La poca fuerza, en palabras de un lector cualquiera como el que escribe estas líneas, con la que comenzó "Amanecer de los Jedi" no ha hecho, sin embargo, que pueda dejar la mente en blanco y disfrutar de Prisionero de Bogan, la segunda entrega de esta serie que se sitúa nada más y nada menos que casi veintisiete mil años antes de Una nueva esperanza. Seamos justos, La tormenta de Fuerza adolecía de disponer de demasiadas secuencias de acción, pocos artefactos decorativos que sumerjan al lector en una época tan antigua de una galaxia muy, muy lejana, y un dibujo que podía dejar que desear en muchas de las viñetas del cómic, como si Jan Duursema hubiera entregado con prisa las páginas y así cumplir con los plazos acordados.
Pero gracias a la Fuerza, en los cinco números que forman el tomo en rústica de Prisionero de Bogan todo cambia respecto a su predecesor. Mantiene el espíritu de la saga, pero incorpora ciertos elementos que podíamos echar en falta en aquella primera toma de contacto con la serie, como por ejemplo esa sensación de misticismo que parecía haberse olvidado en la primera parte, secuencias de acción insertadas en los momentos adecuados (en lugar de que la mitad del volumen se centre exclusivamente en eso) y, por encima de todo, los temas que ha hecho famosa la saga galáctica como las dudas morales de los protagonistas o el autodescubrimiento, entre otras cosas. Los personajes siguen siendo bastante planos, y están construidos a base de pinceladas de personalidad, siendo el más interesante de todos ellos el misterioso guerrero conocido como Xesh, y cuyos poderes de la Fuerza y dudas sobre a qué bando pertenecer (si al de los je'daii o al de sus crueles amos rakata) son lo que mueve toda la serie.
Por otra parte, Jan Duursema continúa con el mismo estilo particular que la caracteriza, pero mejorando el apartado artístico del cómic respecto al primer arco argumental, donde había muy poca sustancia visual. En esta ocasión, y gracias sobre todo al guión de Ostrander, hay más variedad de escenarios, peleas y composiciones, lo que hace de Prisionero de Bogan un tebeo mejor acabado que el anterior en este apartado (sumado al color y los fondos de Wes Dzioba, que no resultan decepcionantes en absoluto).
De momento no se convertirá en una de las mejores series de la saga galáctica en cómic, y tras el pequeño bache que supone La tormenta de Fuerza, esta segunda parte de la época pretérita de la saga es mucho mejor que la primera. Todos aquellos lectores que tengan dudas sobre continuar o no con Prisionero de Bogan, mi respuesta es que sí.
Rústica, 128 págs, 14,95 €. No disponible en ebook
Traducido por V. M. García de Isusi.
Segunda entrega de 'Star Wars: Amanecer de los Jedi'.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.