Bienvenidos, grumetillos, al Argo II. Ha llegado el final del viaje y con este, el agridulce sabor del final de una aventura que nos ha llevado por todo el Mediterráneo luchando contra gigantes y demás criaturas horripilantes creadas por Gaia. Con La sangre del Olimpo Rick Riordan cierra la pentalogía de “Los héroes del Olimpo”, concluyendo las aventuras que empezara hace ya diez años con Percy Jackson y el ladrón del rayo. ¡Lo qué ha llovido desde entonces!
¿Qué podemos decir que no hayamos dicho ya a lo largo de esta larga travesía mitológica cuando por primera vez acompañamos a aquel inquiero chaval disléxico que resultó ser hijo de Poseidón? A modo de resumen, os dejo aquí los títulos anteriores pertenecientes a “Los héroes del Olimpo” y sus reseñas, pero atención, porque si hasta ahora no habéis leído hasta, sufrís el riesgo de que las Moiras os desvelen los misterios de la serie. Así que ojo con los spoilers porque son como las meigas gallegas: “haberlas, haylas”.
- El héroe perdido
- El hijo de Neptuno
- La marca de Atenea
- La Casa de Hades
- La sangre del Olimpo
Siete mestizos responderán a la llamada.
Bajo la tormenta o el fuego el mundo debe caer.
Un juramento que mantener con un último aliento,
y los enemigos en armas ante las Puertas de la Muerte.
Centrándonos en el libro que nos ocupa y que cierra la serie, La sangre del Olimpo sabe a poco. La narración se centra en el punto de vista de unos cuantos personajes en lugar de los siete protagonistas de la profecía. Menos mal, porque bastante lenta fue ya la narración en La Casa de Hades con un Riordan empeñado en que viéramos lo mismo desde todos los ángulos posibles como para repetir el experimento. Ha sido refrescante que Riordan desviara la atención de sus dos estrellas, Percy y Annabeth, para centrarla en los secundarios. Aunque se echa en falta el protagonismo de nuestros semidioses favoritos, que Riordan los sacrifique “narrativamente” en aras de dar más protagonismo a los demás me parece todo un acierto. Da velocidad y deja de sentirse esa sensación de “repetición argumental”.
Es decir, al igual que pasaba con el libro con el que arrancaba la serie, El héroe perdido, vamos a ver cómo se desarrolla la aventura principalmente desde el punto de vista de Jason, Piper, y Leo. Además, como añadido, Reyna gana mucho protagonismo y como no podía ser de otro modo —tachán— para mí el personaje más logrado, Nico, por fin demuestra lo que vale y de qué pasta está hecho. Ya era hora a que al hijo de Hades se le diera el protagonismo que se le debía como semidiós molón donde los haya. Es, con todo, el personaje que más evoluciona desde que apareciera en la primera pentalogía. ¡Encantada he quedado con su desarrollo y por como Riordan ha sabido hacer madurar al personaje! No es que los demás personajes no hayan madurado, pero el caso de Nico era muy especial y era uno de mis secundarios favoritos y tenía una espina clavada por lo desaprovechado que estaba.
Una de las cosas que he llegado a echar en falta es el sentido de “guerra apocalíptica y catastrófica contra reloj” que se respiraba en la entrega final de Percy Jackson y los dioses de Olimpo. Aún recuerdo cuando terminé con el corazón en un puño mientras leía el final de El último héroe del Olimpo y como se me quedaron los ojos con aquel glorioso y épico final. No me entendáis mal, La sangre del Olimpo sigue siendo espectacularmente épica, pero los sacrificios requeridos no llegan a serlo tanto, la tensión final termina por flojear y el final es tan simple que te quedas con la miel en los labios. La palabra clave es “más”. Le ha faltado más espíritu, más gloria, más batalla y un principio menos introductorio. Quizá, el que la novela tarde casi un tercio en arrancar, le haya quitado brillo al final.
Para no alargar mucho más la reseña —me estoy empezando a enrollar como las persianas—, la edición de Montena es de la calidad a la que nos tiene acostumbrados: tapa dura, buena encuadernación, papel de gramaje correcto y buena letra e interlineado. Quizá para algunos lectores no sea relevante, pero para mí es crucial poder leer cómodamente sin letra pulga y sin párrafos “apegotonados”. ¿Será que iré empezando a necesitar gafas?
Poco más queda por decir. Rick Riordan es, con diferencia, uno de mis autores juveniles favoritos por su humor, por su toque personal, por lo bien que enlaza las historia, por los personajes carismáticos que desarrolla, por los secundarios, por la ambientación, el desarrollo y las risas que me termino echando siempre que leo alguno de sus libros. Aunque esta segunda pentalogía la considero inferior a su predecesora —“Percy Jackson y los dioses del Olimpo”— sigue siento tan disfrutable y emocionante como la primera y, para que engañarnos, el panteón romano también tiene derecho a su pedacito de gloria. Mi paso por el Campamento Júpiter ha sido tan fantástico como lo fue en su día mi estancia en el Campamento Mestizo, y solo por eso, por volver a recuperar mis personajes favoritos y darme nuevos protagonistas con falditas romanas, esta serie es de lo mejor que existe de cara a un público juvenil. Es más, si tuviera que elegir entre Rick Riordan y J. K. Rowling, lo tendría muy, pero que muy difícil. ¿Pero para que elegir? Ambas ocupan un lugar privilegiado en mi estantería.
Espero que Rick Riordan nos siga deleitando con más aventuras mitológicas. Por lo pronto, tenéis al panteón egipcio dando guerra con “Las crónicas de Kane” (La pirámide roja, El trono de fuego, La sombra de la serpiente) además de un crossover, publicado en formato electrónico, entre griegos y egipcios. Ahora seguiremos soñando hasta el lanzamiento en octubre de The Sword of Summer, el primer libro de la nueva saga de Rick Riordan, "Magnus Chase and the Gods of Asgard". Efectivamente, mitología nórdica al estilo de Percy Jackson.
Sea el universo que sea, recordad siempre que el sello “Rick Riordan” es sinónimo de aventuras épicas contrarreloj, humor estrambótico y mitología a montones. ¡Nos vemos en la siguiente aventura, grumetillos!
2 comentarios
¡Que ganas de leer la saga! XD Ya llevaba un tiempo queriendo leerla, pero gracias a la reseña más todavía. Y sobre todo, más aún sabiendo que en octubre empieza la nueva saga de Riordan, centrada esta vez en los dioses nórdicos.
Imagino que tendrás las expectativas bastante altas. :D
¡Estratosféricas! Tengo tantas ganas de leer su nueva serie que es posible que ni me espere a que salga publicada en castellano :D
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.