Montena reedita este relato juvenil que data de mediados de los setenta, cuando el autor de Los pilares de la tierra era poco conocido.
No creo que, a estas alturas, Ken Follett necesite presentación. Seguro que todos hemos leído algún libro suyo, ya sean sus best sellers de espionaje (La clave está en Rebeca) o sus novelas históricas (Los pilares de la tierra). Sin embargo, ¿conocía alguno de vosotros su faceta como autor juvenil? La verdad es que yo no tenía ni idea, así que me lancé de cabeza en cuanto vi su nombre entre las novedades de septiembre de Montena. Además, la traducción corre a cargo de uno de nuestros traductores favoritos, Manuel de los Reyes, ¡así que era una adquisición obligada!
¿De qué va El misterio del planeta de los gusanos? Parafraseando la sinopsis de la editorial, "los mellizos Crespo y Helen esperan pasar unas vacaciones tranquilas con su primo Panza en la granja de su tío. Sin embargo, sus sueños más descabellados se harán realidad cuando, en lugar de ir al campo, ¡acaben en el espacio exterior! Los chicos han sido elegidos para resolver una disputa entre poderosas facciones que rivalizan por controlar el misterioso Planeta de los Gusanos. Mientras el destino del Sistema Solar pende de un hilo, deberán descubrir cuál es el secreto de los siniestros extraterrestres y hacer todo lo que esté en sus manos para lograr la victoria y la paz interestelar." ¿Interesante, verdad?
La novela es muy sencilla: más cerca del rango infantil que del juvenil, divida en ocho capítulos de letra bien grande y espaciada, con una trama lineal muy ligera. Con la excusa de un viaje intergaláctico, Follett nos regala un pequeño relato ecologista donde se impone la resolución de un conflicto por medio del diálogo gracias a unos dones que se les otorga a los protagonistas y que son ligeramente sexistas. Esto último me ha sorprendido un poco, no me lo esperaba. Tampoco me esperaba el tono “obsoleto” de la historia, digamos la falta de tecnología actual, y aunque ha sido parte del encanto de la novela como explicaré más adelante, me ha pillado un poco en fuera de juego.
Lo primero que hay que considerar es que El misterio del planeta de los gusanos no es una novedad en el sentido estricto de la palabra, sino una reedición con una nueva traducción de Manuel de los Reyes. La primera vez que fue publicada en España fue en 1987 (por Mondibérica bajo el título de El planeta de los gusanos) y aunque parezca que ya ha llovido lo suficiente, tenemos que seguir retrocediendo aún más en nuestra máquina del tiempo porque la novela original, The Power Twins, es de 1976 y está firmada bajo el seudónimo de Martin Martinsen. Esto nos va a llevar a tener en consideración varias cosas. La primera, que no vamos a encontrar al Ken Follet al que estamos acostumbrados, ese escritor maduro que se ha hecho famoso por sus fantásticas novelas históricas, sino al escritor principiante. Segundo, es una novela claramente enfocada a un público infantil que no juvenil, siendo sus principales características la linealidad del argumento y sencillez de sus planteamientos. Y tercero, en un género como el de ciencia ficción, cuarenta años son muchos años, a no ser que los mires con indulgencia e inocencia.
¿Todo esto es un problema? ¡En absoluto! Como parte integrante de la soberbia e irrepetible generación de los ochenta, he disfrutado como una magdalena en un vaso de leche. He recordado con nostalgia mis clásicos de ciencia ficción, como Robot City de Isaac Asimov, y me han dado ganas de ver de nuevo mis viejas películas VHS de Exploradores o El vuelo del navegante. ¡Si es que voy a tener que utilizar un pañuelo de papel y todo para terminar la reseña, cuanto feeling contenido!
Por poner alguna pega a El misterio del planeta de los gusanos, hay un par de cosas que no me han terminado de convencer y que han sido la causa es por la que le he rebajado la puntuación en Goodreads a tres estrellas. La primera, y como os decía antes, los roles sexistas y estereotipados de los protagonistas: el líder ingenioso y audaz, la chica sensible y receptiva, el gordito risueño y humorístico. Soy consciente de que la novela es de finales de los setenta, que han pasado cuarenta años y que los roles han cambiado en la sociedad para mejor, pero sigue siendo algo que no comparto. La segunda, el abrupto final al más puro “sanseacabó y listo porque yo lo digo”. En serio, desluce ese final tan rápido, abrupto y sin conflicto alguno, teniendo en cuenta el prometedor desarrollo que tenía el argumento. Quitando estas dos salvedades, y siempre que miréis la novela con la inocencia y la ingenuidad de un chaval de siete años, saborearéis El misterio del planeta de los gusanos con enorme nostalgia. Además, ¿qué mejor forma de conectar con vuestros hijos, sobrinos, hermanos pequeños y demás chiquillería de la casa que compartir una aventura espacial llena de gusanos gigantes? ¡Disfrutadla!
0 comentarios
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.