Antes de
Crepúsculo ya existía
una serie que contaba con vampiros de verdad, no de los que parpadean
cual luciérnaga, cuyo foco se centraba en la sexualidad de sus
personajes y sus escarceos amorosos. Y lo hacía si no de un modo más
realista, por lo menos sí libre de cualquier posible vinculación
con un profundo puritanismo como el que se achaca a la saga de
Stephenie Meyer, y además, estaba bien escrita. Hablamos, como no, de las
“Crónicas vampíricas” de Anne Rice.
“Crónicas vampíricas”
arrancó en 1976 con Entrevista con el vampiro, novela que saltó a la
fama mundial cuando en 1994 fue adaptada a la gran pantalla por Neil Jordan —el guión lo escribió la propia escritora—, con Tom
Cruise como el vampiro Lestat —cuando Cruise aún era alguien—, Brad Pitt como Louis y un añejo Antonio Banderas interpretando al
efebo de ascendencia eslava Armand —aún hoy me río de este
casting—. Sea como fuere, la película fue un éxito bastante
merecido. Curiosamente, aunque cuando se estrenó la película
ya habían pasado casi veinte años de la publicación de la novela y
la saga ya contaba con tres entregas más, ninguna otra fue adaptada al
cine hasta que en 2002 se estrenara la adaptación del tercer volumen
La reina de los condenados, fracasando estrepitosamente.
Independientemente de sus adaptaciones
cinematográficas, merece la pena tener en consideración las
“Crónicas vampíricas”. Es una serie altamente irregular,
cierto, pero
su primera entrega es inigualable, muy superior al resto. El
segundo —
Lestat el vampiro— se solapa un poco con el que lo antecede, y el tercero —
La reina de los condenados— podría
haber supuesto un más que digno y muy entretenido punto
final a la saga, pero ésta se alarga y entra en una especie de
devaneo aburrido y autocomplaciente que realmente no aporta nada gracias a sus continuaciones:
El ladrón de cuerpos y
Memnoch el diablo.
En
Armand el vampiro recuperamos un poco el tono de las primeras entregas, cuando Rice retoma este personaje tan interesante y le da todo
el protagonismo, repasando su larga vida como lo hiciera antes con
Lestat. Siguiendo con
Merrick, decir que es una novela cuyo único
objetivo consiste en servir de puente con el otro gran universo
ficticio de la autora, el de las brujas de Mayfair —desde mi punto
de vista, se lo podría haber ahorrado—. Finalmente,
Sangre y
oro,
El santuario y
Cántico de sangre mezclan las
técnicas de novelas previas, ya sea narrando el pasado de tal o cual
personaje —Marius sobre todo— o presentando algunos de nuevos al
estilo de
Merrick. En general, este último tramo de las
crónicas pasa sin mucha pena ni gloria.
Pero aun siendo una serie de éxito,
sorprende que las “Crónicas vampíricas” no hayan catado aún
más fama: por su
cualidad de pionera en explotar al vampiro como
criatura sensual, por la calidad de sus primeros tres tomos y por el
carisma de sus personajes. Anne Rice abrió este camino y enseguida
lo siguieron Poppy Z. Brite con
El alma del vampiro —superior
en algunos aspectos—, Laurell K. Hamilton con
Placeres prohibidos —primero de la saga de “Anita Blake, cazavampiros” que Gigamesh
empezó a publicar y que lleva años en
stand by— y mucho más tarde
Charlaine Harris con la saga de Southern Comfort, que sería adaptada
como
True Blood. Pese a abrir el artículo mencionándola,
rechazo de manera absoluta incluir
Crepúsculo en esta herencia, que no inspira
más que vergüenza ajena. Quizás tantas opciones en este campo tan
específico diluyó el potencial de Rice.
Todas estas novelas de otras autoras comparten lo que ofrecen “Crónicas vampíricas”: un escenario donde la humanidad convive
con los vampiros, a veces a sabiendas, a veces ignorando su
existencia.
Todas presentan unos vampiros de sexualidad ambigua y muy
acentuada; la sed de sangre a la par de la sexual, depredadores en
ambos campos. Melancólicos, artísticos, rebeldes —con la
suerte de poder ser eternamente jóvenes—. Todas estas obras comparten
dichos elementos y algunos de ellos son muy de agradecer. Por
ejemplo, es difícil encontrar personajes de literatura fantástica
abiertamente homosexuales como los que hay en estas sagas.
¿Siendo así, qué se puede destacar
de “Crónicas vampíricas”? El trasfondo, la historia. Rice
se toma en serio la mitología detrás de sus personajes y la
construye con cuidado, y logra que resulte interesante. El origen del
vampirismo según Rice siempre me ha parecido muy atractivo, y en
muchas cosas me recuerda el escenario del juego de rol Vampiro: La Mascarada.
Rice está muy interesada, casi obsesionada, en darnos a conocer
hasta el último detalle de los personajes principales y al final,
esto los convierte en personajes fuertes, atractivos. Por todo ello,
merece la pena darle una oportunidad. Y más ahora que esta misma semana sale en España la traducción de El principe Lestat, la última y excelente incorporación a la saga.
por Nyarla
marzo 24, 2015
3 comentarios
Interesantísimo artículo. A mí me gusta bastante el mito de los vampiros, aunque tampoco soy un experto; Entrevista con el vampiro es de esos libros que siempre he querido leer y que, por hache o por be, todavía hoy no he tocado. De esas fechas, y aunque diferente, en el sentido de que creo que se centra más en el personaje humano que en los vampiros, es Sueño del fevre, una de mis novelas fantásticas preferidas.
El tema de los vampiros sí que es un tema que me ha gustado siempre. Reconozco que comencé este gusto cuando de pequeña una amiga y yo nos "escondimos" para vernos la película, con tan mala suerte que mis padres vinieron antes de la cuenta y en esa ocasión no pude terminar de verla. Ese mismo día mi padre se rió ante la ocurrencia de "esconderse para verla" y en cuanto pudo me regaló el libro que sacaban en el periódico, creo que era en El País. Me lo acabé en el mismo día, no bajé a comer, no salí de mi habitación y prometo que cuando mi madre abrió la puerta a las doce y media de la noche de aquel sábado, en ningún momento me creí que me hubiese tirado leyendo más de 18 horas seguidas. Un libro que me encantó y que me motivó el interés por juegos de rol como Vampiro Edad Oscura o Mascarada. Muy buen artículo. Considero que para quien no quiera perderse en mil libros de Anne Rice y quiera probar a ver si le gusta el tema, se lea Entrevista con el Vampiro que se puede considerar autoconclusivo.
Lo dicho, un gustazo de entrada Nyarla, como siempre. ;)
PD: Y te secundo en lo de Crepúsculo... -.-
Las Crónicas Vampíricas de Anne Rice son una de mis sagas de vampiros favoritas (en las que, por supuesto, no se incluye Crepúsculo XD). Sus personajes son aplaudibles, en especial Lestat y mi adorado Louis. Cierto es que presenta muchos altibajos, que Lestat el vampiro es, en su primera mitad, algo aburridilla. Pero creo que La Reina de los Condenados iguala en calidad a Entrevista con el Vampiro. Y El ladrón de cuerpos también me entretuvo bastante. Con Memnoch, sin embargo, Rice echó la saga a pique. El resto no me los leí (ni Marius ni Armand me llamaron nunca la atención).
Pero Rice no es solo Crónicas Vampíricas. De hecho, es una experta en tratar a las criaturas sobrenaturales desde un punto de vista más humanizado. Sin haber pasado tampoco por la saga de Mayfair, os recomiendo La Momia; y de su obra más reciente, El don del lobo.
Por mi parte, no tardaré en conseguir El Príncipe Lestat. Esperemos que con esta Rice recupere toda la magia de la saga :).
Gran artículo, Nyarla.
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.