Hay ocasiones en las que cuando intentamos recomendar ciertos autores a amigos, conocidos o familia, siempre terminan por salir a la luz esas frases que en realidad son excusas muy malas –como la clásica
"no tengo tiempo"–. Tanto el que las dice como el que las oye, sabe a la perfección que en realidad todo es una cuestión de elección. Leer a tal o cual autor simplemente requiere de un poquito de paciencia por parte de la otra persona y esa nota de confianza depositada sobre tu opinión, para animarse a leerla. Hay pequeños oasis de tiempo muerto en nuestro día a día que nos permite perfectamente dedicarle unos instantes a un pasaje o un diálogo, ya sea esperando al bus/tren/avión, en la cola del supermercado, antes de entrar a clase, mientras desayunamos antes de entrar al trabajo, antes de dormir y, sí, hasta en el cuarto de baño. Otra de las excusas es la también famosa:
"Es que hay que leer muchas cosas de ese autor y quiero empezar de forma cronológica, siguiendo la carta astral del escritor, o en el momento justo en el que los planetas se alineen antes de leer nada nuevo", lo cual también podría derivar en otro de los grandes éxitos de las excusas como es el de:
"Uf, madre mía, pero si es enorme, no se yo si voy a tener constancia para poder acabar ese ladrillo."
“Una buena forma de empezar a leer algo de Sanderson”
Bien, señores y señoras, estáis de enhorabuena porque
Brandon Sanderson –sí, ese autor al que tanto habéis escuchado mencionar a vuestros amigos– tiene dos obras cortas que juntas no pasan de las doscientas cincuenta páginas y que encima ofrece un dos por uno. Me refiero precisamente a
Legión y
El alma del emperador (ganadora de un premio Hugo). Si pensáis que os estoy engañando, nada más lejos de la verdad. Considero que es
una buena forma de empezar a leer algo de Sanderson –pensemos en los entrantes de un restaurante de gran calidad–, una forma de abrir boca hacia cosas más importantes y que quizás podrían convertir a este escritor en uno de vuestros autores de cabecera. Por si acaso hay alguien que está empezando a pensar en una excusa más elaborada, alguna del estilo
"no sé, es que ese periodo extraño entre el renacimiento –La guerra de las tormentas–
y el siglo XIX –Nacidos de la bruma–
de sus novelas no me llama nada". No os preocupéis, porque Sanderson también ha pensado en eso.
La primera novela corta se titula
Legión y en ella conoceremos a
Stephen Leeds, un hombre que
vive en una mansión con cuarenta y siete habitaciones, todas ellas ocupadas por sus alucinaciones. Hay desde un astronauta, hasta un sacerdote, pasando por un loco de las armas y e incluso llega a "inventar" otra nueva alucinación llamada Kalyani que supuestamente habla árabe y hebreo y que le ofrece la posibilidad de traducirle simultáneamente todo lo que necesite a su propio idioma. Hay quien ha llegado a comentar conmigo que este relato no es todo lo bueno que debería ser, ya que parece realizado de una forma burda, prácticamente sin depurar, dando lugar a discusiones sobre el verdadero trasfondo del relato y del cual ya se está escribiendo una segunda parte. Personalmente considero que hay dos formas de interpretarlo. Una, desde el punto de vista del enigma que se le plantea a Leeds, una cámara que es capaz de hacer fotos del pasado –todo lo que tiene relación con objetos extraños, al estilo de la serie de televisión
Almacén 13–. Otra, desde la perspectiva del personaje:
cómo interacciona con sus múltiples personalidades que le sirven de justificación para una serie de habilidades que lo catalogan como alguien realmente extraordinario. Ambientado en nuestra propia época, considero que Sanderson es capaz de dotar a la narración con unas cuantas pinceladas de descripción, un colchón sobre el que poder desarrollar más adelante una historia mejor construida y quizás más centrada en un único objetivo. Creo que sería curioso ver cómo Sanderson se pasea por la actualidad, su habilidad con el entorno que le rodea día a día.
La segunda novela corta se titula El alma del emperador y está ambientada en el mundo de Elantris, pero tranquilos porque no hace falta haber leído la novela para poder leer esto –por si estáis dando vueltas en la cabeza a alguna excusa de las que os hablaba al principio–. Sanderson nos enseña un mundo en el que los tampones –esos sellos utilizados para plasmar la firma del gobernante o el artista de turno en el arte asiático– son llamados "sellos de alma". Con ellos, y conociendo el pasado de ese objeto que se quiere modificar, se puede falsificar todo aquello en lo que se imprima para que ese ente o ese elemento se recuerde a sí mismo como algo diferente. Por ejemplo, en el libro Shai es capaz de convertir una mesa medio rota y desvencijada en una pulida superficie brillante con finos adornos propios de un gabinete real. O una ventana rota con la madera podrida en una vidriera de vidrio plomado. También conoceremos a los reselladores de carne, unos estudiosos del estilo de los cirujanos, que son capaces de crear sellos para "reparar" el cuerpo que se pueda haber dañado; e incluso a los reselladores de sangre, algo parecido a nigromantes que pueden llegar a convocar esqueletos para perseguir el rastro de una presa.
Un atentado contra el emperador que termina por dejarle hecho un vegetal, unido a la traición que sufre por parte de un conocido para que la pillen en pleno robo, convierte a nuestra protagonista en la única persona capaz de reconstruir, aunque solo sea levemente, la mente del emperador para evitar un posible conflicto por su sucesión o el alzamiento de familias rivales. A lo largo de ciento un días, tendrá que buscar una forma de huir de sus carceleros –llamados árbitros y que intentan tapar este atentado contra la vida del regente llevando esta operación con la máxima discreción– y quizás cumplir con la gigantesca tarea que se le ha encomendado.
Para mi gusto, este último relato tiene mucha más calidad que el primero, ya que creo que en poco espacio ha sido capaz de explicar un trasfondo muy rico para poder construir un mundo que podría crecer mucho más allá de una simple novela corta. Si pensásemos en esta historia como algo acontecido miles de años antes de los hechos narrados en Elantris, podríamos quizás hilar algunos sucesos sorprendiéndonos con los resultados. Como podéis ver, Fantascy nos ha ofrecido la posibilidad de poder leer a Brandon Sanderson desde otra perspectiva. Portadas diferentes, narraciones diferentes, extensión completamente opuesta a lo que hemos conocido hasta el momento y además sin erratas, con una edición impecable. Como se suele decir, "la ocasión la pintan calva", así que no sé a qué esperáis. Estoy segura de que los dos os gustarán en distintos grados, pero creo que quedaréis satisfechos.
Información adicional
Fantasía Literatura Novela corta
Legión y El alma del emperador.
(Legion and The Emperor's Soul).
Traducción de Rafael Marín.
Fantascy, abril de 2014.
240 páginas.
Disponible en ebook.
14,90 € (rústica con solapas), 8,99 € (electrónico).
Lectura independiente.
por Cyram
abril 13, 2014
5 comentarios
La verdad es que me muero de ganas de leerlo. Es lo único que me falta de Sanderson en castellano (bueno, también está el último de la rueda del tiempo, pero voy a recurrir a alguna de las excusas que citas y diré que es que es muy gordo y ahora no tengo tiempo xD).
Y tengo más ganas aún de leerlo por el cambio de formato y de ambientación. Que parece que de fantasía sólo se pueden escribir trilogías kilométricas de corte medieval-europeo. Hay todo un mundo ahí fuera, y pocos son los que se animan a explorarlo.
Gracias a vuestra reseña voy a ser un poquito más pobre xD
Tienes toda la razón, este es un buen libro para comenzar a leer a Brandon y aquí no pueden haber las típicas excusas de que es muy largo ;)
Ambas historias me gustaron mucho pero El alma del emperador la encontré mucho mejor. Aunque la historia en sí queda cerrada ese mundo da para otra novela. Y lo mismo pasa con Legión, me encantó el planteamiento de la historia y como interactúan las alucinaciones, así que me encantará leer esa segunda parte. Aunque esta vez espero que sea algo más extensa porque me supo a poco jejej
Un abrazo!!
A mi la verdad es que en conjunto me ha gustado el libro, pero bastante más la historia de El alma del emperador. Creo que es más redondo (y no sólo por el número de páginas, porque he leído novelas cortas o relatos con la misma cantidad que Legión y han sido igualmente redondos).
La cuestión que plantea en Legión me parece interesante, pero coincido en que daría para mucho más, está desaprovechada la historia en mi opinión, y estaría bien una serie de novelas cortas sobre el personaje. No me pareció en absoluto bien llevado el tema central del relato, el misterio al que se enfrenta el protagonista. Lo que sí me ha parecido muy bien llevado es su personalidad y los recursos del personaje, sus diferentes personalidades que son como poderes especiales de él mismo.
Es decir, que parece una novela corta de tanteo, experimental. Quizá por eso no se llevó ningún premio como sí lo hizo El alma del emperador.
Seguro que alguno de los que habéis escrito por aquí, termináis volviendo para contarnos que estáis deseando leer una continuación de alguno de esos dos relatos. Vamos, no me extrañaría nada. xDDD Me alegro que os haya gustado la reseña y espero que os guste también el libro. Por cierto Contando Dragones... la excusa tampoco te vale porque después de haberte leído 20 libros... uno más ya da igual, ¿no crees? xDD Además, así te pasas por la reseña del último libro y me cuentas que te ha parecido. *.* Anda va *.*
Hay que reconocerle a Sanderson que, además de ser muy creativo, es muy prolífico. Es capaz de sacar páginas como churros. Sin embargo, a pesar de que genera una cantidad de leyes internas para sus sistemas mágicos muy interesantes, no le considero todavía un autor completamente maduro en sus historias. Supongo que tendré tiempo para leer estas historias cortas, aunque de momento tengo otras preferencias. Eso sí, la que espero con más ganas es la segunda parte de la guerra de las tormentas.
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.