TNT emitirá la tercera temporada de 'Vikingos' el 22 de abril

Los que habéis disfrutado con Los Tudor seguro que os alegrasteis cuando History Channel le pidió a Michael Hirst una serie sobre el vikingo Ragnar Lodbrok, famoso caudillo que saqueó gran parte de Gran Bretaña y a cuyas tierras llegó utilizando un sistema especial de orientación entre bancos de niebla en alta mar compuesto por un tablero de sombras y una piedra solar. Pues bien, la tercera temporada de Vikingos se estrenó el pasado 19 de febrero en Estados Unidos, y la emisión en España está prevista para el 22 de abril en el canal TNT. Aunque algo tarde respecto al estreno en el extranjero, es una buena noticia para todos aquellos que nos hemos enganchado sin solución a esta fantástica serie, recomendada tanto para amantes de la historia como para aquellos a los que les mueve el espíritu de la épica.

La primera temporada de Vikingos empezó a emitirse en marzo de 2013, y en ella se nos presentaba a una humilde familia de granjeros y pescadores que vivía en la orilla del mar y cerca de una aldea conocida como Kattegat. La forma de ser del protagonista, Ragar Lodbrok, se impuso a la del Conde Haraldson (Gabriel Byrne), quien por culpa de su acomodada vida y una gran estrechez de miras, terminó enfrentándose a Ragnar en una batalla que definiría el rumbo de la serie y de la misma historia.

En palabras de numerosos expertos e historiadores, esta coproducción canadiense e irlandesa ha dado a luz una de las series históricas más exactas de los últimos años. La intencionalidad didáctica de Vikingos y, por tanto, su mimo por los detalles, no han sido impedimento para desarrollar personajes tan carismáticos como Ragnar Lodbrok (Travis Fimmel), su esposa Laguertha (Katheryn Winnick) y otros tantos protagonistas que hemos visto a lo largo de las dos primeras temporadas. Es extraordinaria la forma de representar los edificios, los barcos, el vestuario, la adoración a los dioses o el modo en el que se muestra la sociedad de esos guerreros vikingos y su relación con el cristianismo y otros reinos que son invadidos en busca de tierras que saquear y, en último término, que cultivar. Es cierto que Michael Hirst se ha tomado alguna que otra licencia narrativa, pero todos los entendidos que la han podido ver han asegurado que sus puntos positivos superan con creces a los negativos.