El universo de World of Warcraft tiene su propio juego de cartas coleccionable.
Todo el mundo conocerá a Blizzard y su famoso juego MMORPG World of Warcraft, imagino. A casi diez años de distancia nos encontramos de ese estreno tan sorprendente que revolucionó completamente los llamados «juegos de rol online», convirtiéndolo en un auténtico fenómeno de masas, llegando a contar con más de once millones de jugadores en sus servidores oficiales.
De World of Warcraft a Hearthstone
Durante todo ese tiempo hemos disfrutado de las aventuras en las mazmorras de Zul Gurub y Zul'Aman, donde teníamos que recorrer grandes extensiones de junglas para enfrentarnos a los totems de poderosos hechiceros trolls. Hemos pateado de arriba abajo el ancho desierto de Tanaris buscando la entrada a Las Cavernas del Tiempo, donde los dragones del Vuelo Dorado se encargaban de controlar las arenas del devenir de los tiempos. Sufrimos tratando de sobrevivir en el Cráter de Un'Goro, lleno de dinosaurios, ciénagas llenas de alquitrán y de elementales enfadados. Recorrimos las antiguas tierras del reino de Lordaeron, conquistadas por la plaga y entramos en la caída Stratholme para enfrentarnos a engendros sin fin.
También hemos pasado un miedo atroz cuando todavía éramos unos jóvenes aventureros y nos hemos encontrado frente al inmenso Portal Oscuro, rodeado de demonios surgidos desde las profundidades del averno o desde otro plano, tanto da. Ya al otro lado del Portal, también hemos recorrido el extenso bosque de hongos azules de más de treinta metros de altura, donde ogros, draeneis y otras criaturas tentaculadas nos han dado la bienvenida a su manera. Cómo no, hemos visitado a los goblins y a los gnomos en sus ciudades llenas de cachivaches mecánicos que siempre corren el riesgo de explotar. Surcamos las profundidades del vacío estelar viajando hacia la llamada Tormenta Abisal, donde seres compuestos de pura energía vivían en ciudades ajardinadas rodeadas por cúpulas de cristal.
Con el tiempo las cosas cambiaron y surgió Alamuerte –también llamado Neltharion, jefe del Vuelo Negro– desde las profundidades de la tierra, queriendo destruir todo lo vivo. Rescatamos a Malfurión de las garras del Sueño Esmeralda y toda Azeroth se unió en una lucha a fuego y muerte contra las legiones de Ragnaros, aquel al que creíamos derrotado hace ya mucho tiempo. Reconstruimos mediante nuestro esfuerzo el sagrado Monte Hyjal, donde distintas divinidades habían vivido desde el inicio de los tiempos y conseguimos crecer como aventureros y héroes más de lo que nunca pudimos imaginar. Luego apareció una tortuga gigante con una isla a cuestas –los fans de Mundodisco estarán orgullosos, porque la tortuga es más pequeña que Gran A'Tuin, pero muy simpática en realidad– y entonces todo se complicó un poco más.
Como veréis, todas estas aventuras –son solo unas cuantas para ilustrar este artículo– son únicamente un cinco por ciento de lo que podemos encontrar en World of Warcraft. ¿Sabéis qué es lo que aglutina todo esto? ¿Qué es lo que tienen en común todos los aventureros de las dos facciones principales, la Horda y la Alianza? Muy sencillo, todos tienen que descansar en algún momento, quitarse la armadura, lamerse las heridas –en el caso de los druidas– y de paso abrevar a sus monturas. Para eso se suele recurrir a una invocación sencilla que te teletransporta hasta tu taberna preferida o la última que hayas visitado. Puedes elegirla por la calidad del plato del día, por sus parroquianos más o menos hostiles o bien por su música. Esta invocación se realiza con la llamada Piedra de Hogar, o Hearthstone, ¿Os suena este nombre?
Hearthstone, el juego de cartas de Azeroth
Estamos ante un videojuego de cartas asombrosamente similar al de Magic: El encuentro, con la diferencia de que la ambientación es la misma que encontramos en World of Warcraft. Los mazos de cartas se organizan por clases de personaje: sacerdote, guerrero, brujo, pícaro, druida, paladín, mago, cazador y chamán. Para ilustrarlos tendremos a los personajes más eminentes de Azeroth, entre los que figuran personalidades como el orco chamán Thrall, el druida Malfurión Tempestira, la maga humana Jaina Valiente y a la pícara elfa de sangre Valeera Sanguinar, entre otros tantos.
Si esta clasificación os parece algo extraña y no entendéis muy bien a qué se refiere, simplemente debéis de saber que la rareza de la carta indica lo buena que es o las habilidades especiales que tiene cada una. Las más raras, épicas o legendarias, nos darán una gran ventaja sobre nuestro adversario. Si por algún casual os encontráis en un combate en el que los dos habéis conseguido poner sobre en juego una carta legendaria, os garantizo que será un combate verdaderamente épico.
El objetivo del juego es sencillo: cumplir con las misiones diarias para poder ganar oro, que después podréis invertir en comprar más sobres. Cuantos más sobres tengáis, más opciones tenéis de conseguir cartas especiales que os harán más fuertes ante vuestro adversario.
Los mazos de juego
Como ya os he mencionado antes, hay distintos mazos y, al igual que pasa con Magic, se basan en estrategias muy distintas para poder ganar al adversario.
Mago. Capitaneado por Jaina Valiente, se trata de un mazo destinado al daño directo. Juega con algunas cartas muy interesantes en su baraja, como pueden ser aquellascon habilidades especiales que le reducen el coste de maná de otras cartas o bien se multiplican por cada carta usada –como la carta del aventurero, por ejemplo–. Puede salvar situaciones peligrosas gracias a su carta de polimorfia –¡marchando una oveja!–. Su único problema es que prácticamente no tiene curación, con lo que siempre hay que aprovisionarse de buenos defensores que nos eviten el daño directo.
Cazador. Uno de los mazos más divertidos que tiene Hearthstone, siendo su cabeza visible el orco Rexxar. Es complicado de utilizar si nunca se ha jugado con un cazador dentro de World of Warcraft, pero te permite ganar de diversas formas: se pueden utilizar principalmente cartas de trampas que poner a las criaturas atacantes, mediante daño directo de nuestros disparos arcanos, o bien mediante la potenciación de las bestias que tenemos bajo nuestras órdenes. Podemos llegar a tener una verdadera jauría dispuesta a bajar toda la vida del enemigo en pocos turnos.
Pícaro. La bellísima y mortífera elfa de sangre conocida como Valeera Sanguinar patrocina el mazo de la clase de pícaro. Su habilidad de héroe es hacerse con unas buenas dagas que puede potenciar mediante venenos y otras malas artes con las que es capaz de destruirte a todas las criaturas más debiluchas que quieras poner en el campo de batalla. Además, hechizos como Asesinato, Puñalada o Porrazo pueden sacar de sus casillas a cualquier ser que tenga una sola gota de sangre en su cuerpo.
Chamán. El antiguo líder de la Horda, Thrall, es el encargado de dirigir este mazo. Su daño es igual que el del mago o el del sacerdote: mediante distintos hechizos y la potenciación de las criaturas que tenga en juego. Sin embargo, su habilidad de héroe, la de poder poner tótems a muy bajo coste de maná, puede convertirlo en un mazo temible al que enfrentarse si no se toman todas las precauciones posibles. Hechizos como Ansia de sangre o Muerdepiedras pueden convertir a criaturas de lo más inofensivas en auténticas apisonadoras que podrían quitarte fácilmente tus treinta puntos de vida en dos turnos.
Brujo. Como no podía ser de otra forma, es Gul'dan el amo y señor de este mazo. Su habilidad de héroe es una de las más útiles, pero también la más peligrosa: a cambio de dos puntos de daño puede robar una carta en su turno. En la mayoría de las ocasiones no es raro ver cómo este personaje sacrifica a sus demonios y esbirros para curarse o para hacer daño al contrario. Sus invocaciones de infernales que hacen daño a todas las criaturas sobre el tablero de juego y sus maldiciones como Corrupción –con la que puede destruir sin más a cualquier esbirro independientemente de lo poderoso que sea– lo convierte en un oponente realmente temible.
Las expansiones que no falten
Como habéis podido comprobar, para ser un juego gratuito es bastante completo. Tiene de todo, porque puedes combatir con tus compañeros compartiendo los contactos que tengáis gracias a la cuenta en Battle.net. Lo único malo que le veo es que las misiones no las puedes cumplir jugando con amigos, por lo que en ocasiones te tienes que ver obligado a pasar tardes realmente exasperantes peleando con aquellos que llevan ya mucho tiempo jugando con mazos muy mejorados y contra los que te sientes como si chocases contra un gran muro. Pero ya se sabe que Blizzard es experta en crear «distracciones gasta tiempo» para la gente, por lo que a estas alturas no creo que debamos de indignarnos demasiado. El que se mete en estas cosas ya sabe a lo que viene, así que ánimo, os encantará ver cómo podéis reventar el retrato de vuestro adversario en mil pedazos.
¿Y las expansiones? Un juego de las características de Hearthsone –el cual se ve a la legua que es expandible– no se iba a quedar sin ellas, así que de momento hay disponibles dos. Y lo mejor de todo es que son de Blizzard... ¡y completamente gratis!
La maldición de Naxxramas. Es aquí donde podremos volver a recorrer los antiguos arrabales de la pirámide flotante, acariciaremos de nuevo al bueno de Baldomero y donde los jefes serán de nuevo nuestros contrincantes, pero en la mesa de la taberna. Con esta expansión se pueden conseguir cartas extra –legendarias al acabar cada arrabal–, y otras tantas especiales de la expansión que se pueden añadir a los mazos. El resto de los arrabales se pueden desbloquear por 700 monedas de oro dentro desde el propio juego o bien pagando 20 doblones –dinero real, se entiende–; es opcional.
Goblins vs. Gnomos. La primera expansión de verdad (no un añadido como es en realidad La maldición de Naxxramas) ya está disponible dentro de Hearthstone. La inclusión de los goblins como nueva raza jugable a partir de Mists of Pandaria para WoW ha hecho posible que tengamos una expansión de cartas basada exclusivamente en gnomos y goblins, las dos razas más problemáticas y alocadas de Azeroth si tenemos en cuenta que están completamente locos, a su manera. Lo más llamativo de esta expansión es que ahora muchas cartas incluyen efectos aleatorios –los cuales pueden acabar con nuestras previsiones en un segundo– y robots como esbirros. Además, se ha incluido un nuevo tablero donde toquetear cosas mientras esperamos a que el oponente eche de una vez esa carta que lleva manoseando desde hace un minuto, y el modo espectador, el cual nos permite presenciar las partidas de nuestros amigos. Ahora se pueden comprar sobres de esta expansión o bien sobres del juego original.
¿Hace una partida de Hearthstone?
comentarios
Muyyy recomendable, darle una oportunidad YA !
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.