Título original: Brújulas que buscan sonrisas perdidas.
Edición: 240 págs. Grijalbo, marzo 2013.
Disponible en ebook: Sí.
Precio: 16,90 € (rústica con solapas) / 9,99 € (electrónico).
Traductor: Obra original en castellano.
Temática: Novela, drama.
Correlación: Independiente.
Creo que a estas alturas sería un poco redundante presentar a Albert Espinosa. Sin embargo, pensando que siempre puede haber algún atrevido que quiera comenzar a leer sus libros, le presentaré brevemente como "el escritor que escribe tal como él hablaría". Muchos os preguntaréis: "¿qué se le habrá pasado a esta chica por la cabeza para describirlo de esta manera?". Muy sencillo, creo que este autor ha tenido tanto éxito con la gran mayoría de libros que ha escrito, los guiones que ha preparado para la televisión como en el caso de la serie Pulseras Rojas, al igual que con otros trabajos para películas como Planta 4ª, porque tiene el don de saber expresar sus sentimientos y creencias mediante las anécdotas de sus personajes.
No es ningún secreto que el género en el que podemos englobar todos sus libros está en el terreno de la auto-ayuda, pero no creo que sea un libro como tal en lo que al término se refiere. No pertenece a ese espectro de libros que, mientras lo lees, estás pensando que te has debido de volver medio loco para tragarte las miles de tonterías sobre el amor, la felicidad, la paz, la constancia y mil cosas más que, al fin y al cabo, no van contigo, ya que nadie que realmente necesite un libro de auto-ayuda recurre a un libro de auto-ayuda, aunque sea algo paradójico.
Ya en otra ocasión os reseñamos por aquí su anterior libro llamado
Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven, en el que la historia del protagonista se centraba en la adolescencia que había tenido, para terminar marcado por un acontecimiento muy doloroso: la pérdida de su futuro hijo. Trastornado completamente por la tristeza y por esa barrera que cada vez más lo separó de su compañera, el autor nos lleva de la mano hacia un final completamente sorpresivo y realmente impensable. Os cuento todo esto porque en esta reseña me gustaría empezar por el final, por eso de hacerlo un poco distinto a otras en las que ya me habréis leído.
Los títulos que el autor pone a los capítulos, tan característicos de su obra
Para mi gusto, el final de Brújulas que buscan sonrisas perdidas no tiene la misma fuerza que tuvo el final del libro anterior. Considero que el autor quizás ha intentado evitar cierta polémica, cerrando de forma quizás demasiado apresurada una historia que podría haber dado mucho más de sí y que estaba cargada de emotividad y de una cruel belleza. Quizás me habría esperado algo menos predecible, mucho más pensando que utiliza un recurso con el que empieza la novela (no quiero desvelar cual es para no fastidiaros el final). Posiblemente le he dado demasiado valor a Albert Espinosa en lo que a finales se refiere, cuando quizás no me he leído suficientes libros suyos como para haber hecho ese juicio de valor.
"En el fondo cree
que no hay nadie verdaderamente feliz y que todos los humanos de este planeta tienen sus propios problemas"
Independientemente de mi impresión, dejadme que os explique que la historia en sí me ha gustado mucho. Es posible que sea de las más flojitas que tenga el escritor, pero su capacidad de escribir de una forma sencilla y clara
siempre hará que el lector vuele por sus páginas sintiéndose plenamente cómodo y confiado dentro de la trama, a parte de que creo que por motivos personales, quizás la historia me haya tocado un poquito la fibra en mi interior. El protagonista en este caso será un chico llamado
Ekaitz –personaje que estará sin nombre durante gran parte de la historia, algo que me ha parecido bastante curioso y que denota lo innecesario que es nominar al personaje principal para que el argumento siga su curso–, miembro de una familia de cuatro hermanos, una madre muy enferma y de un padre director de cine chapado a la antigua, su historia se ve marcada por la tragedia de una forma bastante recurrente. Tras recibir la llamada de alguien cercano a la familia, comunicándole que su padre, enfermo de alzheimer, está pasando por sus últimos momentos entre estertores de agonía debido también a un cáncer muy avanzado,
el protagonista se verá inmerso en una debacle de recuerdos muy dolorosos. Tendrá que luchar entre el odio que le profesa a su padre y la tentación de dejarle completamente abandonado igual que hizo su hermano mayor o la promesa que le haría a su madre antes de que ésta muriese. Igualmente también tendremos dos puntos contrapuestos, los recuerdos de Ikaitz, totalmente sanos en los que predomina la añoranza hacia su madre, su mujer, y dos de sus hermanos, junto con el odio que le profesa a su progenitor y los momentos de lucidez y de desorientación de su padre, en los que no reconoce a su hijo y le toma por el productor de su próxima película.
Es curioso, pero por el momento no he leído ningún libro de Albert Espinosa en el que sus personajes sean personas completamente felices. Quizás es porque en el fondo cree que no hay nadie verdaderamente feliz y que todos los humanos de este planeta, ya sean ricos, pobres, famosos o completamente desconocidos, tienen sus propios problemas y que, de una manera u otra, termina afectando a nuestro día a día. Pero no me estoy refiriendo a las hazañas que puedan vivir las personas cuando ya están en la vida adulta. En ocasiones –por no decir la mayoría de las veces–, las vivencias que tenemos de pequeños son las que más pueden marcar nuestro camino hacia un lugar o hacia otro. Nuestros progenitores, nuestro entorno, nuestra educación y hasta nuestras travesuras, son las que en un futuro, nos definen tal y como terminaremos siendo. Creo, pensando en los dos últimos libros –y los primeros– que me he leído de este autor, que sus historias no están destinadas a aquel que pueda estar pasándolo mal. Con esto quiero decir, que no creo que sea una lectura adecuada si tenemos ciertos problemas sentimentales que resolver, ya que la carga emocional que tienen sus historias pueden afectarnos de una forma seria. Tengo la obligación moral de recomendar este libro para aquellos que quieran descansar un poquito entre lecturas, pero que quieran darle un poquito de "tralla" a su corazón. Son libros para pensar, analizar y hacerse preguntas, por lo que si estamos en algún momento anímico flojo, debemos de ser cautos con las palabras de Albert Espinosa. Su facilidad a la hora tanto de escribir como de expresar distintas situaciones complicadas, son verdaderos puñales dirigidos a ese lugar que tenemos escondido en nuestros corazones y que enseñamos a muy poquitas personas. Ese lugar oscuro, que siempre está presente en el borde de nuestro "espacio visual", que nos cambia, nos moldea, pero al que intentamos no tener presente. Con este autor es muy probable que lleguéis a abrir la llamada "caja de los truenos", como lo llama Pasqual Ferry.
Así pues, no voy a recomendaros este libro, simplemente os diré que a mi personalmente me ha parecido una historia muy bonita cargada de flasbacks. Podría haber sido mejor, pero en estas historias, supongo que el cincuenta por ciento es cosa del autor y el otro cincuenta depende de cada uno, así que creo que los que mejor deberíais de decidir si debéis leerlo o no sois vosotros. Leed el primer capítulo y si os engancháis... seguid leyendo. Es la mejor opción.
por Cyram
abril 30, 2013
5 comentarios
Lo tengo ya por casa, a ver si se lo lee mi hermano que se lo regalé jejej) y me pongo con él =)
Besotes
He leído todos sus libros y visto todas las películas en las que participa, a parte de la genial serie Pulseras Rojas. Os recomiendo a todos "Héroes" en la que es guionista y "No me pidas que te bese porque te besaré" en la que tiene un papel.
Gran reseña!
La verdad es que nunca he leído ninguna novela de Albert Espinosa, imagino que de hacerlo comenzaría por la anterior, por "Si tú me dices ven...", aunque no sé si estaría preparado para leer algo suyo si es demasiado deprimente. XD
A mí me han parecido excesivos los puntos suspensivos.
Yo dejé "Pulseres vermelles" a mitad de la segunda temporada, a partir de cierto punto. Es que me parece que ya es demasiado... gore emocional, demasiada fatalidad aunque se la entrelace con un mensaje positivo. Probaré con alguno de sus libros - éste mismo, por ejemplo - a ver si no es tan terrible.
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.