Título original: Halcyon.
Guión: Marc Guggenheim, Tara Butters.
Dibujo: Ryan Bodenheim.
Color: Mark Englert.
Edición: 128 págs, color. Planeta DeAgostini, julio 2012.
Precio: 12,95 €.
Disponible en ebook: No.
Traducción: Nacho Bentz.
Temática: Ciencia-ficción, superhéroes.
Correlación: Independiente.
Estamos ante un cómic de poca profundidad comparado con el gigante del que toma referencia, y es que la sombra del increíble Watchmen es sumamente alargada. Tampoco pretende desbancar ni mucho menos a la obra de Alan Moore, solo que bebe de un concepto explotado en otras ocasiones como en El Regreso del Caballero Oscuro –de Frank Miller–, o Dinastía de M, en menor medida –aunque también con ligeros símiles–, y eso por poner tan sólo un par de ejemplos, por lo que cualquier tipo de iniciativa a la hora de presentar una historia en la que los héroes entran en un estado francamente crepuscular donde sus servicios ya no son requeridos (al menos la mayoría de ellos), siempre resulta un ejercicio a la par interesante.
En esta ocasión, "Halcyon" es el nombre que recibe la base de operaciones del heterogéneo grupo de superhéroes que protagoniza esta miniserie dividida en cinco episodios. En dicho grupo encontramos habilidades tan diversas como la velocidad asombrosa, el ingenio extraordinario, la fuerza bruta o las capacidades de volar de algunos de los personajes. Un grupo que tiene muchas semejanzas con otros grupos de personajes surgidos de las factorías Marvel o DC. Y por supuesto, no debe faltar el villano extremadamente hábil a la hora de poner en jaque a los personajes, aunque en el caso de Halcyon, sus posibilidades se reflejan de manera anecdótica, sin tener un papel demasiado fundamental en el conjunto de la historia, aunque en cierta manera relevante.
La influencia de Watchmen (mencionado en la introducción del propio autor, cuidado con los spoiler del mismo al leerla por si no habéis terminado el cómic de Moore, avisados quedáis) es evidente. Por un lado, ese tono crepuscular, como decíamos al principio, en el que asistimos al ocaso de los superhéroes, mientras que por el otro, las pesquisas de uno de los protagonistas, que como si de un Rorschach se tratase (sustituimos la muerte del Comediante por la desaparición del mal en la Tierra), quien trata de averiguar la verdad sobre la extraña e instantánea paz mundial al entregarse a la justicia el mayor villano criminal del planeta, Oculus.
Sin embargo, aunque se demuestra una buena intención del autor a la hora de crear una historieta con sabor propio, la propia limitación de su escasa extensión le resta varios enteros al conjunto. En tan sólo cinco episodios se nos cuenta una historia completa con introducción, nudo y desenlace (mientras que Watchmen necesitó doce largos números con bien aprovechadas viñetas), algo que francamente le queda pequeño. Halcyon esconde una muy buena idea de fondo, aunque no del todo original, pero debido a su limitada extensión y el uso que se le da a las viñetas –enormes la mayoría de las veces, y con poco diálogo–, se queda a medio camino entre lo que es y lo que podría haber sido. Una oportunidad desaprovechada, aunque la idea está ahí. En caso de haber utilizado los recursos al cien por cien y haber dotado a los personajes de una mayor personalidad, estaríamos hablando de un cómic notable. Pero con este resultado, Halcyon se convierte en una lectura ligera, entretenida, que deja buen sabor de boca, pero a la que no podemos pedir más.
El arte de Ryan Bodenheim, por otro lado, resulta demasiado estático en algunas ocasiones y con fondos poco detallados, pero luce algunas viñetas estupendas en especial con el interesante colorido que imprime Mark Englert. Sólo por eso y por la vuelta de tuerca que supone el final, Halcyon es una lectura recomendable –aunque demasiado ligera y con poca personalidad– para quienes busquen algo de estas características en un cómic de superhéroes. Debería haber dado mucho más de sí, pero es lo que hay: los superhéroes ya no son necesarios.
2 comentarios
"los superhéroes ya no son necesarios"
Secundo la moción. ;-)
A mi me llama mucho la atención este tipo de historias, a ver cuando puedo cazarlo y devorarlo. ^^
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.