Como lo oís, bajo esa excelente portada de la novela, obra de Héctor Rodríguez –Hararca–, se esconde una ambiciosa novela de ciencia-ficción que entremezcla el mundo virtual de los videojuegos como una forma de vida (un caso similar a Tron, Ready Player One o el más reciente Reamde, de Neal Stephenson) con una particular visión de la condición humana. En estos tiempos de revoluciones sociales, percepción de los videojuegos como un entretenimiento masivo que ha alcanzado cotas de producciones similares a la de la industria del cine, Zendegi es un lanzamiento interesante para todos los interesados en la ciencia-ficción dura que sirve para analizar mejor nuestro propio entorno. Por su parte, Gigamesh también lanza este mes una novela sobre las realidades virtuales, más concretamente las redes sociales, y que viene a colación como lectura recomendada: El Jinete de la Onda del Shock.
La edición de Zendegi será en rústica con solapas, tendrá 304 páginas y un precio de 21,95 doblones. Estará a la venta a partir del 24 de septiembre.
Sinopsis:
Zendegi es el sistema de realidad virtual más popular en el Irán de 2027. Cada día, millones de usuarios se conectan a sus escenarios y juegos para vivir unas horas de aventuras y diversión. Sin embargo, la presión de sus competidores lleva a los desarrolladores de Zendegi a plantearse mejorar la experiencia, y para ello incorporan Sustitutos: personajes programados con un grado de inteligencia artificial.
Nasim Golestani, programadora de Zendegi, ha aportado a su trabajo sus conocimientos de digitalización de la consciencia relacionados con el Proyecto Conectoma Humano, a pesar de los dilemas éticos que esto conlleva, pues calcula que si con ello consiguen dejar atrás a su competencia, habrá merecido la pena.
Pero en medio del éxito incipiente de su planteamiento, nada puede prepararla para la increíble propuesta que recibe de Martin Seymour. Seymour, un periodista occidental que llegó para cubrir la revolución democrática y se quedó en Irán, tiene un problema, y para solucionarlo desafía a Nasim y a todo Zendegi a ir un paso más allá de sus más locos sueños.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.