Debo admitir que desde hace muchos años soy una amante de las series policíacas. He pasado por
Cops,
Ley y orden, las diferentes temporadas de
CSI o
El mentalista, y como no podría ser de otra forma, me volví loca con las historias de Stieg Larsson. Tengo los libros, los cómics y también las películas –no el remake americano, sino el original con Noomi Rapace y Michael Nyqvist como protagonistas–. Supongo que por esta razón es por lo que me llamó tanto la atención
Galveston. Es cierto, por ahora no he podido ver inguna temporada de
True Detective –cuyo creador es el autor de este libro–, pero sí que me picaba la curiosidad el hecho de que Nic Pizzolatto se lanzase a escribir una novela que podía encajar perfectamente en mis planes de lectura. No llega a las trescientas páginas, está escrito de forma ágil y sencilla –sin llegar a insultar a la inteligencia, claro está–, y además su personaje principal encajaba a las mil maravillas con ese tipo de protagonista que tiene más personalidad que el propio libro.
La novela comienza con la siguiente cita de William Faulkner:
"¿Cuántas veces he estado a cubierto de la lluvia bajo techo ajeno, pensando en mi hogar?". Creo que le viene al dedo a esta historia ya que tanto el protagonista como su futura compañera encajan milimétricamente con el significado de esta frase tan sencilla: ella porque nunca sabe aprovechar las oportunidades que se le dan y él porque directamente nunca ha intentado vivir otro tipo de vida. El cáncer que se le diagnostica a Roy Cody –su alias es Big Country– es el detonante de la narración de
Galveston,
una historia plagada de desesperación, ironía y cierto humor negro. El personaje de Roy es del tipo que a muchos les gustaría parecerse pero con el que prefieren no cruzarse, y su vida se ha limitado a experimentar lo que supone el tener que huir de la mafia, está llena remordimientos y ha sido al fin y al cabo una vida vivida por puro azar.
Galveston nos adentra en su historia mediante diferentes hechos bien diferenciados: la noticia del cáncer que ha plagado los pulmones de Roy Cody, su encerrona en uno de los trabajos que hace para Stan –el jefe mafioso de la zona– y su encontronazo con una chica asustada llamada Rocky en una de las habitaciones de la casa donde se produce la única matanza de la historia.
El libro es tanto la historia de una huida como una forma de hacernos comprender cómo puede funcionar la mente de aquellas personas a las que la vida les ha obligado a sobrevivir con lo puesto, en este caso la de una pareja complicada, cada uno con sus manías, sus miedos y sus personalidades bipolares. Ella vivió una mala infancia y se ha dedicado a salir adelante cultivando poco a poco una sensual sonrisa que siempre le ha pagado las facturas. Él, callado y cauto, ha vivido siempre a la sombra de Stan, de la vida que él le ha proporcionado, con una pistola en su pantalón y un plan alternativo dentro de una bolsa de deporte «por si algo salía mal». Jamás pensó que un cáncer podría llevarlo a cometer ciertas locuras que podrían terminar por salirle caras.
Galveston es una novela negra, tal cual. No veremos aquí ver nada de género policíaco, y de hecho no aparece ni un solo policía en todo el libro. Tampoco se realizan investigaciones criminalísticas ni podremos deleitarnos en nuestra ignorancia cuando el forense de turno abra la boca para decir qué es lo que ha descubierto. Nic Pizzolatto se centra por completo en las miserias y desdichas de Roy y Rocky en un vals de frustraciones, furia y miedo, escrito además en primera persona para poder meternos en la piel del protagonista como si fuese una segunda piel.
Debo reconocer que mi género predilecto no es la novela negra: no he leído tanto del género como quisiera y tengo algunas dudas sobre si lo que he leído está dentro de una calidad razonable o no para los que sin duda saben más que yo. Quizás lo que he echado de menos es una mayor profundidad en la historia. Más parece una road movie que no la historia de un sicario que huye de su jefe. No sabría explicar de forma objetiva qué es lo que le ha faltado, pero creo que Nic Pizzolatto no ha llegado a alcanzar el clímax con Roy Cody. Es cierto, tiene una profunda carga emotiva, pero creo que el final podría estar muy apresurado. Más parece que el autor no supiese muy bien cómo compaginar la cautela de Roy con lo que necesitaba que pasase en un argumento ya escrito.
Pero Galveston no deja de ser una novela curiosa, interesante para leer cuando se necesita descansar entre otras lecturas algo tediosas. Empezó francamente bien, pero a medida que he ido acercándome al final es como si al escritor le costase seguir la historia. Una pena, aunque quizás sí que pueda servir para iniciarse en el género. A mi por lo menos me han dado ganas de leer más cosas parecidas.
por Cyram
febrero 12, 2015
3 comentarios
True Detective está muy bien, aunque el final me pareció algo decepcionante, imagino que no debe ser el fuerte de Nic Pizzolatto (autor con grandes influencias de Thomas Ligotti en su filosofía btw...)
Eso sí, el remake americano de David Fincher es infinitamente mejor película que las suecas, al menos en lo puramente fílmico...
Es cierto que hay escritores que flaquean en los finales, puede ser que Nic Pizzolatto sea uno de ellos, si.
Me parece una muy buena reseña sobre todo en la captación contextual del argumento. Y la novela me parece excelente.
Saludos
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.