Título original: Los Piratas Circulares.
—Un pirata no necesita nada —exclamó con la mirada encendida—. Porque un pirata lo tiene todo: el aire, el agua, su sable y el miedo de todos los hombres...
Este es uno de los fragmentos que podemos encontrar entre las páginas de Los Piratas Circulares. El madrileño Rafael Estrada, autor de numerosas obras en su mayor parte destinadas a un público juvenil, tales como El comisario Oligario, El rey Solito, La sonrisa del ogro o La ciudad de las sombras, entre otras, se adentra en el mundo de la piratería para ofrecernos una novela para jóvenes lectores que habla de la única escuela de piratas que hay en el mundo, llamada Galeón por estar situada en un verdadero navío pirata, y que regenta el temido capitán Garsen.
Es esta una de las últimas apuestas para estas navidades de 23 Escalones, editorial independiente especializada en literatura de corte fantástico (terror, juvenil, poesía). La llamativa portada, obra de Carlos Núñez de Castro, tiene un aire a "Piratas del Caribe" gracias a la fuente escogida para el título. Sin duda un gran reclamo para jóvenes lectores que busquen leer una entretenida novela de aventuras, de estilo sencillo, aunque trufado de giros argumentales no demasiado escabrosos, con una terminología náutica adecuada al público al que está dirigida la novela. Incluso se completa con un más que generoso glosario de términos marineros ("glosario pirata", como le llaman), que hasta incluye definiciones que ni siquiera aparecen en la obra.
¿Y qué podemos encontrarnos en Los Piratas Circulares? Se trata de una lectura entretenida, divertida, que se lee en tres suspiros por la no excesiva longitud de la misma (la novela abarca poco más de cien páginas sin contar el glosario). Está protagonizada por un chico, Napias, que ingresa desde pequeño en la insólita escuela de piratas del capitán Garsen, a orillas del Mediterráneo. Confraternizando con otros chicos de edad similiar, Napias aprenderá el uso del sable, a maldecir como un verdadero pirata, a escupir, a beber grog, e incluso conocerá de primera mano la dureza de los piratas adultos. Debido a su corta extensión, me hubiera gustado que el autor hiciese mayor hincapié en el método de aprendizaje de un pirata. Los momentos en la escuela me han sabido a poco, quizá esperaba algo parecido a los métodos de enseñanza vistos en "Harry Potter", por poner un ejemplo reciente donde aparece una escuela de temática imaginaria. Sin embargo, dada su brevedad, así como las reminiscencias a La Isla del Tesoro de R. L. Stevenson (tesoro pirata incluido), Los Piratas Circulares se convierte en una novela ágil y fresca, perfecta para pequeñas mentes lectoras, también para adultos que busquen una historia de piratas destinada a los jóvenes (a partir de 11 años, reza la contracubierta), que se lee enseguida y deja un buen regusto piratil. Por poco más de diez doblones nos llevamos un libro atractivo, que ofrece justamente lo que promete en su corta duración.
5 comentarios
Oye, pues es verdad... la fuente de portada es al más puro estilo Piratas del Caribe! :)
La verdad es que tiene una pinta estupenda :)
A mi siempre me gustan mucho este tipo de libros que no son muy extensos y que te dejan meterte algo más en distintas temáticas, algo variadas de lo que solemos leer algunos (cof cof, como una servidora, que casi siempre leo el mismo género). Así que visto que está por aquí, a ver si me lanzo y lo secuestro durante unos días, iré encargando una jarra de buen grog...
Gracias Loren. Me ha gustado mucho tu reseña.
El título es realmente fantástico.
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.