28 de abril de 2015

Críticas de TV: 'The Walking Dead' temporada 5, episodios 13 y 14


Desde que comenzase The Walking Dead ha habido quienes se han centrado únicamente en los cómics, los que tan solo hemos visto la serie y los que prefieren dividirse entre ambos productos como una forma de diversificar una historia que habla de algo más que de zombis. Durante toda esta temporada, la desconfianza de Rick Grimes les ha salvado a él y a los suyos de destinos peores que la muerte. Es ahora en el poblado de Alejandría cuando intenta que la comodidad no vuelva débil a su grupo y termine por eliminar toda esa buena experiencia que han ido adquiriendo a lo largo de su viaje desde Atlanta hasta Washington.

Episodio 13: Olvida


Todos los protagonistas parecen haber conseguido encajar dentro de la comunidad de Alejandría. Inicialmente las cosas marchan bien, todo es bonito y da la sensación que las cosas han vuelto a ser como antes, pero Rick y Carol siguen desconfiando. El encuentro con un caminante en el exterior con una W marcada en la frente y la A que les ponen a todos en la mano al asistir a su fiesta de bienvenida al pueblo, hacen que Rick deduzca —al menos por el momento—, que algo raro debe subyacer en la aparente bondad y estabilidad del pueblo. Ya lo vieron en manos del Gobernador y también en Terminus, por lo que Alejandría se presenta como el más peligroso de todos los lugares, aquel que les hace confiarse y relajarse hasta que terminen por caer en la trampa.


Cada uno intenta desempeñar un papel en la comunidad, adjudicándose tareas en las que son especialmente hábiles, pero se encuentran con que no todo en ese idílico pueblo parece ser tan perfecto. Veremos a lo que parece ser el famoso "machito" ordenando y controlando a su esposa, el niño que pilla in fraganti a Carol cogiendo las armas, y a Glenn enfrentándose al hijo de la alcaldesa porque más que un explorador, es un niñato rico venido a menos. El caso es que todos se están dando cuenta de que hay algo que apesta bajo la superficie de Alejandría, por lo que Rick, Carol y en última instancia Daryl, deciden tener a mano un plan de contingencia por lo que pudiera pasar. La relación de nuestro arquero con quien les encontró para formar parte del pueblo de Alejandría, Aaron, le hace cambiar de idea y tratar de integrarse definitivamente.


Olvida es un capítulo interesante porque plantea dudas sobre quienes son los peligrosos, si los que ya habitan en aparente paz en Alejandría o los protagonistas que han irrumpido con su desconfianza en la ciudad. El hecho de que no se hayan visto restos de ataques de los caminantes durante todo el tiempo que han estado allí y que pudieran levantar todos esos muros sin tener una historia truculenta que contar, hace que todos los que estemos viendo el episodio nos metamos algo más en la piel de Rick y los demás al desconfiar de la aparente buena alcaldesa.

Episodio 14: Desgaste


Este capítulo está marcado por varias muerte importantes y una traición, en mi opinión, bastante chabacana. Rick termina por comprender cual era la razón por la que algo no encajaba en la relación cordial que trata de mantener con Pete, el marido de Jessie —una de las habitantes de Alejandría—. Carol se lo dice cuando le comenta que el pequeño de la pareja le ha dejado caer que Pete maltrata a su madre. Llegan a la conclusión de que la única forma de hacérselo pagar es matarlo, lo que los puede meter en un grave problema de cara a la alcaldesa, mucho más cuando parece ser que el crío tampoco está bien de la cabeza. Parece ser que cuando se asusta le da por destrozar cosas, por lo que no sé si este intento de "romper las relaciones" de los nuevos acogidos con Jessie, puede ser otra forma más de pagar su frustración.

En cuanto a Glenn, se da cuenta de que el hijo de la alcaldesa es tan inútil como creído cuando al disparar a un zombi de un antiguo soldado, provoca una detonación al disparar a los explosivos que el muerto lleva encima. Tras una serie de graves heridas y la huida precipitada del compañero de Aaron —amenazando en el proceso a Eugene para intentar salvar su miserable vida—, uno de nuestros protagonistas es literalmente devorado. La aparición del padre Gabriel Stokes no hace sino aumentar la desazón cuando los traiciona a todos al decirle a la alcaldesa que ha hecho mal en dejarlos entrar porque terminarán "sacrificando las vidas de su familia para poner por encima sus propias vidas", en alusión a Rick y sus compañeros. Menos mal que todo es escuchado de primera mano por Maggie, a la que me imagino las ganas que le estarían subiendo desde los pies para abrir en canal a ese desagradecido que desde que se lo encontraron, ya que no ha hecho más que ponerles en peligro.


Con el hijo de la alcaldesa Deanna Monroe muerto, su grupo de exploración desintegrado, nuestros protagonistas diezmados —al estar Daryl fuera en misión con Aaron—, las sospechas de Monroe creciendo al abrigo de los rumores del dichoso cura y con Rick y Carol al borde de cometer una barbaridad, estamos ante un episodio que apunta maneras para dar por concluida esta temporada. Es resultado es por el momento imposible de predecir, salvo que nos planteemos que terminen quemando Alejandría hasta los cimientos para partir en dirección a Washington, comiéndose la cabeza por el camino al pensar que quizás han sacado las cosas demasiado de tiesto y que podrían simplemente haber sonreído y pasado por el aro haciendo galletas y soportando que algunos inútiles sigan provocando muertes inútiles.

Me dieron muy mala espina Alejandría y las declaraciones del hijo de Deanna al morir me dan la justificación que necesitaría —si yo fuese Rick— de salir de allí pitando.

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