuáles. Y a veces, cuando miraba en aquella dirección, podría haber jurado que veía cosas. Sadie siempre se reía cuando sacaba el tema, pero una vez me pareció que había un caballo volador…”
Guiños a parte de Percy Jackson y los Dioses del Olimpo, en El Trono de Fuego encontramos la misma estructura en forma de transcripción de audio que en el libro anterior, alternando el punto de vista de Sadie y Carter. Y qué queréis que os diga, superado el primer tomo, más introductorio, lo que encontramos aquí es más acción, más humor, más misterios, más personajes, más pruebas infranqueables y por supuesto, más romance. ¿Qué sería de un libro juvenil sin esas dosis de romanticismo entre humanos, dioses, zarigüeyas y wombats?
Hay un personaje secundario que no puedo dejar de nombrar ya que sus apariciones han sido estelares y desternillantes. Me refiero a Bes, el dios egipcio de los enanos. En mi humilde opinión, este personaje se merece un libro para él solito. Feo hasta la avaricia, orgulloso de serlo, socarrón e irónico, Bes tiene una escena impagable con un bañador tipo slip marca Speedo, unas letras en salva sea la parte anunciando “Orgullo Enano” y una onda de fealdad esparciéndose por todo el río Támesis con la intensidad de un tiro de mortero… ¡Inenarrable! ¡No hay escena que no protagonice que no sea capaz de sacarte una carcajada!
Siguiendo con la edición del libro, tengo que decir que
Montena ha hecho un trabajo impresionante. Ni una errata, ni un mal giro o una traducción forzada, papel de gramaje adecuado, letra cómoda e interlineado más que suficiente para que los renglones no se apelotonen en franca rebeldía. Además, al final del libro tenemos un glosario con los principales dioses egipcios que salen en la novela, algunos jeroglíficos y, como siempre, la desternillante lista de capítulos del libro. No hay nada que motive más para seguir leyendo que sonreír con los ocurrentes títulos que Riordan les pone a cada uno de los capítulos…
En definitiva, poco más me queda por decir sin meterme en el pantanoso terreno del
spoiler, salvo volver a enumerar todas y cada una de las virtudes de la novela.
El Trono de Fuego es un libro divertidísimo, ágil, muy bien escrito, imaginativo, sin tiempos muertos y muy en la línea de Rick Riordan, y que sigue, con inusual acierto, la línea abierta en el libro anterior. Si
La Pirámide Roja fue bastante introductoria y ya nos dejaba saborear las mieles de la verdadera aventura y diversión que ha supuesto
El Trono de Fuego, la pregunta que me viene a la cabeza ahora es: ¿Qué le deparará la
duat a Sadie y Carter en
La Sombra de la Serpiente, última entrega de “Las Crónicas de los Kane”? ¡Quién sabe! Con Rick Riordan todo es posible y lo peor de todo es que voy a tener que esperar hasta octubre para averiguarlo. ¡Argh! Adiós a mis uñas... De momento, y si tenéis más interes, podéis acercaros a la
WIKIA "The Chronicles of Kane", en inglés.
por Eilonwy
mayo 14, 2012
2 comentarios
Prometen mucho estas aventuras arqueológicas con dioses egipcios... ¿Se atreverán a hacer película una vez adaptada la primera entrega de las novelas de Percy Jackson? Puede que cuando salgan en bolsillo me haga con ellas, siguiendo la recomendación.
Rick Riordan es el genio del siglo.
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.