Queremos dar nuestra opinión sobre otro de los eventos a los que fuimos durante la XXXIII Feria del libro de Granada, más concretamente el del sábado 17 de mayo en el Edificio de la Asociación de Prensa. Citados de las 18h a las 20h de la tarde, y organizado por la Asociación Jornadas de Novela Histórica de Granada, se nos ofreció la posibilidad de conocer con mayor profundidad la última novela de León Arsenal, Corazón oscuro, y de paso informarnos –gracias al entorno cultural creado por la feria del libro– del libro de relatos que diversos autores relacionados con las JNHG (Jornadas de Novela Histórica de Granada) han publicado y que se titula Pequeñas historias.
Como no podía ser de otra manera, los presentadores de León Arsenal –Máscaras de Matar (Premio Minotauro 2004), La boca del Nilo (Premio Espartaco 2006 de novela histórica), entre otros– fue el triunvirato de JNHG formado por Carolina Molina –Sueños del Albayzín, El falsificador de la Alcazaba–, Mario Villén –El escudo de Granada– y Blas Malo –El esclavo de Al-Hamrá, El Mármara en llamas, El Señor de Castilla–.
Desde el principio, el entorno estuvo tranquilo, no ya porque los cuatro escritores que había en la mesa de conferencias careciesen de profesionalidad –en absoluto–, sino porque desgraciadamente la mesa coincidió con un partido importante de fútbol –lo siento, no entiendo de esto, así que no puedo concretar cuál–. Esto provocó que la presentación de dos horas transcurriese sin incidentes ya que no había nadie alborotando debido a que la gran mayoría, o eran familiares y acompañantes de los ponentes, o personas que, como nosotros, estábamos más interesados en el libro de León Arsenal que no en el partido; en total, la cifra ascendió a unas escasas diez personas. Sea como fuere, el caso es que el escritor no se limitó a comentarnos porqué escribió el libro y cómo fue su proceso de documentación y transcripción. La crítica ácida hacia todo tipo de temas, desde el del panorama literario actual, hasta la temida piratería fueron predominantes en su discurso. Gracias a las preguntas de Mario Villén y del mismo Blas Malo, se tocaron otros temas igualmente importantes, como es el caso de ciertos acontecimientos históricos que rodearon la historia de Corazón oscuro y la utilidad de las críticas y del lugar que éstas ocupan en el interés del escritor por evolucionar en su trabajo.
Aprovechando la ocasión, León Arsenal estuvo explicando también cual era su visión de aquellos rincones de la red que no tenían en cuenta para nada el duro trabajo al que se enfrentaba un escritor que se dedique a escribir novela histórica. Comentó abiertamente su indignación ante ese tipo de cibernautas que se creen poderosos criticando, sentenciando y juzgando desde lo que él llamó sus «ciberpúlpitos», sin tener en mente la dedicación que conlleva ser escritor, opinando en muchas ocasiones desde el desconocimiento, ya que su labor como investigador a la hora de desarrollar el argumento de muchos de sus últimos libros, de temática histórica, había sido muy concienzudo.
Desafortunadamente, no tuvimos ocasión de grabar un buen vídeo de esta intervención gracias a la mala acústica que tenía el patio del edificio de la Asociación de Prensa –ya que los micros seguían sin funcionar, exactamente como pasó en la mesa redonda sobre la traducción audiovisual–, pero puedo deciros que las dos horas pasaron realmente rápido. Tanto que a ninguno de los miembros de las Jornadas de Novela Histórica les quedó tiempo para poder explicar nada sobre su libro de relatos. Si bien es cierto que desde marzo –cuando se realizaron las últimas jornadas–, se han organizado diversos eventos para su presentación, es una pena que no se pudiese hacer en el marco de la XXXIII Feria del Libro, sobre todo pensando que los presentes habían colaborado en dicha antología.
Como conclusión, debo decir que quizás podríamos haber asistido a más eventos, pero para ser honestos, hay pocas personas que sepan despertar el interés en mesas redondas o en las presentaciones de sus libros. Por esta razón, cuando se organizan algunos eventos no siempre apetece ir a todos, y pensando que la temática de esta feria era la poesía –lo siento, no soy precisamente una amante empedernida de este género–, tampoco existía una gran motivación al respecto. Siempre he pensado que los eventos como son las ferias o los festivales producen una especie de causa efecto en su entorno más inmediato, provocando que algunos lugares realicen actividades culturales relacionadas, aprovechándose de la sinergia que un evento de este tipo genera en el centro de la ciudad. En la gran mayoría de las ocasiones, la diversión suele estar precisamente fuera de estas grandes ferias o de algunos festivales de gran envergadura. Lo oculto, lo recogido, lo "casual" suele crear una mayor atracción, obteniendo un resultado perfecto, alejado completamente de las restricciones de un horario, un entorno incómodo o un ambiente poco amistoso enclaustrado en las limitaciones de un calendario de eventos.
Quizá la Feria del Libro de Granada debería plantearse la siguiente edición como ya lo hicieron festivales como Hocus Pocus, en el que las actividades que tienen lugar en sitios asociados por toda la ciudad provocan que los clientes potenciales del evento repartan consumo y emoción a partes iguales, propagando ese entusiasmo mediante el boca a boca y el "petit comité". Se dice que ésta Feria ha batido completamente récords de asistencia, situándose entre las más exitosas de toda su historia. Particularmente, y sacando a colación mi vena más poética, debo reconocer que, tras analizar seriamente mis sensaciones hacia el evento durante estas semanas, mi alma en ningún momento se ha visto levantada en volandas hacia la amable cuna que la literatura y su ambiente podrían haberme ofrecido, acunando mi imaginación entre letras e insuflándole deseos a mi musa de ponerse a trabajar en mi creatividad para un futuro más prolífico. Ya sea en cuestión de escrituras, lecturas o como viene siendo algo más común, hacia ninguna reseña digna de destacar, como ha sido este caso. Desde aquí mando mis mejores deseos al comité de personas que se estén planteando la temática de la siguiente feria y su organización, a ver si de esta forma la energía positiva les ayuda y por lo menos para mi gusto, consiguen dar esta vez en el clavo.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.