Reseña: «La música del silencio», de Patrick Rothfuss

Un relato ambientado en el mundo de Temerant, donde Auri se gana todo el protagonismo.

Como bien explica el autor al principio del libro, me gustaría explicaros que La música del silencio está dirigido a un tipo muy concreto de público. Si no habéis leído nada de la "Crónica del Asesino de Reyes" –lo que por el momento viene a ser El nombre del viento y El temor de un hombre sabio–, seguramente no conseguiréis captar el verdadero significado de esta novela corta; el motivo: la protagonista de esta historia es la misteriosa Auri, una chica que vive en las entrañas de la universidad de magia y a la que Kvothe conoce de forma fortuita. Si pensáis que en La música del silencio encontraréis algo sobre los chandrian, la Universidad o la relación que existe entre Kvothe y Auri, siento decepcionaros, pero tampoco encontraréis nada de todo eso.

Este pequeño libro, también debo señalar, está situado justo en el lugar que le corresponde en relación a El temor de un hombre sabio. Pero también sirve de fondo, como si fuese el marco de un cuadro y a la vez como la alcayata que le sirve para sostenerse en la pared. La música del silencio es un relato inquieto, casi impertinente, donde las ideas de Auri se terminan entremezclando con las nuestras en un vals sin música. Por esa razón creo que si lo que queréis es conocer a esta mujercita, a medio camino entre un vilano y un hada, ésta es literalmente vuestra historia. Tengo el deber de aclararos que si no os han gustado las escenas que Rothfuss inserta en los libros sobre el arte de la alquimia, tampoco os gustarán las ocho páginas en las que Auri hace jabón. Eso sí, si sois capaces de leer entre líneas, os sorprenderéis a vosotros mismos al descubrir que esas páginas os han durado solo unos momentos y que encima habréis aprendido algo: sobre los aromas, sobre el sabor de las cosas, sobre cómo hacer jabón y cómo no, sobre «ella».

“Un libro tímido pero a la vez vibrante”

Es cierto, no es un relato como otros que hayáis leído. Su esquema se podría describir como el movimiento que se hace en costura al realizar un pespunte muy amplio. No hay diálogos, sino únicamente un monólogo: el de Auri con su entorno. Hablará con las habitaciones que forman parte de la Subrealidad –como Manto, donde ella duerme–; la veremos nadando hacia las profundidades de Doce Amarillo, donde encuentra un inesperado visitante; observaremos atentamente cómo corre por Brincos sin tropezarse ni una sola vez para ir a bañarse a Retintín, y después pasearse por Secadores mientras su pelo vuelve a adquirir la forma de halo angelical a su alrededor –pero nunca iría a secarse a Incordios, no sería lo correcto–; contemplaremos cada uno de sus movimientos al recoger bayas de enebro y al tratar de que los objetos no estén solos, preocupada al pensar que pueda llegar a ser maleducada con ellos. Y, por supuesto, descubrirá algunas zonas nuevas de la Subrealidad que la llenarán de ilusión como por ejemplo Tumbrel o Nuevemente, pero sobre todo veremos como se prepara para ese séptimo día en el que Kvothe aparecerá para hablar con ella.

No os voy a engañar, es uno de los relatos más raros que he leído en mi vida, pero igualmente es uno de los relatos más chulos que he leído nunca. La magia que posee la he podido ver en muy pocas ocasiones, seguramente porque la propia Auri es la que le da fuerza al relato, ni siquiera Rothfuss, quien parece haber sido un mero vehículo. Esta es la prueba incontestable de que un personaje puede llegar a poseer completamente a un escritor para hacer ver algo que únicamente ella podría hacernos ver: la lógica de la Subrealidad. La música del silencio es un libro tímido pero a la vez vibrante, en ocasiones descarado, sobre todo cuando lo dejamos en la mesita de noche y nos olvidamos varios días de él. En cuanto lo cojamos no se olvidará de recordarnos que hemos sido descorteses y que debemos tratarlo con educación y quizás darle algún que otro beso. No le gustará que lo llevemos en un espacio cerrado, al menos no con su sobrecubierta, y se las apañará por todos los medios de no salir de su escondite si planeamos leerlo en un lugar donde no le guste estar. A medida que avancemos dejará su timidez a un lado y pasará a ser poderoso, a revelarnos datos que hasta ese momento quizás solo habíamos sospechado. Es una forma infalible de asegurar que no faltaremos a la tercera de las citas, algo que estoy convencida de que muchos de nosotros esperaremos con un ansia que, pese a ser persistente y muy tozuda, seguro que alegra al mismo Rothfuss, aunque a veces el cariño pueda llegar a ahogar. ¿No os ha quedado claro ya que es una verdadera chulada de historia?

LA MÚSICA DEL SILENCIO

Patrick Rothfuss

Plaza & Janés

Trad. Gemma Rovira / Neus Nueno.

128 págs. 12,90 €

por Cyram noviembre 12, 2014