Título original: Wonderstruck.
Edición: 640 págs. SM, octubre 2012.
Precio: 19,95 €.
Disponible en ebook: No.
Traducción: Ana Isabel Hernández de Deza.
Temática: Aventuras, ilustración.
Correlación: Independiente.
Tal vez sea algo muy obvio y fácil; además me veo en la obligación de pedirles mis más sinceras disculpas por adelantado por la redundancia que voy a escribir a continuación, pero Maravillas de Brian Selznick es sencillamente maravilloso.
En 2007, este autor norteamericano ya dejó boquiabierto al mundo con la publicación de la sublime La invención de Hugo Cabret. ¿Qué contenía este libro para ser tan especial? Bien, la fórmula mágica empleada por Selznick fue escribir la novela y a su vez ilustrarla. Compuso una historia ambientada en la estación de tren de un París de hace décadas en la que, escondido en los recovecos menos imaginables, su protagonista iba pista tras pista descubriendo los secretos relacionados con un autómata perteneciente a su difunto padre y una historia del pasado, para culminar en todo un homenaje al gran maestro del cine George Meliès y al séptimo arte en general. Para quitarse el sombrero, no solo por la historia, sino sobre todo por esos fantásticos dibujos hechos por el mismo autor a lápiz y carboncillo que se alternaban e intercalaban entre las páginas para sustituir a las letras y literalmente, visionar la historia que se nos estaba narrando. No se le podía hacer un mejor homenaje al cine.
Tan cierto es lo que digo como que el mismísimo director Martin Scorsese se quedó pasmado al verlo-leerlo y no pudo evitar llevarlo a la gran pantalla, convirtiéndola en la que es para mí hasta la fecha y junto con Tintín y el Secreto del Unicornio, la mejor película rodada en 3D. Si bien recuerdan, en la pasada edición de los premios Oscar, Hugo –pues así se llamó finalmente la cinta para abreviar y hacerla más comercial si cabe– estuvo nominada nada más y nada menos que a 11 premios, consiguiendo ganar finalmente 5, todos ellos técnicos, pues nada pudo hacer contra el ya clásico moderno The Artist.
Cinco años después de su anterior libro, Brian Selznick vuelve con
Maravillas. De nuevo tenemos en nuestras manos otro voluminoso tomo de casi setecientas páginas. Al contrario que
La invención de Hugo Cabret, el cual tenía una atrayente portada casi mecánica que te invitaba a cogerlo y ojearlo, que te llamaba pese a su tamaño (que para muchos echaba para atrás), y te vendía ese ticket para comenzar su visionado, en
Maravillas observamos una portada muchísimo más simple. Colores azules, un rayo que cae y el
skyline de una ciudad como único complemento, todo esto con el título bien presente. Tímidamente asoma esa obligatoria referencia para los más rezagados que nos recuerda quién es y qué ha escrito ya Selznick.
La fórmula utilizada es básicamente la misma, pero con algunas diferencias. Nada que objetar de las nuevas ilustraciones, siguen siendo tan buenas como las de Hugo; la diferencia ésta vez la vamos a encontrar las formas. Selznick ha querido dar una nueva vuelta de tuerca a su forma de narrar de manera que Maravillas nos va a contar dos historias paralelas, una a través del texto y la otra únicamente a través de los dibujos. Entremos un poco más en detalles: Maravillas cuenta la historia de Ben, un niño huérfano que vive en Minnesota en 1977 y que después de una serie de descubrimientos emprenderá una búsqueda para tratar de encontrar a su desconocido padre. Ésta historia se irá intercalando y alternando con la de una misteriosa niña sordomuda que vive en New Jersey en 1927 y que también emprenderá un viaje en busca de una conocida y admirada actriz del momento.
Si en Hugo Selznick eligió una ciudad (París) y un lugar en concreto (la estación de trenes), también en éste libro vamos a encontrar unos elementos básicos que se repiten. Ésta vez la ciudad es Nueva York y el lugar el Museo de Ciencias Naturales. Ahí es dónde estas dos historias aparentemente independientes convergen.
Que Selznick es un amante del cine va a volver a quedar patente en su nuevo libro, pero ésta vez el tema principal a tratar es bien distinto; Maravillas es todo un homenaje a las personas sordomudas, pues no solo hay palabras y dibujos, sino también lenguaje de signos y una más que realista visión de lo que alguien con éste tipo de discapacidad tiene que atravesar en su vida para intentar mantener una normalidad en su rutina y conseguir así tener las mismas oportunidades que el resto. Cuenta el autor en el apartado de agradecimientos que el tema viene inspirado por un amigo suyo, por un caso real. En el proceso de escritura también se entrevistó con muchas personas discapacitadas para tener sus testimonios de primera mano. Y en el resultado final notamos la humanidad y el respeto que ha tenido para con ellos.
Así que Maravillas no puede pasar desapercibido porque, aparte de lo comentado anteriormente y haciendo referencia únicamente a la trama, está repleto de imágenes que nos tendrán intrigados hasta el final, como el sueño de los lobos, el libro misterioso o el rumbo de ambas historias y si tendrán algún tipo de relación o no. Y gozo absoluto al dar un paseo junto a los protagonistas por cada pasillo del Museo de Ciencias Naturales, donde, como en cada una de sus espectaculares ilustraciones, Selznick ha intentado reflejar hasta el más mínimo detalle.
La palabra para definir pues este libro es belleza.
por Unknown
noviembre 24, 2012
7 comentarios
Tengo muchas ganas de tener este libro entre mis manos, es tan hermoso.
Un beso
Con lo del Museo de Ciencias Naturales me has terminado de convencer, (es un escenario que me encanta desde que jugué Parasite Eve hace unos cuentos años). Tenia muchas ganas de leerlo, pero ahora, tras la reseña tengo muchas más.
Saludos ; )
Desde luego nadie podrá reprocharle a este hombre que sus libros no sean originales. La combinación de historias convergentes, que luego por lo que veo siempre se guardan un giro bajo la manga, unido a las preciosas ilustraciones a carboncillo, no dejan indiferente a nadie.
Sería casi imposible conocer a estos autores sin estas reseñas tan magnificas de presentación. En el caso que nos ocupa, estoy de acuerdo con Jolan en las ilustraciones preciosísimas de carboncillo
Qué buena reseña!!
Tengo ganas de hacerme con él, la edición es chulísima =)
Besotes
Qué más puedo decir:
[Toni Campos dijo: En 2007, este autor norteamericano ya dejó boquiabierto al mundo con la publicación de la sublime La invención de Hugo Cabret.]
Con ediciones así de cuidadas y esa capacidad de transportar al lector a lo más profundo de la historia gracias a esas ilustraciones... normal que crezcan tanto los dientes y que quiera echarle la mano encima bien pronto.
(Por cierto acordaos que tenemos la fotoreseña de La Invención de Hugo Cabret por aquí, ya que hablamos de ella ^^)
Ya tengo el libro en mis manos, ahora a leerlo.
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.