22 de octubre de 2014

Críticas de TV: 'Arrow' temporada 3, episodio 1: La calma

Comentamos la tercera temporada de Arrow.


Lo advierto con antelación: las críticas o resúmenes de los capítulos que me dispongo a hacer de la tercera temporada de Arrow no están sustentados en mis conocimientos de los cómics –siempre me ha tirado más Marvel que DC–. De todas formas, intentaré reducir la cantidad de spoilers que pudieran surgir a medida que voy comentando cada capítulo, pero como comprenderéis, es difícil narrar mis impresiones sobre algunos acontecimientos y sin desvelar nada del argumento cuando estamos hablando de una tercera temporada, por lo que os animo a que seáis responsables y a que si no habéis visto las dos primeras temporadas lo hagáis antes de leer lo que viene a continuación. Eso si, lo que nunca haré será revelar nada del capítulo, respetando que haya quien aún no lo haya podido ver. En ese aspecto podéis estar tranquilos. Y dicho esto...

Arrow 3x01: La calma

Tras la derrota de Deathstroke en la segunda temporada de Arrow, nos quedamos con las ganas de ver si realmente Oliver Queen utilizó su cariño por Felicity Smoak para engañar al malo, o si realmente estaba ocultando el verdadero cariño que siente por ella. También estaba por resolver lo que el destino le deparaba a Thea Queen, la hermana de nuestro protagonista, ya que como vimos en el final de la segunda temporada, se reencontrará con su verdadero padre y se introducirá de forma salvaje en el lado más oscuro de los habitantes de Starling City.


En este primer capítulo de Arrow 3ª temporada volveremos a ver a los personajes que ya conocemos por la primera y segunda temporada: John Diggle (David Ramsey), Felicity Smoak (Emily Bett Rickards), la familia Lance al completo –Quentin (Paul Blackthorne), ahora como jefe del departamento de policía, Laurel (Katie Cassidy) y la asesina Sarah (Caity Lotz)– Canario Negro y al fin una incorporación al reparto de actores principales como noticia de última hora con Roy Harper (Colton Haynes) como Flecha Roja.


La calma nos enseña en todo momento la distancia que existe entre las dos personalidades del protagonista, en este caso Oliver Queen y su alter ego Arrow, y el antiguo CEO de Industrias Queen prácticamente no se aprecia ya; atrás quedaron los excesos y esa forma chulesca de tomar decisiones dentro de esa liga de justicieros de Starling City. Ahora veremos a un Oliver más cercano, más sensible, tanto que es capaz de dar el paso gracias a su buen amigo John Diggle para reconocer al fin muchas cosas a las que llevaba dando vueltas desde la primera temporada.


La novedad de esta temporada –apartede ver a Lorel metida en todo el tema de Arrow, cosa a la que no acabo de acostumbrarme–, es que volverá la droga de Vértigo, pero no de manos del llamado Conde Vértigo (Seth Gabel) –al que detuvieron en la segunda temporada–, sino que será Werner Zytle (Peter Stormare) con el sobrenombre de Vértigo, el encargado de sacarla de nuevo a escena, pero en esta ocasión modificada para que muestre el mayor miedo del sujeto al que se le inyecte. ¿Es cosa mía o tiene muchísimo parecido con el Espantapájaros de Batman?

Industrias Queen es otro de los lugares que volvemos a visitar en esta tercera temporada, donde Oliver Queen y Felicity Smoak tratan por todos los medios de recuperar la compañía familiar. Eso sí, tras un discurso manido e insípido por parte del ex-millonario, aparece la figura de Ray Palmer, que tras un despliegue de tecnologías y tácticas de marketing fuera de serie se hace con la confianza de todos los accionistas y pasará a renombrar la ciudad como Star City. Imagino, por los cómics, que este personaje aún tiene mucho que decir en la serie de Arrow, y dudo que se quede en un segundo plano, y mucho más pensando por las manos por las que ha pasado Industrias Queen desde la muerte de Robert Queen, el padre del protagonista.


Tras unas cuantas explosiones, algunas que otras sonrisas, unas cuantas peleas y otros tantos flashbacks –en el que se nos muestra otra parte del pasado de Arrow, pero esta vez en Hong Kong y en manos de la organización secreta A.R.G.U.S.–, descubriremos un final digno de la catalogación de cliffhanger. Quizás ha sido un poco apresurado, y los que conocemos al villano en cuestión sabemos que tiene formas bastante curiosas de enseñar ciertas lecciones a sus pupilos, pero creo que no hay mejor forma de enganchar al público que con una muerte selectiva.


En este primer capítulo se demuestra que los guionistas se han puesto las pilas, y van a intentar compensar la lentitud de la primera temporada y el desbarajuste que Deathstroke provocó en la segunda: un poco de equilibrio para los personajes, algo más de oscuridad en algunas tramas, y como no, mucho misterio de cara a lo que podrá pasar o no en un futuro. Lo que sí espero de verdad es que a la buena de Felicity dejen de destacarla como una chica atolondrada y algo infantil y le aumenten en al menos en un 5% su nivel de madurez. Es en mi opinión uno de los personajes mejor caracterizados de la serie, y sería una pena que pasase a un segundo plano por falta de atención por parte de los guionistas. Estoy esperando como loca el siguiente capítulo, ¿y vosotros?

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