¿Preparados para la “Reconexión”, grumetillos? Hace más de un año que llegó a nuestras librerías, Desconexión, de Neal Shusterman, uno de los mejores libros distópicos juveniles que he tenido la inmensa satisfacción que leer y que aún hoy, pese a toda la marea de libros de la misma temática que nos rodea, me parece de lo mejor que se ha escrito en su género. Uno de esos libros que te comprometen emocionalmente con preguntas muy incómodas, que no tienen fácil respuesta y que te tienen al filo de la navaja entre lo moral y lo socialmente aceptable. Lo que se dice todo un futuro clásico de la ciencia ficción.
Justo por todo lo anterior, por mis estratosféricas expectativas, por el fantástico sabor de boca que me dejó Desconexión, por la maravilla de sus personajes y por ese argumento demoledor tenía verdadero pánico a ponerme con Reconexión. ¿Será tan bueno como el anterior? ¿Mantendrá mis expectativas? ¿Habrá sabido mantener Shusterman el interés de la narración? ¿Qué habrá pasado con mis personajes favoritos? En principio, Desconexión estaba planteado para ser un único libro, autoconclusivo, y que se transformara en una tretralogía con spin-off incluido entre el primer y segundo libro, me tenía muy preocupada y me hacía mirarlo con cierto temor. De hecho, tengo que confesar que había ido retrasando su lectura con otras justamente por eso, por miedo a que Neal Shusterman se hubiese plegado a las exigencias de la moda distópica juvenil. ¡Error!
La trama de Reconexión va a estar enriquecida con tres nuevos personajes en un equilibrio narrativo muy inteligente: Starkey, Miracolina y alguien al que de momento vamos a llamar X. Cada uno de los protagonistas de Desconexión (Connor, Lev y Lisa) va a tener un “espejo” en esta segunda parte, para que seamos capaces de mirar la historia desde otro punto de vista. En el primer libro, todos teníamos el corazón encogido por el destino de nuestros tres protagonistas. Pero, ¿y si hubiésemos estado en el otro lado? ¿Y si hubiese sido uno de nuestros padres, hermanos, hijos, los que estuvieran a punto de morir por no quedar “piezas de recambio”? ¿Seríamos tan nobles como para dejar que murieran sin mover un dedo? Más aún… ¿aceptaríamos el quedar tetrapléjicos sabiendo que hay una preciosa y reluciente columna vertebral nueva esperando que nos permitiera correr, saltar y ser personas autónomas de nuevo? ¿Seríamos verdaderamente valientes o sucumbiríamos ante nuestra propia humanidad e instinto de supervivencia? Esto no queda aquí, faltaría más. Para preguntas incómodas, las de este libro: ¿es moralmente aceptable emplear la misma violencia para salvar a los “desconectables” y matar a gente inocente cuyo único pecado en esta vida es necesitar un corazón para seguir viviendo? ¿En qué lado nos vamos a posicionar? ¿El fin justifica los medios? ¿Quiénes son los “malos” aquí? ¿Los “desconectables” que niegan egoístamente sus órganos a la sociedad o la sociedad que desesperadamente necesita esos órganos para salvar a la gente que más quiere? Hay una última pregunta, la más espinosa de todas y la que nos define como personas y seres humanos, está relacionada con el tercer protagonista misterioso y el título de la novela, y esa, grumetillos, la vais a tener que descubrir vosotros solitos. Vamos, un libro sin desperdicio alguno, lleno de aristas, de dobles interpretaciones y de posturas irreconciliables que es imposible que deje indiferente a nadie.
La forma de narrar que tiene Neal Shusterman es fantástica. Pese a la complejidad del argumento, su forma de exponerlo es sencillo, ameno, ágil, con mucho ritmo y siempre en primera persona. Vamos a meternos en la novela desde el punto de vista de cada uno de los protagonistas, para que sintamos de primera mano sus motivaciones, que pueden estar más o menos claras, con las que podemos o no estar de acuerdo, pero que siguen siendo igualmente válidas.
La edición de Anaya Infantil y Juvenil, como es habitual en toda su línea, es muy cuidada y sigue la misma estética que Desconexión. Tapa blanda reforzada, letra adecuada, buen interlineado, márgenes cómodos, fuera erratas y con traducción fantástica, algo que se echa en falta últimamente mucho en los libros juveniles. ¡Ni que fuera literatura de segunda, por favor, y nos tuviésemos que conformar con cualquier cosa!
En definitiva, Reconexión es una novela tan trangresora, impactante, incómoda, terrible y valiente como lo fue Desconexión. En ningún momento decae el interés, todo lo contrario. Reconexión toca todas las fibras sensibles habidas y por haber. Sus temas tienen una actualidad increíble pese a que se muevan en la línea de la distopía, te llena la cabeza de incómodos interrogantes, de preguntas sin solución fácil, con dilemas morales que en ocasiones están separados por la sutil línea entre lo socialmente reconocido y lo moralmente aceptable. Así que solo queda una pregunta por hacer: ¿En qué lado estáis vosotros? No dejéis escapar esta novela e ir corriendo a la librería más cercana porque os aseguro que Reconexión no os defraudará. Para mí, una novela distópica indispensable que el tiempo transformará en todo un clásico juvenil. Tiempo al tiempo.
Young Adult Literatura Novela
Reconexión.
(UnWholly).
Traducción de Adolfo Muñoz.
Anaya Infantil y Juvenil, octubre de 2013.
486 páginas.
Disponible en ebook.
17,95 € (rústica con solapas), 5,99 € (electrónico).
Segunda entrega de la serie "Desconexión".
(Leer después de Desconexión)
Primeras páginas
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.