El grupo original —del primer cómic, se entiende— de los Caballeros Extraordinarios hace tiempo que no está —casi todos sus miembros han muerto de viejos o desaparecido en diversas circunstancias—, pero las aventuras de los nuevos personajes de
esta historia cargada de elementos ucrónicos de Alan Moore y Kevin O'Neill sigue leyéndose con el mismo gusto que desde el principio, o por lo menos en mi caso. Es cierto que la serie ha ido perdiendo parte de su frescura original —el clímax lo alcanzó la segunda de las aventuras de los Gentlemen—, y
Century no consiguió precisamente elevar el listón por lo enrevesado y caótico de su propuesta. Pero después de
Black Dossier —recomendable libro que no se ha editado en español hasta hace unos meses por problemas de derechos—, la premisa que venía caracterizando la serie parecía agotada, hasta que comienzan a publicarse una serie de especiales que, mira por donde, han conseguido recobrar de una manera más directa y con argumentos más sencillos la propuesta original del cómic.
En lugar de presentar los arcos argumentales en una especie de trilogía o serie de doce números, en su lugar Moore da un salto en el tiempo y nos hace seguir las aventuras de la hija del temible capitán Nemo —quien combatió al lado de Mina Harker y Allan Quatermain, entre otros—, muchos años después de su muerte y habiendo transcurrido algunas décadas tras
Century: 1910. Es en ese cómic donde el personaje fue presentado por primera vez y moldeado a raíz de las cosas que le ocurren en la sucia y atestada ciudad del Londres post-victoriano.
Janni Dakkar es uno de los personajes más fuertes y con mayor personalidad que hemos encontrado en todas las series publicadas de TLoEG—con excepción de Mina Harker—, pero se debe sobre todo a la cantidad de atención que le dedica Moore, desarrollándola hasta el punto de protagonizar una serie de especiales como este que tenemos entre manos.
Nemo: Corazón de hielo sitúa la acción unos 15 años después de Century: 1910. Pese a que Janni Dakkar puso todo su empeño por distanciarse del legado de su padre, ha conseguido justo lo contrario: ella es el nuevo Nemo, en cuyo lote se incluyen cachivaches extraordinarios y portentosos avances científicos, además de, por supuesto, el mando de un nuevo Nautilus de color negro.
Este primer especial de
Nemo—que se completa con
Nemo: Rosas de Berlín y
Nemo: River of Ghosts —de reciente publicación en inglés—
es todo un homenaje a un clásico de la literatura de ciencia ficción y terror: En las montañas de la locura del señor Howard Phillips Lovecraft. De acuerdo, toda la serie es un continuo homenaje al universo de la ficción y el mundo de la literatura, incluida la propia hija del capitán Nemo —algo que no habría sido posible sin la novela de Julio Verne
Veinte mil leguas de viaje submarino—, pero desde el segundo volumen de
The League of Extraordinary Gentlemen (TLoEG) —posiblemente la mejor referencia a las obras de H. G. Wells que podamos leer en un cómic—, Moore no había tomado de manera tan directa un clásico del género y lo había adaptado a su manera pero respetando en todo la obra de Lovecraft.
Nemo: Corazón de hielo reúne todas las cualidades del texto de Lovecraft y lo convierte al propio universo de TLoEG, dotándolo de un ritmo aventurero en el que no falta la parte de descubrimiento y reflexión que tiene la novela, sin descontar los avanzados cacharros que usan los personajes de este universo, alguna que otra paradoja temporal y un par de alusiones secundarias al imaginario lovecraftiano.
Nemo: Corazón de hielo puede dar la sensación de estar dirigido exclusivamente a los fans de Lovecraft, pero nada más lejos de la realidad: Moore lo ha escrito como continuación de los anteriores volúmenes de la serie, centrándose en la nueva reina pirata, y es muy superior a la trilogía Century en cuanto a ritmo y recursos narrativos se refiere. Está perfectamente integrado en el universo de TLoEG y al final del volumen Moore nos obsequia con una historia en prosa como ya nos tiene acostumbrados desde los primeros The League of Extraordinary Gentlemen. El libro es corto y deja con ganas de seguir leyendo —otra versión de Lovecraft, por ejemplo—, pero dicen por ahí que si breve dos veces bueno, y este es el caso. Poco que añadir del peculiar apartado artístico de O'Neill: si te gustan los anteriores, este también te va a parecer muy bueno. Eso sí, es aconsejable haber leído previamente Century: 1910 para conocer al personaje principal, de otra manera nos perderemos parte de su encanto.
Planeta Cómic. Tapa dura, 56 páginas, 8,95 € (disponible en electrónico).
por Loren Sparrow
marzo 22, 2015
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.