Críticas de cine: «Hércules», La Roca se vuelve griego

La mitología griega es una continua fuente de ideas para el mundo del cine, y Hércules se suma al montón de las películas de aventuras inspiradas por ella.

Lo reconozco: Brett Ratner nunca ha sido de mi devoción, especialmente después de acabar con todas las posibilidades argumentales de los mutantes en X-Men: La decisión final, pero sin embargo no me he resistido a ver Hércules por dos razones: buscaba una cinta palomitera de aventuras que me entretuviese sin más, y porque Dwayne "La Roca" Johnson parecía perfecto para el papel. En los dos casos he acertado, y aunque estaremos todos de acuerdo en que Hércules no es el máximo exponente del cine de aventuras, por lo menos se deja ver y te da lo que promete, ¿para qué ir al cine esperando otra cosa?

La premisa es lo que me ha parecido más interesante: Hércules ha ido ganando fama gracias a sus magníficas hazañas –idénticas a las que todos conocemos–, pero quizá el origen de dichas hazañas no sea el mismo, puede que solo sean exageraciones de los bardos y que en realidad tuvo ayuda de sus compañeros de grupo. Pero el personaje principal tiene bastante carisma y nos creemos su proezas a pies juntillas, y ciertamente es el mejor elemento de la cinta: Dwayne Johnson parece estar hecho para el papel de Hércules, y de no ser por él la película hubiera sido un fracaso absoluto. De acuerdo, no es que el actor tenga demasiadas cualidades interpretativas, pero no podemos pedirle peras al olmo y desde luego cumple perfectamente con su cometido.

Hércules es, simplemente, una película de acción donde se van sucediendo las escenas una tras otra y sigue el mismo esquema en este tipo de películas: presentación del grupo de personajes principales, el encargo de una importante misión por parte del rey, descubrimiento de que hay algo más siniestro en el mundo, y lo siguiente ya lo conocéis. En cuanto al grupo protagonista, parece sacado de una partida de Dungeons & Dragons: la amazona de puntería perfecta, guerrero berserker que está como una cabra, el sabio profeta que hace la función de hechicero, el pícaro curtido en mil batallas cuya personalidad le permite tener una actitud un poco diferente al resto, y el guerrero forzudo que es el nexo común del grupo y la estrella principal, aquel del que todo el mundo ha oído hablar y al que quieren contratar para que resuelva sus entuertos. La película está basada en un cómic de Steve Moore y Admira Wijaya titulado Hercules: The Thracian Wars, que no he tenido el placer de leer, pero que presenta un mundo bastante realista donde las criaturas fantásticas y demás parafernalia mítica no existe, visión que a mi me ha parecido atractiva. En cuanto al reparto que no es Dwayne Johnson, nada especialmente destacable: Ian McShane, Ingrid Bolsø Berdal (la mejor después de Johnson) John Hurt (bien como siempre), Rufus Sewell interpretan correctamente su papel, sin alardes, aunque quizá Joseph Fiennes está demasiado exagerado para mi gusto.

No esperéis más de lo que ya he expuesto, salvo que por lo menos Hércules tiene unos cuantos elementos interesantes como una batalla bastante más efectiva de lo que esperaba, alguna que otra escena épica al grito de "¡Yo soy Hércules!", y los extraños acontecimientos que han forjado el origen del personaje. Es una película palomitera de las de ver y olvidar pronto hasta que la vuelvan a echar por la tele porque no tiene demasiados argumentos por sí sola como para sacarle más carne de la necesaria, pero su propósito está cumplido si no sois demasiado exigentes (imagino que entonces no habríais pagado por ella en el cine) y para todos aquellos que se lo preguntan: sí, es mejor que El rey escorpión y que los viajes de Kevin Sorbo por esa frondosa Grecia clásica.

por Loren Sparrow octubre 12, 2014