1830, África. Para los europeos, los hombres blancos, es normal aprovechar la oportunidad que les brinda el continente africano. Barcos negreros viajan regularmente a recuperar “mercancía”: hombres y mujeres negros que se llevan luego a América para ser esclavos. Atar Gull, príncipe de una tribu de Namaquas, forma parte de un lote comprado por el capitán Benoît que sale en dirección a Jamaica. La mano de obra africana que parece inagotable es barata y se vende luego a precio de oro a los dueños de las plantaciones. Pero el viaje es largo y los piratas también se interesan por el tesoro del ébano negro.
Atar Gull es un mandinga, joven y fuerte. Es también el jefe de su pueblo, hijo de un rey capturado por una tribu enemiga y vendido igualmente como esclavo. Su aparente sumisión y tranquilidad harán que consiga el respeto y la confianza de su amo Tom Will. Pero su mirada permanecerá fría y despiadada.
Todos queremos ser queridos. Puede ser muy fácil o muy complicado. Hay un poco de azar, un poco de magia, un poco de realidad y mucho de cotidiano. Sólo hace falta encontrar el prestidigitador, el alquimista de nuestra fórmula personal, que nos fabrique un rato de fantasía cada día. Nuestro Napoleón o nuestra Eloísa. Alguien que nos enseñe lo sencillo que puede ser, un truco de manos, una palabra o un elixir. Cada uno puede escoger.
Una maravillosa historia de amor contada e ilustrada con una delicadeza que nos dejará sin palabra y solo podremos emitir un pequeño suspiro al pasar cada una de sus páginas.
Huérfano criado por las prostitutas de un saloon, Lincoln está enfadado con el mundo entero. Odioso, malo y malintencionado, consigue que el pueblo entero le deteste. Errando por las carreteras del Lejano Oeste, este sinvergüenza hace un encuentro decisivo… Dios en persona. Se trata de un anciano bajito con un sombrero mejicano que emprende la difícil tarea de reconvertir a nuestro antipático héroe en un justiciero bueno y feliz. Gracias a un pacto de inmortalidad entre Lincoln y Dios, se pone en marcha un extraño equipo lleno de humor y cinismo.
En este nuevo tomo, Lincoln no ha cambiado. Da la impresión de carecer totalmente de este equipaje pesado que puede ser la conciencia o el pasado. Eso sí, no parece feliz. Dios y su “compañero” el Diablo se empeñan en proponerle nuevas misiones. Pero él no quiere saber nada de las ideas de los dos viejos. Su única preocupación es divertirse/beber y pasar de todo y de todos. Sus nuevas aventuras le llevarán a la gran ciudad y hasta el fondo de un calabozo. Muchas tortas y una dosis indecente de humor negro para el nuevo tomo de este western moderno y atípico.
Tras el esperadísimo Apocalipsis, que acontecerá, si el tiempo lo permite, a finales del 2012, poco quedará en pie de todo este asunto que mal llamamos civilización. Los “afortunados” que sobrevivan al Armagedón se encontrarán con una situación bastante más complicada, si cabe, que la actual crisis mundial: hambrunas, epidemias y saqueos estarán al orden del día. En pocos años la presencia humana en el planeta quedará reducida a algunas decenas de miles de individuos. ¿Nos podemos tomar todo esto a broma? Mortimer lo consigue y logra que lancemos más de una carcajada con ello.
“Con el fin del mundo a la vuelta de la esquina, Lucas decide escribir su autobiografía. Pero para ello contará con la inestimable ayuda de su vieja máquina de escribir y el asesoramiento de su mordaz novia Lupe. Pero, por desgracia, no será suficiente. La inspiración parece haberle abandonado y Lucas no dudará en encomendarse a Dios, jugar al ajedrez con la muerte, contactar con extraterrestres e, incluso, hacer un pacto con el mismísimo Lucifer, con tal de acabar su libro antes del inminente Apocalipsis”.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.