19 de abril de 2012

Reseña: «La Capa», de Joe Hill, Jason Ciaramella y Zach Howard

Título original: The Cape One Shot y The Cape 1-4 USA.
Guión: Joe Hill, Jason Ciaramella.
Dibujo: Zach Howard.
Edición: Cartoné, 152 págs (color). Planeta DeAgostini, abril 2012.
Precio: 14,95 €.
Traducción: Nacho Bentz.
Temática: Superhéroes, villanos, drama, infancia.
Correlación: Independiente.



Desde siempre, la capa ha estado considerada como una parte más de la indumentaria del superhéroe. Como mero adorno o como prenda indispensable a la hora de conferir al sujeto la capacidad de volar, ha sido todo un icono cultural en el mundo del cómic (Alan Moore aportó su granito de arena en Watchmen, otros como Mark Millar directamente la suprimen en Wanted). Sea villano o superhéroe el portador de la prenda, es un distintivo, una marca. Eso le ocurre a Eric, el protagonista de
La Capa, un cómic escrito originalmente por Joe Hill (El Traje del Muerto, Fantasmas...) –seudónimo del hijo de Stephen King, aunque está mal que lo digamos debido a querer forjarse un futuro propio independiente al apellido de su padre
, adaptado de un relato en prosa que a su vez fue recogido en forma de one-shot por Jason Ciaramella tras su paso por las antologías de Locke & Key.

Un relato sobre la frustración protagonizado por un treintañero, Eric, un ser solitario, malhumorado, sin trabajo, que de pequeño tuvo un accidente mientras jugaba con su hermano a ser superhéroes. Desde entonces no ha levantado cabeza, hundiéndose a cada día que pasa en una espiral de odio contra sí mismo. Porque La Capa es un relato maduro sobre el odio hacia la propia persona y que en muchas ocasiones termina salpicando a nuestros semejantes, que tratan de ayudar en las más de las veces. Eric, en lugar de utilizar los poderes de su ajada capa, un recuerdo infantil, lo utiliza para vengarse de todos aquellos que le rodean, en una espiral de muerte y destrucción.


Una vuelta de tuerca al concepto del clásico antihéroe con poderes, salvo con la diferencia de que aquí no hay héroes, sino un villano de tomo y lomo, amargado, culpable de la vida que lleva pese a que no sea capaz de admitirlo. Podríamos decir que es el fiel reflejo (obviando los detalles de ficción, aunque la realidad siempre superará a la ficción) de muchos de los adultos hoy en día que no saben que hacer con su vida, han perdido su trabajo, no han querido, o no han tenido ocasión de estudiar, que han llegado a tal grado de frustración que su propia personalidad y relación con su entorno se han visto seriamente alterados.


Salpicada de secuencias impactantes cuanto menos, La Capa es una lectura absolutamente recomendable, un tebeo original y redondo. En mi opinión una lectura algo corta, pero intensa a más no poder por su toque de terror, y que invita a la reflexión sobre la psicología del personaje central tras su amarga lectura. Espectacular el dibujo de Zach Howard, que se completa con una capa superpuesta sobre el color de Nelson Daniel que añade profundidad a la obra, dotándola al mismo tiempo de un sabor a tebeo antiguo muy bien conseguido. La edición de Planeta DeAgostini en tapa dura se completa con el manuscrito anotado de la historia original de Joe Hill y las portadas originales, tanto a color, como en blanco y negro.

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