Reconozco que cuando un buen día Quaterni sacó a la palestra sus novedades, me sorprendí a mí misma deseando leer muchas de ellas. Era literatura oriental, principalmente japonesa, y habían apostado por traer autores con nombres tan extraños como Okamoto Kidô, Ikku Jippensha, Yoshikawa Eiji y Yamada Fûtarô –el que nos ocupa–, arriesgándose a impactar de diversas formas a un público desacostumbrado a ver este tipo de autores en los escaparates de las librerías o en las páginas de internet. Todos empezaron a desvelarnos títulos diversos que nos embrujaban con promesas de futuras aventuras donde veríamos buenas artes marciales, una maravillosa caterva de descripciones, y como no, grandes cantidades de honor por página.
Personalmente, eso es lo que busco en una obra épica. Me da igual que sea japonesa, india, australiana, española, canadiense o africana. Me encantan las historias en las que los personajes luchan contra la adversidad (enconmendándose o no a sus respectivos dioses) y siempre pensando que el día que viven quizás podría ser el último. Me gustan los guerreros que anteponen su honor a la ambición, que demuestran la lealtad a su señor y que castigan el mal siempre que pueden, porque precisamente eso es a lo que se debe dedicar un samurái. Hay también historias en las que vemos que no todos los señores para los que trabajan algunos de estos maravillosos guerreros son especialmente honorables, por lo que muchos decidirán abandonar su lado, dejando atrás su nombre, posesiones y responsabilidades para convertirse en rōnin: caballeros sin señor que vagan como mercenarios intentando sobrevivir en un mundo plagado de peligros.
Si os gusta todo esto, estoy convencida de que La leyenda de los ocho guerreros perro os entusiasmará. Seiya Yamada –cuyo seudónimo es Yamada Fûtarô– quiso con esta novela hacer una revisión, o una matización de la obra original escrita por Takizawa Bakin en el siglo XIX, en la que podremos ver uno de los recursos que más me gustan en la literatura y que he visto en pocas ocasiones. El narrador en este libro es una mezcla entre el llamado narrador omnisciente –aquel que nos expone los hechos estando presente durante toda la narración, utilizando principalmente la tercera persona y que podría influir en mayor o menor medida al lector–, y el narrador protagonista –aquel que se centra mayoritariamente en sus propias vivencias, contando de forma beneficiada las anécdotas presentes en las historias que a él afectan y que en ocasiones también puede ser interpretada como una autobiografía–.
Digamos por tanto que este libro es la historia de Takizawa Bakin, un hombre introvertido, al que sus manías le han llevado a convertirse en un escritor huraño, solitario y gruñón, que parece aguantar a su familia porque al fin y al cabo "es lo que un hombre debe tener". No parece interesarse especialmente por la vida en el pueblo, ni por las anécdotas diarias de los suyos. Su único anhelo es poder vender sus cuentos para poder sacar adelante a su familia, mantener con gran esmero una gran colección de libros que ha podido ir reuniendo a lo largo de muchos años y por supuesto, conservar intacto, y a ser posible bien ensalzado, su nombre y el de su único hijo.
A la vez, el escritor Bakin junto con el artista que añadía las ilustraciones a sus historias –Katsushika Hokusai, también conocido por su famosa serie "Las treinta y dos vistas del Monte Fuji"– se reúnen para que el huraño escritor le lea a su amigo lo que lleva escrito sobre La leyenda de los ocho guerreros perro. Es en este caso cuando Bakin pasa a convertirse en el narrador omnisciente de la historia, pasando a presentarnos los hechos que veremos desarrollados durante las quinientas cincuenta páginas de este libro.
Se nos narrará por tanto la historia de cómo Satomi Yoshizane, señor del clan del castillo de Takita, que intenta evitar que su enemigo termine matándoles de hambre o asesinando a todos sus súbditos, promete en un momento de desesperación y rabia la mano de su hija Fuseshime a aquel que se atreva a superar las defensas del enemigo y traerle la cabeza de Anzai Kagetsura, general de las fuerzas invasoras. Éste atacó inicialmente el castillo de Takita utilizando un ardiz bajuno y rastrero, con la excusa de que estaban padeciendo hambruna y que necesitaban grano para poder sobrevivir–. En cuanto Yoshizane les mandó gran parte de sus reservas de comida y una gran cantidad de tropas para proteger el cargamento, Kagetsura le traicionó quedándose con el grano, matando a sus guardias y asediando el castillo de su salvador, aprovechando su debilidad. De improviso, el perro de la delicada Fuseshime, Yatsufusa, soltó un desgarrador rugido y se lanzó a través de las puertas del castillo ante la sorpresa de todos. Pensaron que se había vuelto loco y no trataron de darle alcance. Al cabo de unas cuantas horas, cuando ya había caído la noche, el fiel perro dejó ante los pies de Satomi Yoshizane la cabeza del invasor, obligando por tanto al jefe del clan a ceder en su hija en matrimonio al perro Yatsufusa. Una cosa llevó a la otra y al final no se sabe como, de la barriga preñada de Fuseshime, en el momento de su muerte, surgirían ocho cuentas de rosario –de la tradición confucionista–, cada una con la inscripción de un valor distinto: piedad filial, honor, lealtad, confianza, fraternidad, cortesía, sabiduría y benevolencia, que se dispersarían por cada uno de los puntos cardinales.
Aquí es donde comenzarán Las aventuras de los ocho guerreros perro, una concatenación de vivencias cargadas de acción, magia, valentía, honor y cómo no, donde las traiciones, las intrigas y las malas artes estarán presentes para hacer frente a nuestros héroes. Es cierto que el libro puede ser un poco denso, sobre todo pensando que no está escrito tal y como estamos acostumbrados gracias a la literatura occidental. Yamada Fûtarô utiliza muchos adjetivos para describir algunas acciones y a los personajes, no así el entorno, en el que no se centra de forma demasiado concreta. Además, en muchísimos pasajes veremos que utiliza frases subordinadas para explicarnos algo que históricamente puede tener relación con la escena que estamos presenciando, por lo que hay que estar especialmente atento a la lectura para no perdernos en mil acotaciones e indicaciones. Particularmente, y tras un periodo de adaptación, no es algo que me molestase: lo interpretaba como una forma de leer las anotaciones a pie de página de un libro comentado. He aprendido mucho de esta forma y de hecho creo que es un libro realmente interesante para todos aquellos que tengan un especial interés en la cultura y tradición japonesa. Quizás la novela, cuando hacia la mitad del libro ya apunta maneras, se puede llegar a volver mucho más activa. Las escenas de acción se sucederán, eliminando muchas situaciones de espera tal y como hemos podido leer en la primera mitad: habrá combates, huidas, venganzas y acciones heroicas, por lo que no nos aburriremos en ningún momento.
Como detalle diré que para completar este magnífico libro, los de Quaterni han incluido una introducción junto con una presentación de los escritores que tienen relación con La leyenda de los ocho guerreros perro (en japonés Nanso Satomi Hakkenden), Bakin y el mismo Fûtarô; y una serie de "anexos" tanto al principio como al final en el que se nos incluirá una serie de acotaciones históricas. Entre ellos podemos ver una explicación sobre la Era Muromachi (periodo Ashikaga), la Era Edo (Shogunato Tokugawa), una explicación brillante sobre el Bushidō y también unas notas sobre las adaptaciones que ha tenido Hakkenden como gran clásico japonés. Al final del libro tendréis también una serie de ilustraciones en blanco y negro que son las que Hokusai haría para la historia de Bakin. (Gracias por cierto a Quaterni por esa guía de lectura tan chula, que ha sido la que he utilizado todo el tiempo, le vino que ni "pintada").
Dicho esto, ¿a qué esperáis para poder disfrutar con los ocho guerreros perro? Os sorprenderá.
Fecha de publicación: 2 diciembre, 2013. Editor: Quaterni. Géneros: Aventuras, Novela histórica. Traducción: Ismael Funes Aguilera. Páginas: 576. Precio: 23,50 €. Electrónico: No. Correlación: Lectura independiente.
2 comentarios
Muy interesante, me gusta que cada vez más haya presencia literaria japonesa en nuestro país. Últimamente parece que todo libro japonés que llega es porque un anime se ha hecho particularmente famoso (Sword Art Online, Battle Royale, Trinity Blood o La Melancolía de Haruhi Suzumiya) o porque es de Haruki Murakami. Si consigo encontrarlo, prometo echarle un ojo ;)
Estoy convencida de que te gustará Geek Furioso. Puede ser lento en algunos pasajes, pero el libro ciertamente es una verdadera joya. A mi me gustó mucho. ^^ Si te lo lees, ya nos dirás qué te parece.
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.