Título original: Lo que encontré bajo el sofá.
Edición: 320 págs. Espasa, septiembre 2013.
Disponible en ebook: Sí.
Precio: 19,90 € (rústica con solapas) / 9,99 € (electrónico).
Traducción: Obra original en castellano.
Temática: Drama, crítica social.
Correlación: Lectura independiente.
Cuando en 2011 se publicó El bolígrafo de gel verde, Eloy Moreno era alguien totalmente desconocido para la gran mayoría de lectores, incluso para mí. Supe de él y de su novela por una entrevista que escuché en la radio, cómo se había atrevido a auto editar su libro e ir puerta por puerta con una maleta llena de ejemplares intentando vender, más que una novela, su propio sueño. Eloy Moreno creyó, y tal vez por eso hoy tengo el privilegio de reseñar yo mismo su nueva novela. El bolígrafo de gel verde me sorprendió no solo por su curioso título, sino también por el críptico resumen y la curiosa presentación del autor en las tapas, que no hacían más que incrementar mis ansias por leer esa obra de la que todos empezaban a hablar tan bien. Algo especial debía de contener ese texto escrito por alguien que nunca se había dedicado profesionalmente a escribir. Y vaya si lo tenía. Me fascinó, me enganchó, me encantó. Es ahora, dos años después, cuando Espasa publica su segundo título, Lo que encontré bajo el sofá. Contando con la experiencia de haber leído el libro anterior, uno no sabe muy bien que esperar del argumento antes de empezar. Y he de decir que me gusta que esto sea un punto fuerte, pues solo hay lugar para las sorpresas.
Nos situamos en Toledo. Con su genial prosa y constantes juegos de palabras Eloy Moreno se adentrará por sus estrechas calles para hacer un recorrido, una especie de genial visita turística en la que, a través de sus personajes, acompaña al lector por los lugares más característicos, partiendo de la Plaza Zocodover. Sin pretenderlo consigue que uno desee realizar esa visita. Y créanme, toda la culpa tiene que un servidor haya decidido viajar hasta allí para pasar el puente de diciembre...
Además de adentrarnos en Toledo, también vamos a conocer mejor esa cara mística de la ciudad, y haremos un recorrido por algunas de sus leyendas más conocidas como “las tres fechas de Bécquer”, “el zapatero y el cardenal”, “el hombre de palo”, “la leyenda del beso” o “las calles que desaparecen”. El hecho de que haga tan partícipe a la ciudad y a todo lo que la rodea hace que por momentos ésta se convierta en un personaje más.
Es complicado hablar sobre el argumento sin desvelar demasiados detalles. Profesora que va a cubrir una vacante a una ciudad lejos de su casa y allí observa determinadas situaciones y le ocurren otras muchas. Cualquier otra cosa que diga puede influir. Definiría a Eloy Moreno como un escritor de lo cotidiano, pues en sus dos novelas trata temas del día a día de una persona, explora las facetas más habituales y a la vez más tabúes de las personas, convirtiéndolas así en cruciales para desarrollar un argumento que la mayoría de las veces pasaría desapercibido por ser tan rutinario. En un mensaje que le mandé a su página web cuando leí “El bolígrafo” definí su novela como “un thriller de sentimientos” y él se mostró muy contento con mi definición. Quizás esta novela continúe ese género pero perdiendo en giros inesperados para ganar en profundidad psicológica. Y como no, cuando uno cree que todo lo previsible ha sido previsto, siempre va a quedar lugar para una última sorpresa inesperada.
Los personajes que aparecen son todos gente muy corriente, totalmente verosímiles, pues bien podrían existir. De destacar es que al hablar no caen en estereotipos sino que reproducen conversaciones verdaderamente lógicas, maneras de hablar actuales y reales, sin dejarse llevar en ningún momento por lo que se consideraría arquetipo. La profundidad psicológica de su protagonista es admirable y teniendo en cuenta las situaciones en las que se va a encontrar puedo decir que Eloy Moreno somete claramente al lector a su juego, al de sentir, e incluso en ciertos momentos le hace replantearse las cosas, hasta esos sentimientos que uno cree tener más claros y controlados.
El tema del paralelismo está muy presente a lo largo de todo el libro. Muchos capítulos tienen una estructura paralela, los personajes actúan de la misma manera o utilizan el mismo objeto, todos ellos en el mismo momento. Así consigue que vivan la misma situación desde su propio punto de vista. Es ahí cuando la historia empieza a coger una magnitud considerable. También es habitual ver cómo empieza a contar las cosas desde el punto de vista de un personaje y las acaba desde el de otro, sin perder en ningún momento el sentido de esa original narrativa que propone.
La historia, lejos de la profundidad sentimental que tiene, revela otro aspecto: el crítico, el de la protesta. Eloy Moreno aprovecha esa voz de sus personajes para simular una realidad en la que se intuyen muchas críticas al sistema político, a la iglesia, a la monarquía, etc, todas ellas muy ciertas, y leeremos sobre personajes afectados por los recortes en sanidad y educación o veremos escritas palabras “prohibidas” a nivel político en determinadas provincias españolas como “lotería”. Entre esas palabras se ocultan situaciones bastante actuales y escándalos políticos muy concretos, incluso más que intuir, hay momentos en los que se ven claramente.
Encuentro muy acertado el hecho de que no sepamos qué tipo de libro nos estamos encontrando antes de leer, que sea totalmente imprevisible. Lees, avanzas pero no sabes hacia dónde vas ni cómo acabará todo, y en cada momento te rodea una sensación de realidad que no todos saben recrear en una novela. Quiero resaltar que, al encontrar en la página 130 lo que me ha parecido un guiño a su libro anterior, como fan y lector he esbozado una sonrisa; esperaba que no nos hubiese olvidado.
Esta es una novela de personas y para personas. Desde un particular tablero de juego en forma de Toledo los personajes, piensan, sienten y actúan, nosotros leemos, sentimos y actuamos, y es Eloy Moreno quién, como si acercase su ojo a la mirilla, todo lo ve.
comentarios
Primero debo decir que estás guapísimo en la foto. xD Segundo, que la reseña me ha llamado mucho la atención por cómo la has expresado, y pensando en el montón de veces que he visitado Toledo y la gran cantidad de trabajos que tuve que hacer para la carrera... el libro despierta aún más mi interés. Como dijo alguien famoso con malas pulgas... "seguiré sus pasos con gran interés". xD
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.