Dirección: Barry Sonnenfeld.
Guión: Etan Cohen (guión), Lowell Cunningham (cómic).
Producción: Amblin Entertainment, Hemisphere Media Capital, Imagenation Abu Dhabi FZ.
Nacionalidad: Estados Unidos.
Duración: 106 min.
Estreno en España: 25 de mayo, 2012 (ver tráiler).
Temática: Ciencia-ficción, acción, comedia.
Correlación: Tercera entrega de la trilogía "Hombres de Negro".
Los Hombres de Negro es una organización gubernamental que se encarga de evitar que el ciudadano corriente sepa de la existencia de habitantes extraterrestres en la misma Tierra. Son algo así como los supervisores terrestres del ir y venir de las especies de otros planetas, además de ser los guardianes de conocimientos que se quedan entre las paredes de la agencia. Entre esos Hombres de Negro destacan el Agente K y el Agente J, interpretados por Tommy Lee Jones y Will Smith, respectivamente, protagonistas indiscutibles de las tres películas. Tras aquella lejana primera parte, estrenada en 1997, y nuevamente tras su más que olvidable continuación cinco años más tarde, los agentes de traje negro y armas rocambolescas vuelven a la carga siete años más tarde para el cierre de esta "trilogía" que aúna elementos de comedia y ciencia-ficción. Todo ello inspirado en el cómic de los noventa creado por Lowell Cunningham, que es de donde cobró vida toda esta ambientación de marcianos y agentes secretos.
Junto a las habituales características reconocibles por todos los seguidores de las películas, gags propios o referencias visuales, Men in Black 3 supera a su antecesora no sólo en calidad técnica (estamos en plena revolución digital, otra vez), sino ofreciendo a su vez un argumento algo más sólido que en Men in Black II, dentro de lo que cabe por lo limitado del planteamiento que desde sus inicios, en Men in Black, daba poco pie a continuar explotando la saga en siguientes películas. Lo más interesante del conjunto, aparte del imponente villano interpretado por Jemaine Clement -Boris "el Animal", el último de los bogloditas- es el viaje en el tiempo que resulta ser el Macguffin de la cinta, un recurso argumental que sirve para explorar el pasado del reservado y meticuloso Agente K, interpretado aquí por un convincente Josh Brolin, que sabe dar el tipo en su rol de la versión joven del papel de otro actor, como es el caso de Tommy Lee Jones.
Estamos viviendo una especie de revival en el mundo de Hollywood, con argumentos y situaciones que nos retrotraen a épocas anteriores, véanse los años setenta para el caso, al estilo de lo que ha ocurrido hace poco con el trabajo de Tim Burton en Sombras Tenebrosas. Empleando un artefacto para viajar en el tiempo -proporcionado por un extraterrestre camuflado que tiene una tienda de electrónica- el Agente J (Will Smith) se ha impuesto la tarea de viajar a esos alegres años setenta para conocer de primera mano qué es lo que hizo cambiar para siempre al Agente K, y de paso salvar su vida de Boris el Animal, quien a su vez ha conseguido escapar de la prisión de máxima seguridad que construyeron exclusivamente para él en la Luna y viajar en el tiempo para acabar con K en señal de venganza por hacerle desaparecer literalmente el brazo de un disparo. Situaciones disparatadas, guiños a algunas figuras relevantes de los setenta y una sucesión de escenas divertidas -otras no tanto- que es ya marca de la casa en "Men in Black".
En el aspecto visual, un sobresaliente por los diseños de criaturas raras, efectos digitales y demás parafernalia de ciencia-ficción (la película ha sido estrenada también en 3D), con especial hincapié en los efectos especiales todo el tramo final (de verdad, excelente). Lo mismo para el aspecto sonoro. Pero en el plano musical, que corresponde a Danny Elfman, no podemos decir que su banda sonora vaya a pasar a la posteridad. Aunque el compositor emplea el reconocible leitmotiv común de la saga, repite tantas veces el tema principal a lo largo de la más de media hora de metraje de la cinta, que la banda sonora en conjunto no tiene más que eso, dando la sensación de ser un trabajo impuesto, poco trabajado en comparación con otras partituras de Elfman para otras tantas películas (¿demasiado trabajo o ganas de terminar cuanto antes con los Hombres de Negro?
En resumen, Men in Black 3 es una correcta comedia de ciencia-ficción, que pone el broche final a una saga que resulta limitada por su poco aprovechado planteamiento, pudiendo elaborar verdaderas tramas de ciencia-ficción en lugar de tanta introspección en unos personajes que de principio resultan tremendamente planos. En el terreno interpretativo, Will Smith hace de él mismo (con todo lo que ello conlleva), mientras que poco más le podemos pedir a Tommy Lee Jones en su papel de agente antisocial y poco comunicativo. Emma Thompson pasa ligeramente desapercibida, mientras que la estrella total de la cinta, junto a Will Smith, es el mismo Josh Brolin, el que mejor sabe aprovechar su personaje dentro de los límites impuestos. La película deja un interesante regusto final con la táctica de la lágrima fácil, que parece eliminar las anteriores sensaciones de broma protagonizadas por los dos papeles protagonistas. Con estas definiciones, los Hombres de Negro se acaban aquí. Para pasar un rato divertido si no tienes nada mejor que ver, te gusta Will Smith (o Josh Brolin) y eres un fiel seguidor de la saga.
Junto a las habituales características reconocibles por todos los seguidores de las películas, gags propios o referencias visuales, Men in Black 3 supera a su antecesora no sólo en calidad técnica (estamos en plena revolución digital, otra vez), sino ofreciendo a su vez un argumento algo más sólido que en Men in Black II, dentro de lo que cabe por lo limitado del planteamiento que desde sus inicios, en Men in Black, daba poco pie a continuar explotando la saga en siguientes películas. Lo más interesante del conjunto, aparte del imponente villano interpretado por Jemaine Clement -Boris "el Animal", el último de los bogloditas- es el viaje en el tiempo que resulta ser el Macguffin de la cinta, un recurso argumental que sirve para explorar el pasado del reservado y meticuloso Agente K, interpretado aquí por un convincente Josh Brolin, que sabe dar el tipo en su rol de la versión joven del papel de otro actor, como es el caso de Tommy Lee Jones.
Estamos viviendo una especie de revival en el mundo de Hollywood, con argumentos y situaciones que nos retrotraen a épocas anteriores, véanse los años setenta para el caso, al estilo de lo que ha ocurrido hace poco con el trabajo de Tim Burton en Sombras Tenebrosas. Empleando un artefacto para viajar en el tiempo -proporcionado por un extraterrestre camuflado que tiene una tienda de electrónica- el Agente J (Will Smith) se ha impuesto la tarea de viajar a esos alegres años setenta para conocer de primera mano qué es lo que hizo cambiar para siempre al Agente K, y de paso salvar su vida de Boris el Animal, quien a su vez ha conseguido escapar de la prisión de máxima seguridad que construyeron exclusivamente para él en la Luna y viajar en el tiempo para acabar con K en señal de venganza por hacerle desaparecer literalmente el brazo de un disparo. Situaciones disparatadas, guiños a algunas figuras relevantes de los setenta y una sucesión de escenas divertidas -otras no tanto- que es ya marca de la casa en "Men in Black".
En el aspecto visual, un sobresaliente por los diseños de criaturas raras, efectos digitales y demás parafernalia de ciencia-ficción (la película ha sido estrenada también en 3D), con especial hincapié en los efectos especiales todo el tramo final (de verdad, excelente). Lo mismo para el aspecto sonoro. Pero en el plano musical, que corresponde a Danny Elfman, no podemos decir que su banda sonora vaya a pasar a la posteridad. Aunque el compositor emplea el reconocible leitmotiv común de la saga, repite tantas veces el tema principal a lo largo de la más de media hora de metraje de la cinta, que la banda sonora en conjunto no tiene más que eso, dando la sensación de ser un trabajo impuesto, poco trabajado en comparación con otras partituras de Elfman para otras tantas películas (¿demasiado trabajo o ganas de terminar cuanto antes con los Hombres de Negro?
En resumen, Men in Black 3 es una correcta comedia de ciencia-ficción, que pone el broche final a una saga que resulta limitada por su poco aprovechado planteamiento, pudiendo elaborar verdaderas tramas de ciencia-ficción en lugar de tanta introspección en unos personajes que de principio resultan tremendamente planos. En el terreno interpretativo, Will Smith hace de él mismo (con todo lo que ello conlleva), mientras que poco más le podemos pedir a Tommy Lee Jones en su papel de agente antisocial y poco comunicativo. Emma Thompson pasa ligeramente desapercibida, mientras que la estrella total de la cinta, junto a Will Smith, es el mismo Josh Brolin, el que mejor sabe aprovechar su personaje dentro de los límites impuestos. La película deja un interesante regusto final con la táctica de la lágrima fácil, que parece eliminar las anteriores sensaciones de broma protagonizadas por los dos papeles protagonistas. Con estas definiciones, los Hombres de Negro se acaban aquí. Para pasar un rato divertido si no tienes nada mejor que ver, te gusta Will Smith (o Josh Brolin) y eres un fiel seguidor de la saga.
Quería verla, pero entre que hay críticas poco entusiastas y hay cameo de Justino Creyente, creo que paso.
ResponderEliminarUn saludo y buena crítica =)
¿Ah sí? Pues la verdad es que no me di ni cuenta. xDD O sí, en cuyo ni me acuerdo.
ResponderEliminarDesde luego no son Los Vengadores, pero para echar un rato no está mal. Eso sí, la primera siempre será la mejor de todas.
Gracias por comentar. ;)
¿¿O.o Sale el pequeño Justin?? Oye, pues yo ni me fijé. xDDD A mi esta tercera peli me gusta mucho más que la segunda que, en ciertos momentos, me llegó a provocar cierta verguencica ajena. El personaje que más me ha gustado es el unicornio estelar. Hacía mucho tiempo que no veía un actor con una expresión, una interpretación y unos ojos tan expresivos como los de Robin Williams (salvando distancias inabarcables claro está xD).
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