¿Cómo es que el sablazo que le propinó Obi-Wan Kenobi no fue suficiente para matarlo? ¿Por qué está vivo el antiguo aprendiz de Palpatine si le vimos caer en La amenaza fantasma? Estas preguntas me temo que se quedan sin respuesta si lo que pensamos hacer es leer este cómic sin habernos informado previamente o no hemos visto la cuarta temporada de la serie de animación The Clone Wars. Efectivamente, el zabrak de mala leche infinita regresó de entre los muertos pese a lo mostrado en Episodio I: La amenaza fantasma y muchos se han preguntado si ha sido o no buena idea devolver a la existencia un personaje en apariencia tan limitado como él.
Pero las cosas son así y tanto la serie de animación The Clone Wars como el cómic Hijo de Dathomir forman parte del nuevo canon establecido por Disney y Lucasfilm —no lleva encima la palabra "Leyendas"—. Si eres de los que no ha visto la serie de animación y coge por primera vez este cómic pensando que se sitúa antes de la nueva trilogía de películas —la de Abrams no, la de Lucas— solo porque aparece Maul en la portada, creerás que el Universo Expandido se ha vuelto loco y que más raro resulta ver un duelo entre Maul y Grievous cuando parecen sacados de dos contextos totalmente diferentes. Claro que si has visto la serie no hay problema , o bien puedes echar mano de la biografía del personaje en la Wookiepedia, que para el caso es totalmente válido —pero cuidado con los spoilers porque en esas biografías también se cuenta parte del cómic—. Eso sí, debe tenerse en cuenta que Darh Maul no es aquí el descerebrado y sumiso adlátere que puede verse en La amenaza fantasma, sino alguien decidido que tiene claros sus objetivos, que busca venganza y que es capaz de decir más de dos frases seguidas.
De Hijo de Dathomir hay que decir: es una miniserie de cuatro números publicada en 2014 durante la última etapa de Dark Horse a mano de los cómics de la franquicia galáctica. El cómic es la adaptación de uno de los guiones de The Clone Wars que no llegaron a producirse para la sexta y última temporada de la serie antes de su cancelación en 2013. La novela Dark Disciple que se pone a la venta en julio también es la adaptación, en este caso novela, de un guión descartado para un episodio de la serie donde aparece Quinlan Vos —sí, el mítico personaje de los cómics—.
La trama del cómic tiene lugar, cronológicamente hablando, después del decimosexto episodio de la quinta temporada de The Clone Wars —una vez que el personaje ha sido reinsertado en la historia durante la tercera temporada—y nos relata la lucha que mantiene Maul contra la Confederación de Sistemas Independientes y por tanto contra Darth Sidious, el general Grievous y el conde Dooku. Por esa razón es aconsejable haber visto antes dicho episodio para luego leer el cómic y sacarle todo el provecho posible, además de comprender los motivos por los que Maul quiere llevar a cabo su venganza contra la pareja de Sith del momento.
Jeremy Barlow ha escrito un guión fluido, centrado en la acción y coherente con lo presentado en The Clone Wars, y aunque para muchos la historia pueda parecer extraña por utilizar un personaje que debería haber muerto —o una historia alternativa fuera de canon de no ser por la serie—, es un cómic que reúne las cualidades que debe tener cualquier publicación de Star Wars: duelos, batallas espaciales, explosiones y la lucha entre el bien y el mal —aunque aquí solo hay lucha entre villanos—. De acuerdo en que la información que aporta de cara al Universo Expandido es nimia, pero eso es común en muchos cómics de Star Wars y no son óbice para disfrutar de un planteamiento entretenido. Lo que hace Barlow con Hijo de Dathomir es trabajar con los elementos ya dispuestos —incluida la aparición del propio Obi-Wan—, dar un poco más de información sobre el trasfondo de Maul —al que sumamos las novelas publicadas— y darles algún tipo de conclusión, aunque el cómic en ese aspecto no es del todo satisfactorio.
Por otra parte, el dibujo de Juan Frigeri acompaña muy bien al guión de Barlow y tenemos representados de manera precisa ciertos personajes que ya conocemos. Si Barlow es coherente con la historia de The Clone Wars, Frigeri lo es con el apartado visual —sin olvidar el color de Wes Dzioba— y figuras como Obi-Wan, el conde Dooku, el general Grievous o el propio Darth Sidious nos parecen familiares. De hecho, las expectativas que los fans se crearon por el cómic se debían en parte al dibujo de Frigeri, y aunque en mi opinión tiene momentos espectaculares, le falta fuerza y un mayor detalle en ciertas viñetas.
En resumen, Hijo de Dathomir parece un cómic escrito y dibujado pensando más en los fans insatisfechos de The Clone Wars que no en los habituales del UE, todo hay que decirlo. Si eres de los que todavía no se han adentrado de una manera profunda en los cómics de la franquicia, es mejor que te gastes los quince créditos que vale Hijo de Dathomir en otro título de Star Wars que te pueda llamar más la atención, porque este seguramente te sabrá a poco. En cambio, si eres fan del Sith tatuado y con cuernos y quieres saber lo que pasó tras The Clone Wars échale un ojo. Seas del bando que seas, el cómic tiene un par de momentos espectaculares, como la pelea de Maul con los más malos de la nueva trilogía de películas, y solo por eso ya merece la pena detenerse un momento para verlo.
Planeta Cómic. Rústica, 96 páginas, 14,95 €.
0 comentarios
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.