El episodio termina con el cliffhanger de rigor.
En todas las series de televisión que he visto durante toda mi vida, siempre he terminado topando con capítulos que desaprovechan oportunidades realmente irrepetibles. Es el caso del segundo episodio de Arrow en su tercera temporada: para mi gusto ha sido uno de los capítulos más aburridos que he tenido la desgracia de visionar en mucho tiempo. A todo aquel que me escuchó cuando se empezó a emitir la serie, pude decirle sin ningún reparo que la primera temporada me parecía insulsa, pesada e incluso tediosa, sobre todo por la constante lucha sentimental que tenía Arrow con Laurel Lance, personaje al que no consigo tragar ni aunque me lo proponga; reúne todos los elementos básicos que aborrezco en los caracteres femeninos que aparecen en cualquier guión. Es egoísta, narcisista, prepotente, todo lo que hace despide un tufo a victimismo que no soporto y suele terminar con Arrow realizando ejercicios de aparente autocontrol para no pegarle un flechazo entre ceja y ceja –o esa es la impresión que me da a mi, o ahora que lo pienso, quizá es lo que me pasaría a mí–.
Dicho esto, la serie ha dado un paso atrás con un capítulo muy parecido a los primeros, que más parece de transición que no de progresión. La trama principal de la serie queda algo abandonada y únicamente tendremos cierto regusto salado por la cantidad de situaciones lacrimógenas que se producirán durante los cuarenta minutos que dura el episodio.
Como siempre digo, espero que los que no hayáis visto el segundo capítulo dejéis de leer ya, porque no puedo hacer un análisis decente sin revelar cierta cantidad de información.
Arrow 3x02: Sara
El capítulo comienza con nuestros protagonistas alucinando al ver a Laurel Lance en la guarida de Arrow con su hermana muerta en lo que parece ser una mesa de autopsias. Los ojos de Sara, mirando al vacío, con el rostro muy pálido y tres flechas clavadas en el cuerpo, no dejan duda alguna al espectador de que la actriz ha debido pedir aumento de sueldo o que simplemente los guionistas necesitaban quitarla de en medio para justificar la aparición de Komodo, el villano de este episodio.
Al haber otro arquero que mata a objetivos muy concretos con flechas negras, nuestro héroe decide lanzarse a su caza y captura –mientras el jefe de policía Quentin Lance también lleva una investigación paralela a Arrow, ya que no conoce la reciente muerte de su hija Sara–. Todo transcurre de una forma muy rápida, sin darle a Komodo el verdadero protagonismo que se merece, ya que más parece ser un aficionado al tema que no un verdadero adversario. Como siempre, la fantástica y maravillosa Laurel Lance está apunto de hacer saltar por los aires la investigación, cuando en el último momento, el mismo Komodo les dice que él no ha matado a nadie y que no es él la persona a la que están buscando. De forma sorprendente veremos como Arrow da el caso por "archivado" cuando reconoce abiertamente que se ha enfriado el rastro del asesino de Sara, a causa de lo cual este episodio histriónico deriva simplemente en un "quiero y no puedo" que servirá de introducción para futuros capítulos más interesantes.
Para no dejarnos con cara de tontos sintiendo que hemos perdido cuarenta minutos de nuestro tiempo, quizá los guionistas tienen a bien meternos casi con calzador un obligatorio cliffhanger algo a la desesperada para poderle suministrar al capítulo algo de interés que merezca ser mencionado en alguna que otra reseña como esta. Para ello nos presentan una escena en la ciudad inventada por DC de Corto Maltese, donde volveremos a encontrarnos con Malcolm Merlyn y su nueva hija, Thea Merlyn. ¿A que no sabéis cómo se llamará el siguiente episodio?
6 comentarios
Eso te pasa por ver series de superheroes.
Pista: Los superheroes SIEMPRE acaban siendo un "quiero y no puedo".
Jajajaja Tildoras. Me extrañaba que no me dijeses algo así. Es cierto que hay pocas series de superhéroes, como mucho la de Heroes (que personalmente no me enganchó y que no llevaba a término el concepto de superhéroe como tal...), la de Smallville, con la que únicamente disfruté cuando Chloe terminó convirtiéndose en Atalaya y ahora ésta que se está emitiendo de Arrow. La segunda temporada llegué tarde para reseñarla, pero no me pareció mala en absoluto. Quizás necesitase de más medios y de unos guionistas con los pies más en la tierra que en el cielo para darle calidad a la serie, pero por el momento creo que se está intentando meter en la trama-y con bastantes guiños para los que se han leído los cómics- a todo un imaginario superheroico que sería complicado de introducir, aunque fuese el mismo J.J.Abrams el que lo hiciese.
Además, también hay que tener en cuenta que entre los personajes de DC no solo hay superhéroes, hay vigilantes, como le pasa a Batman, y en este caso al mismo Flecha Verde. No tienen poderes especiales, son personas que han experimentado una serie de vivencias que le hacen querer contrarrestar el mal que les rodea. La serie la veo bien orientada, pero es cierto que capítulos como estos la desmerecen muchísimo. Espero que los siguientes molen mucho más. ^^
Ya... y como han tenido vivencias malas y están traumatizados por su pasado combaten el crimen saltando de tejado en tejado disparando a los malos... flechas. Si, vale, porque eso es lo que haría toda persona en el siglo XXI que quiera hacer de vigilante.
¬¬
Bueno, míralo por el lado bueno, al menos no pega puñetazos como Batman... xDDDDD
Hombre, cualquier vigilante que se precie siempre tiene una forma de actuar que no parece propia del siglo XXI, pero creo que la gracia está ahí: emplear medios algo anticuados para hacer justicia. Por lo menos a mi me gusta que sea así.
No veo a Tildoras muy fan de Assassin's Creed. XD
Assasins's Creed se situa en un periodo acorde a los actos del protagonista. Arrow sólo es una mala transcripción al presente de un concepto de Flecha Verde de los comics de DC del "justiciero vestido de Robin Hood" que podía tener sentido en los comics de los años 50 o 60, pero poco en el presente.
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.