"Cuando los sueños se convierten en realidad... solo cabe luchar por conservarlos."
El principio es tan simple como efectivo: una madrugada, dos niñas se despiertan habiendo soñado el mismo sueño. Y no son las únicas. Muy pronto toda la humanidad participa de una ensoñación común con tan solo cerrar los ojos. Es la génesis de Faeria, un universo por derecho propio, una telaraña onírica que se extiende por todas y cada una de nuestras mentes.
Pero el país de los sueños no tarda en agitar la sociedad del antiguo mundo a través de una notable diversidad de reacciones. Lo que para unos representa la oportunidad de cambiar las cosas, de alcanzar la felicidad en una tierra no cimentada sobre intereses económicos sino sobre el poder de la imaginación, otros lo ven como una amenaza para el statu quo. Y cuando las opiniones se radicalizan el conflicto es inevitable: grupos culturales y facciones políticas se acabarán enfrentando por el control de este nuevo feudo del hombre. Los hay quienes tratarán de manipular el sueño colectivo para servir a sus propios intereses, los que defenderán Faeria a toda costa… y quienes no cejarán en su empeño por destruirla.
El campo de batalla está servido. Las piezas se hallan dispuestas sobre el tablero, una pléyade de personajes escrupulosamente nivelados que entrarán en conflicto tanto en las calles del mundo real como en el más fabuloso de los escenarios; un universo donde reina la imaginación y el cual todo, absolutamente todo, es posible.
La penúltima danza del Griwll
Así que es cierto, es posible vencer al miedo. Se puede esgrimir la rabia contra él para anularlo, se lo puede neutralizar al menos durante un par de horas. No necesito más, dos horas serán suficientes para lo que tengo que hacer. Y aquí estoy al fin, en la fortaleza de los temibles griwlls, tratando de dar el mayor golpe de estado de la historia de la humanidad, como miembro de un grupo de insurgentes integrado por soldados venidos a menos, policías alcohólicos, doctores en paro, gemelos taheños, bellezas ninja y hasta un robot. Los alienígenas nos rodean por doquier, aprieto el gatillo al tiempo que el esfínter porque no deseo enlodarles a mis anfitriones la alfombra de excremento sino de sangre. Y estamos muy cerca de conseguirlo, la Reina se halla al alcance de nuestras balas hinchadas de cerveza, pero lo que ninguno sabemos es que el nido de los dictadores encierra también un buen catálogo de secretos.
La penúltima danza del Griwll es una gamberrada literaria, una tragedia desenfadada, una disparatada e irreverente parodia noir que remeda el clásico asalto a la fortaleza inexpugnable y el camino del héroe, al tiempo que satiriza las historias de invasiones alienígenas y el terror de los estados totalitarios.
comentarios
La guerra de los sueños me recuerda un montón al juego de rol Changeling: el ensueño.
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.