A día 5 de Junio, fallecía en Los Ángeles Ray Douglas Bradbury a la edad de 91 años. Este hombre se convertiría desde sus más tiernos inicios en una estela brillante dentro del panorama cultural, ya fuese en medios como la literatura, el cine y la televisión. Será una de las personas que convertirían nuestro mundo en un lugar más atractivo, divertido, vibrante y fantástico. Pulsa AQUÍ si quieres escuchar música relacionada mientras lees.
Ray Bradbury nació un 22 de Agosto de 1920 en la ciudad de Illinois. Tras recorrer diversas ciudades a lo largo de los E.E.U.U. debido a cuestiones familiares, terminaría por asentarse en la ciudad de Los Ángeles dedicándose a leer, como por aquel entonces hacían bastantes niños de su edad, y también en su caso, a escribir. Pese a que al principio todo fuese una mera afición, su encuentro con un mago llamado Mr. Eléctrico en una feria de la zona, a la edad de doce años, hizo que su perspectiva de las cosas cambiara para siempre. Este mago utilizó su espada para determinar que nuestro buen Ray sería inmortal, cosa que según parece, decidió llevar a cabo dedicándose a escribir de forma más seria y como bien vemos hoy en día, cumpliendo su objetivo en el corazón de todos y cada uno de nosotros.
Debido a sus orígenes humildes, no pudo tener una educación universitaria, no obstante esto no fue un impedimento para este hombre de firmes convicciones. Bradbury emprendería la más arduas de las tareas, la del autodidacta, ayudándose de su trabajo repartiendo y vendiendo periódicos y sirviéndose de los recursos que las bibliotecas públicas pondrían siempre a su alcance. A raíz de esta buena afición consiguió escribir distintos relatos para venderlos bajo diversos pseudónimos (William Elliot, Edward Banks, Leonard Spaulding y Brett Sterling entre muchos otros) a distintas revistas más o menos famosas de los años cuarenta. Aleccionado por las distintas lecturas sobre fábulas y similares, Bradbury siempre procuró que todos sus cuentos - y más tarde, muchas de sus novelas-, transmitiesen una enseñanza, algo que el lector pudiera utilizar para sí, ya fuese para interactuar con su entorno o de cara a cualquier posible vivencia personal. Sin saberlo, este escritor se convirtió en la inspiración de otros otros que llegarían a ser importantes autores del mundo de la literatura.
Entre sus relatos más destacados podríamos mencionar los siguientes por orden cronológico: El Hombre Ilustrado (1951), Las Doradas Manzanas del Sol (1953), La Bruja de Abril y otros Cuentos (1994), De la Ceniza Volverás (2001) y El Signo del Gato (2005) entre otros muchos que no os he mencionado aquí porque serían demasiados. En todos estos escritos, Ray Bradbury acude a la sensibilidad del lector, haciéndoles emocionarse e interesarse ya sea por los personajes que en ellos aparecen o bien por las situaciones que en ellos se describen. Tanto es así que Bradbury no se quedó únicamente en las cuatro paredes de nuestros hogares, sino que trascendió sus páginas hasta llegar al mismo cine y la televisión con clásicos como Lights Hour (1951) como su primer trabajo, llegando a colaborar en otras series tan importantes como Tales of Tomorrow (1953).
Escribiría también unos cuantos episodios para la serie de Alfred Hitchcock después de que los directores del proyecto leyeran algunos de los relatos más impactantes de Bradbury. Trabajó como guionista en otros proyectos de series como Steve Canyon (1958 – Arthur Hiller) y se llevarían a cabo en la televisión otros proyectos inspirados en sus relatos como La Feria de las Tinieblas (1983 – Jack Clayton), El Traje Color Vainilla (1998 – Stuart Gordon), El Sonido del Trueno (2005 – Peter Hymans), siendo El Caleidoscopio -Ray Bradbury’s Kaleidoscope- el último de sus relatos adaptados en este mismo 2012. Como su aportación a la gran pantalla en calidad de guionista, tenemos el placer de disfrutar de la película Moby Dick (1956), protagonizada por Gregory Peck.
Como añadido, es necesario mencionar que su talento con las distintas ambientaciones, en cuanto al suspense y la ciencia ficción se refiere, permitieron que programas muy famosos de la época de los sesenta como "En los Límites de la Realidad" (1959 – Rod Serling) e "Historias para no Dormir" (1964 – Chicho Ibáñez Serrador) llevaran a cabo la representación de algunos de sus relatos más impactantes.
Sin embargo, su actividad no se basaba solo en unos cuantos relatos, guiones y participaciones de forma esporádica como actor, sino que también se dedicó a la literatura, esa que se escribe con letras mayúsculas -inspirado y alentado por la gran acogida que tuvieron sus relatos-, tratando de que esa labor educativa y reflexiva trascendiera más allá de las pocas páginas que podían tener sus anteriores escritos. Entre estos ejemplos se encuentran obras muy importantes, llevadas en algunas ocasiones a la gran pantalla, como Crónicas Marcianas (1950) -realizada en una miniserie para la televisión en 1980-, Fahrenheit 451 (1953) -estrenada en la gran pantalla por François Truffaut en 1966-, El Vino del Estío (1957), La Feria de las Tinieblas (1972), Sombras Verdes, Ballena Blanca (1992) y Ahora y Siempre (2009), entre otros.
Tendría también otro tipo de obras, más centradas en el ensayo y la reflexión como bien pueden ser Ayermañana. Respuestas evidentes a futuros imposibles (1991), Zen en el arte de escribir (2002) y Bradbury habla (2008), ensayo bastante alejado de los típicos textos espesos y formalistas, salpicado constantemente de expresiones coloquiales y anécdotas sobre cómo la vida le llevó a dedicarse al noble arte de la escritura.
Como conclusión, considero que Ray Douglas Bradbury se ha ganado ese lugar especial en el corazón de millones de lectores y cinéfilos, tanto por la trayectoria que hemos podido ver hoy en este artículo especial, como por el hecho de que haya sido ganador de más de veinte premios de diversa índole a lo largo de su dilatada carrera literaria. Ha sido uno de los primeros escritores que han podido ver su nombre en el Paseo de la Fama de Hollywood, en tener un cráter en la luna llamado Cráter Dandelion (en honor a su libro "Dandelion Wine", en español El Vino del Estío) y en recibir el Oscar por su película de animación "Icarus Montgolfier Wright". Estas razones y otras muchas son aquellas por las que este escritor tan polifacético habrá conseguido lo que quiso desde aquellos inicios tan difíciles en los que su afición por la lectura y la escritura se convirtieron en su pasión y en su oficio. Una época en la que aquel mago de feria le dio una brillante idea: vivir para siempre en las mentes de todos y cada uno de los que hemos disfrutado con su ingenio y su talento.
Para mi, una de las novelas más cautivadoras de R. Bradbury es Fahrenheit 451. Un libro dedicado a todos los amantes de los libros. Dedicado también a los que hemos llegado a considerar esos pequeños objetos como buenos amigos, compañeros de aventuras. Cada vez más a menudo miramos con preocupación las encuestas donde se advierte de la pérdida del único buen vicio que existe: la lectura. En esta historia se nos habla de un futuro distópico, en el que el gobierno de los distintos países prohíbe la lectura a sus ciudadanos argumentando que, de hacerlo, perderían la felicidad que tanto les ha costado conseguir. Una sensación lograda a base del consumismo enfervorecido de productos inútiles, del control de sus mentes debido a que las paredes de estas casas del futuro son gigantes pantallas de televisión en las que el gobierno emite programas muy concretos de adoctrinamiento ideológico. Un lugar en el que preguntarse el porqué de las cosas es peligroso y declarar abiertamente que no se tienen aparatos electrónicos en el hogar es prácticamente un grito en contra del sistema. Fahrenheit 451 alude a la temperatura a la que arde el papel (233º) , una historia dramática de cómo aquellos que aman los libros y todo lo que ellos representan son apresados y sus pertenencias abrasadas por los llamados Bomberos, armados con lanzallamas en vez de con mangueras de agua. Una novela inspirada en la época de la represión de Mcarthy en E.E.U.U. y en la que, como siempre, Bradbury aprovecha para recordarnos cual debe ser nuestro orden de prioridades en la vida. Un libro escrito por un amante de los libros para aquellos que también los amamos. Tanto es así que en su epitafio pidió expresamente que se pusiera: "Autor de Fahrenheit 451".
Así que me gustaría despedir a ese señor que me hizo emocionar cuando leí en la novela que os acabo de mencionar cómo una mujer prefería inmolarse con sus libros a que los quemaran los bomberos sin estar ella presente. Una mujer que había dado toda su vida por y para ellos, con una frase salida del mismo Bradbury:
"La vida termina como el resplandor de un film, una chispa en la pantalla".
No sé vosotros, pero a mí me ha deslumbrado. Descansa con todo nuestro cariño y buen viaje.
por Cyram
junio 07, 2012
5 comentarios
Otro de los grandes que nos deja...¡Descanse en paz!
Increíble el artículo. Ese mago no solo le cambio la vida a el, no las cambio a todos ♥
¡A mi me ha gustado mucho el artículo! Siempre será Ray Bradbudy uno de los grandes, precisamente una de las cosas que más me gustan de él (independientemente de sus obras) es la capacidad de autodidacta en sus inicios, demostrando que no todo el mundo tiene por qué ir a la universidad para ser alguien.
A ver si le doy algún día una relectura a Fahrenheit 451. La película no me gustó tanto como la novela (demasiado color, demasiado luminoso todo), aunque es cierto que tiene su aquel.
Descanse en paz.
Muchas gracias a todos los que os ha gustado el artículo, nada más enterarme lo hice porque su desaparición me resultó difícil de asimilar, al más puro estilo de Gandalf cayendo tras el Balrog en Moria, ya que estamos. xDD
Lo cierto es que creo que al final, pese a sus inicios más humildes, Bradbury tuvo una vida muy feliz y completa. Todo fruto de su propio esfuerzo. Creo que debería de comentar a unas cuantas personas que no paran de meter caña con las carreras de la uni... que este señor fue un grande entre grandes y nunca pisó una, si. xD
En fin, el mundo hoy es un poquito más oscuro por desgracia. Lo bueno es que muchos escritores se inspiraron en él y seguirán teniendo esa chispa de Bradbury en lo que escriban.
Gracias por esta maravillosa entrada. Descanse en paz el mago Bradbury
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.