30 de junio de 2013

Reseña: «Niceville», de Carsten Stroud

Parece ser que el autor de Niceville, Carsten Stroud, se ha especializado en novelas y obras de no ficción sobre la policía y el ejército de los Estados Unidos. No sé si esta es su primera novela de terror (o por lo menos con elementos sobrenaturales) pero ciertamente lo parece. En cualquier caso es una novela de contrastes fuertes, casi desconcertantes, y he tardado bastante en cogerle el punto.

Niceville es una mezcla de thriller y relato de terror. Aunque combinar géneros parece estar de moda con el auge de la fantasía urbana y el terror detectivesco a lo Buffy o Anita Blake, ya lo hacían Algernon Blackwood (con su John Silence, investigador de lo oculto) o William Hope Hodgson (con Carnacki el cazafantasmas) a principios del siglo XX. Es un área más que suficientemente explorada, por tanto; ya sea en un caso puntual o en una sucesión de aventuras, el detective que se enfrenta a lo sobrenatural es un clásico recurrente. El problema es que en estos casos se requiere cierta suspensión de la lógica por parte tanto del detective en cuestión como por parte del lector. Colisionan la necesidad de aplicar la lógica de las tramas detectivescas tradicionales con la obligación de abrir la mente ante lo inexplicable y encontrar otras respuestas. Así, encontramos inspectores de la policía, detectives privados o investigadores de alguna universidad, formados en el pensamiento empírico y en una sociedad científica, que parecen aceptar demasiado fácilmente la posibilidad de que esté sucediendo algo fantástico; entendemos que es necesario para el desarrollo de la narración, pero el autor tiene que facilitarnos argumentos para ayudar a convencernos. Algunos autores saben hacerlo con más gracia o saben dar a sus creaciones motivos o trasfondos, o “almas sensibles”, que les hacen más proclives a la credulidad. Otros, como es el caso de Carsten Stroud, no lo consiguen.


Resumiendo, en Niceville nos presenta dos hilos argumentales, unidos de forma tan sutil que casi parece que no tengan nada que ver. Uno se introduce desde el prólogo, y empieza con la desaparición (literal) del niño Rainey Teague; un espejo parece estar implicado, y tirando del hilo se descubre una desconcertante realidad: en la pequeña población de Niceville desaparecen cinco veces más personas que en comunidades equivalentes. El agente Nick Kavannaugh, ex-militar, va a encontrarse ante hechos cada vez más inexplicables enredados con el pasado de disputas y venganzas entre las familias fundadoras de la localidad, típicas del sur profundo; como escenario de fondo, la ominosa Tallulah's Wall, un acantilado de granito que preside el pueblo en cuya cima se encuentra la laguna de Crater Sink, origen de toda clase de leyendas negras. El segundo, planteado algo más adelante, parte del bien planificado atraco a un banco y de las trifulcas entre los atracadores. Éstos, pistoleros amorales, se verán poco a poco implicados con el poder oscuro que acecha en las sombras de la historia local. Como decía, ambos arcos corren en paralelo sin llegar a tocarse y se entrecruzan con algunas historias menores, tejiendo un retrato de la vida alrededor de Niceville al estilo de Pulp Fiction o Knockemstiff.

Los personajes de Carsten Stroud, todos ellos son, o bien policías o bien militares (alternativamente, militares retirados); recios, emocionalmente distantes, de mente cuadriculada, chapados a la antigua y muy autosuficientes. De algún modo, el prototipo del hombre 100% americano: Clint Eastwood. ¿Es este tipo de personaje el que mejor encaja en este planteamiento? Definitivamente, no. Se podría argumentar que, precisamente por ser militares, estarán acostumbrados a seguir ordenes sin cuestionarlas, a actuar sin preguntarse por qué; pero no es este el enfoque que les da Stroud. Él insiste en su autosuficiencia. Se esfuerza, de hecho, en presentarlos como gente eficiente, diligente y muy efectiva (comprensible, por otra parte, si su tema de interés, como revela su nota biográfica, es la historia militar y el cuerpo de policía; debe de estar harto de historias donde los presentan como lerdos incompetentes). El resultado es poco creíble. No me convence que Nick Kavannaugh acepte tan fácilmente la posibilidad de una casa encantada, o de un fantasma, o de un poder oscuro tras las desapariciones en el pueblo. Es más; Nick Kavannaugh no convence en nada. Es bastante anodino. Parece alguien que se toma la justicia por su mano, y al que todos admiran, pero no veo que en realidad haga prácticamente nada; de todo lo que pasa es más espectador que participante. Me resultan mucho más interesantes los antihéroes, los atracadores; del mismo modo, su arco argumental me parece más interesante que el otro. Diría que con ellos Stroud juega en su campo, en el que se siente verdaderamente cómodo y en el que es capaz de narrar una historia y hacerla interesante. He tenido la sensación de estar leyendo un thriller entretenido donde se introducía una trama de fantasmas con calzador.


En cuanto al estilo, me ha costado acostumbrarme a su forma de escribir; excesivamente detallada para mi gusto (del tipo de escritor que, al presentarte un personaje aunque sea secundario, te da su talla, edad, peso, color del pelo, aficiones, estado civil y antecedentes criminales si los tiene), y a veces algo atropellada: párrafos largos sin un solo punto y aparte, agotadores. Los diálogos no están mal, son naturales, e ingeniosos a veces, pero de vez en cuando sale con alguna expresión que te descoloca y lastra el ritmo narrativo.

En resumen, me parece que en Niceville los puntos positivos y los negativos están bastante balanceados aunque quizás me he dejado llevar, en esta reseña, más por los segundos. Pese a ellos, es una novela que se disfruta, y este es su máximo argumento a favor. Del mismo modo que muchas obras recientes de Stephen King, uno no puede evitar darse cuenta de que, a pesar de lo mucho que encuentra para criticar, la ha leído en un fin de semana y le ha dejado bastante buen regusto. Los “malos”, gustarán a quien disfrute con personajes a lo Clint Eastwood; la trama sobrenatural es sencilla pero atractiva, con algunas escenas potentes, aunque quizás habría funcionado mejor como relato. Para mi, la principal gracia del libro reside en preguntarse si el mal que encontramos en Niceville, el mal verdadero, reside en Crater Sink o en la naturaleza humana de sus habitantes; en cual de los dos, o por lo menos cual de los dos es más terrible. Parece ser un pueblo con un índice de corrupción bastante alto; es la influencia de Crater Sink o ésta es solo una corriente paralela, y la maldad ya se encuentra más que suficientemente en el corazón humano? Una conversación entre dos de los protagonistas principales, uno escéptico y el otro crédulo, es clave en este asunto, pero será el lector quien decida qué versión es la correcta.

Información adicional

Terror Literatura Novela

Niceville.
(Niceville).

Thriller, investigación, terror sobrenatural.
Traducción de Luis Murillo Fort.
Plaza & Janés, junio de 2013 / Debolsillo, junio de 2014
448 páginas (rústica con solapas, bolsillo).
Disponible en ebook.
18,90 € (rústica con solapas), 9,95 € (bolsillo), 11,99 € (electrónico).
Lectura independiente.

3 comentarios:

  1. Es posible que haya autores que quizás patinen un poco a la hora de combinar ciertos conceptos enfrentados como bien has dicho en la reseña. Habrá que leerlo para ver qué es lo que opina cada lector y qué conclusiones saca de ello. Mil gracias por decirlo abiertamente. ^^

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  2. Buena reseña!!!!he llegado a ti porq acabo de comprarme el libro ...a ver qtal cdo lo lea!!muchas gracias

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  3. Buena reseña!!!!he llegado a ti porq acabo de comprarme el libro ...a ver qtal cdo lo lea!!muchas gracias

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