"El Espejo Negro", de Alfonso Domingo

Título original: El Espejo Negro.

Edición: 472 págs. 20€. Algaida, octubre 2011.

Traducción: Obra en castellano.

Temática: Thriller histórico.

Correlación: Independiente.

El Espejo Negro de Alfonso Domingo es la novela ganadora del XLIII Premio de Novela Ateneo de Sevilla. La historia, a mitad de camino entre la novela histórica y el thriller, nos cuenta dos vidas distintas unidas por una pasión pictórica: El Bosco. Tengo que reconocer que, aunque disfruto de los museos y las exposiciones, soy una persona pictóricamente analfabeta y que pocas cosas conocía de El Bosco salvo lo que recordaba de mis clases de historia en el instituto. Es decir, algunos de sus cuadros más famosos y emblemáticos, y poco más. Ahora, gracias a Alfonso Domingo, este pintor ha dejado de ser un desconocido para mí dada la extensa documentación, ambientación y narración de la novela.

Pero no nos asustemos. ¡No vamos a leer un manual de Historia del Arte! La recreación de su vida y obra de El Bosco es cuidadosamente introducida en la novela en forma de cartas o recreando las propias palabras del pintor. Y cuidado, no estamos ante una novela histórica al uso aunque lo parezca, lo que encontramos aquí es un thriller apasionante digno de verse en las mejores pantallas de cine. Os aseguro que si la novela hubiese sido escrita allende los mares, algún estudio cinematográfico ya le habría echado sus zarpas a semejante historia.

La novela empieza y acaba con un juego de cartas, símil de la vida, preparándonos para lo que está por acontecer. En primer lugar conoceremos a Jerónimo Díaz, un pintor anarquista que se exilia a París tras la Guerra Civil Española. Allí conocerá a un misterioso personaje que le embarcará en la aventura de su vida y le llevará a Amsterdam para falsificar un cuadro desconocido que le perseguirá hasta la obsesión: “Jonás y la Ballena” de El Bosco. Sin embargo, el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la entrada de los nazis en Holanda pondrán en brete su trabajo, su seguridad y la gente a la que ama por culpa de tan misterioso cuadro, y el secreto alquímico que oculta. Por otra parte, setenta años después, tenemos a Javier Carreño, un especialista en arte medieval que es designado por el Museo del Prado como comisario para una exposición importantísima sobre El Bosco. Una vida académica, aburrida, gris, que cambia con un encuentro fortuito: una joven pintora que será el nexo de unión entre aquel joven pintor anarquista que sobrevivió a la Guerra Civil Española y a los campos de exterminio nazis y el más misterioso cuadro del pintor flamenco. Aunque las dos historias son narradas de forma simultánea en el libro, no hay confusión alguna. Es más, para rizar el rizo, tendremos también intercaladas la vida de El Bosco, narrada por él mismo, y las cartas que muestran el recorrido y la vida de sus obras.

Como decía en un principio, esto no es una novela histórica. Tiene un gran componente histórico y está fantásticamente documentada, pero lo que tenemos es un thriller redondo que haría que se le cayera la cara de vergüenza a ciertos “escritores” de best-sellers extranjeros. Y si además conforme vas leyendo la novela, utilizas Google para buscar los cuadros de los que se habla, la experiencia es, por demás, enriquecedora. Si viviera en Madrid y estuviera cerca del Museo del Prado, os aseguro que habría ido volando para ver in situ a los verdaderos protagonistas de la novela: los cuadros de El Bosco.

Y poco más. He disfrutado mucho de la lectura de El Espejo Negro. Es de narración fluida y de trama interesantísima, amén de la pasión que esconde cada línea por el trabajo de El Bosco. Estoy convencida que los amantes del arte disfrutarán de esta novela muchísimo más aún que los que somos poco legos en la materia. Yo termino el libro con una sensación muy positiva y con muchas más ganas de adentrarme en el fascinante mundo del arte. Solo me queda el agradecer a la Algaida, la oportunidad de leer esta novela.

Puntuación: 8/10

por Eilonwy diciembre 16, 2011