Una ondina es un ser fantástico de cabellos y ojos de agua, de pura belleza que atrae irremediablemente la mirada de los hombres, tal es su encanto. Son seres pertenecientes a la mitología germánica, así como escandinava. Sus lugares comunes de residencia son los lagos, ríos y fuentes, donde manejan el poder del agua y otros seres faéricos similares en beneficio de una causa benigna, pero que en el fondo pueden acarrear una terrible maldición.
La protagonista de esta historia es precisamente una ondina, una ninfa de las aguas. Ondina es un relato o novela corta (una novella en inglés) escrita por el alemán Friedrich de la Motte Fouqué (1777-1843), publicada en 1811 en alemán, y traducida a la lengua inglesa por vez primera en 1818. Dado el origen fantástico del relato, propio del siglo XVIII, que es cuando se asociaba el romanticismo con lo irreal o la fantasía, su autor se inspiró en el Libro de las ninfas, sílfides, pigmeos, salamandras y de otros espíritus, de Paracelso. Hasta un coetáneo y amigo del autor, E.T.A. Hoffmann, compuso una ópera también titulada Ondina, de la que Fouqué fue el autor del "libretto".
Con este relato se pone de manifiesto lo fantástico y lo sobrenatural, en la forma de paisajes extraños y criaturas misteriosas. Uno de los personajes del relato, haciendo mención al movimiento de la época, abandona la ciudad a orillas del Danubio en la que vive, para perderse de manera involuntaria en el bosque negro que la rodea, terminando sin quererlo en una cabaña de pescadores apartada del mundo, en parte por las fuertes lluvias que asolan la región (que no es otro el motivo que los caprichos de un poderoso ser del agua), y en parte por estar arrinconada a las afueras de dicho bosque. Allí, el caballero conoce a la pareja de pescadores que mora en la cabaña, quienes tienen como hija adoptiva a un exquisito y caprichoso ser que parece ser más de lo que aparenta a simple vista.
"La tierra cubierta de hierba sobre la que estaba construida su cabaña se extendía a lo lejos, penetrando en un gran lago, y parecía como si esa lengua de tierra se hubiese adentrado por amor en las aguas de un azul cristalino, y como si esas mismas aguas hubiesen acogido con los brazos enamorados la bonita vega, sus altas hierbas abatidas por el viento y sus flores, así como las refrescantes sombras de los árboles."
El cuento o relato reúne muchos elementos fantásticos que lo marcaron como uno de los más importantes de su género en la época. Así, disponemos de ese misterioso bosque en el que habitan criaturas más allá del entendimiento humano, irreales e improbables, pero que existen de verdad. Más avanzado el relato, tampoco falta el misterioso castillo, de impresionantes salones y susurrantes pasillos, antesala del movimiento gótico consiguiente. Un entorno totalmente poético que hace hincapié en la noche, en lo mágico, los sueños y lo místico. Ondina se presenta como un personaje con capacidades innatas, alejada del ser humano, con unos sentimientos que afloran en los momentos en que su naturaleza debe anteponerse ante todo lo demás, incluso si se trata del amor del caballero. Ni que decir tiene que todo el relato está situado en una atemporal Edad Media, que no hace sino realzar la naturaleza en forma de piedras, el viento, los árboles o las fuentes. El motivo religioso también está presente, ya que viene acompañado por el propio movimiento literario en sí. El contraste entre lo pagano y lo cristiano, sacerdotes o antiguas creencias, aunque ambas cosas puedan ir en ocasiones de la mano y sentir respeto el uno por el otro.
Con un estilo literario algo arcaico, se trata de un relato verdaderamente mágico, con ciertos toques siniestros que brindan los escenarios, los misterios que encierran, y que en cierto modo, los personajes no parecen dueños de su propio destino a tenor de lo ocurrido una vez finalizada su lectura. Para leer el relato, actualmente puede encontrarse en la antología Cuentos Fantásticos del Romanticismo Alemán, de la editorial Valdemar, octubre de 2008 (edición y traducción de José Rafael Hernández Arias). La edición original se titula Undine (del alemán), y hasta existe una versión de 1909 ilustrada por Arthur Rackham, famoso ilustrador inglés. Posiblemente sea la única obra de Friedrich de la Motte que ha llegado hasta nuestros días.
3 comentarios
A mí me encantó. Lo leí en una compilación antigua de relatos del romanticismo alemán, entre los que estaba el Werther, de Goethe.
Es un relato mágico y maravilloso.
Pues sí, el relato despierta maravilla y magia de principio a fin. Un relato que puede dividirse en dos partes (la primera en la cabaña, la segunda en la vida en el castillo), y donde los escenarios cobran gran importancia. Esos bosques misteriosos, los acantilados, una simple fuente que encierra algo más...
Otro más en la lista de pendientes :-)
¡Saludos!
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.