25 de mayo de 2015

Reseña: 'El Ojo Fragmentado' de Brent Weeks, con el corazón en un puño


Odio a Brent Weeks. En serio. No se puede terminar un libro así y dejar a mi pobre corazón lector al borde de una taquicardia. Es más, alguien debería sacar algún proyecto de ley para evitar que este hombre plante esos finales de órdago y se quede tan ancho. Es que me lo imagino frotándose las manos con una sonrisilla maléfica tecleando la palabra “continuará”... Y es que hasta tres giros argumentales nos regala Weeks al final de El Ojo Fragmentado con su particular estilo lapidario marca de la casa que te deja ojiplático.

Perdonadme la vulgaridad, pero la única frase que se me ocurre es decir: "pa’ mear y no echar gota". De verdad, esto no es sano ni saludable para los lectores desesperados como yo, que ya estamos empezando a tachar en el calendario los días para el desenlace de la tetralogía de "El portador de Luz". ¿Ya sabéis lo que queda para que salga en castellano? ¿Lo sabéis? Pues una eternidad. Con suerte, dos años. DOS AÑOS. Lo dicho. Odio a Brent Weeks. De buen rollo y con todo mi corazón, pero lo odio.

Este libro es ambrosía, lleno de frentes argumentales principales y secundarios
Si estáis leyendo estas líneas doy por supuesto que ya habéis devorado El Prisma Negro y La Daga de la Ceguera. Si no, atención a los spoilers, que haberlos, háylos. No voy a desvelar nada de la trama del tercer libro que no esté ya contenida en la sinopsis editorial, pero a estas alturas del partido, de verdad, si no habéis leído nada antes, por favor cerrar la página e id a la librería más cercana. Me lo agradeceréis, palabra. Para los demás, bienvenidos a El Ojo Fragmentado, el tercer y kilométrico volumen de la tetralogía.

¿Dónde nos dejaba Weeks en las entregas anteriores y hacia dónde vamos? Los antiguos dioses empiezan a campar a sus anchas (¡y de qué forma, pardiez!) al tiempo que el sistema político que sostiene a las Siete Satrapías pende de un débil hilo. La herejía del Príncipe de los Colores va avanzando, desintegrando la paz política, y es hora de que todo el mundo tome partido. El único hombre que puede poner fin a todo esto, el todopoderoso Gavin Guile, el Prisma, está perdido, esclavo de un viejo enemigo al que perdonó la vida y remando como si no hubiera un mañana en una galera pirata. Además, ha perdido su habilidad para trazar y su visión se ha vuelto ácroma: no más colores, no más poder en la hora de más necesidad. ¡Mal vamos!


Por otro lado, sin la protección de su padre, Kip tiene que enfrentarse a muchos desafíos a su vuelta a la Cromería, especialmente a su maquiavélico abuelo que está imbuido en una particular guerra con la Blanca para hacerse con el poder, elegir a un nuevo Prisma y nombrarse Máster del Universo. Pero Kip no está solo, ya que a su lado tiene a Teia y Karris, y Rompelotodo tendrá que utilizar todo su ingenio para salir indemne de las guerras internas entre las casas nobles, la propia Cromería, facciones religiosas rebeldes y una orden de asesinos, el Ojo Fragmentado, que ríete tú de Assassin’s Creed.

Cómo podéis ver, con la ausencia de Gavin está el hormiguero revuelto y las perspectivas que se perfilan en lontananza no son nada halagüeñas. Para desarrollar todo esto tendréis más de mil páginas, sí lo que leéis, mil páginas de tejemanejes políticos, asesinatos, emboscadas, planes dentro de otros planes y la omnipresente y totipotente presencia de Andros Guile, el villano más molón a este lado de la galaxia. Si tras esta breve sinopsis no habéis salido corriendo a la librería de la esquina, me decepcionaríais muchísimo. Es en serio.

Pese a que El Ojo Fragmentado es sin lugar a dudas una novela de transición donde parece que no pasa nada (y la palabra clave es "parece", porque atención a las malditas pistas que va soltando Weeks como si fueran huevos de Pascua), os resultará imposible soltar el libro. O, como en mi caso, tendréis que esconderlo en la estantería más alta y no verlo so pena de mandarlo todo a tomar viento y centraros en leer, cargándoos por el camino vuestra vida laboral o académica.

Este libro es ambrosía, lleno de frentes argumentales principales y secundarios. En primer lugar, el peso de la novela se reparte en tres grandes bloques, representados por Kip, Teia y Karris. Con Kip, veremos los oscuros tejemanejes que se ocultan en el interior de la Cromería y que asemejan a una gigantesca telaraña mortal de intrigas políticas. Con Teia, veremos el auge de una peculiar orden de asesinos y fanáticos religiosos. Aquí hago un inciso: atención a H.C (sin spoilers) porque es un personaje de lo más desconcertante. O es así de obtuso, o está todo calculado hasta el milímetro y Weeks es el maldito amo del cotarro creando personajes ambiguos. Con Karris, veremos las luchas de poder en las altas esferas como consorte del Prisma que es. Estocadas de salón entre la Blanca y el Rojo, reyes de la manipulación entre bambalinas. Tengo que decir que, en este libro, el personaje de Karris me ha sacado de mis casillas. Sé que ha sido deliberado esa involución a "princesita florero que llora por los rincones", porque Weeks es así de malvado y le gusta jugar con los corazones de sus lectores de forma sádica. Y no digo más, que os spoileo.


Por otro lado, tenemos tramas secundarias y una de ellas, para dolor de todos nosotros, es la de Gavin en manos del Artillero. Sé que Gavin es el protagonista más molón de todo el libro y que una de sus frases es capaz de eclipsar a todo el elenco de personajes. Justo por eso, no esperéis verlo mucho por el libro, porque Weeks lo dosifica con un cuenta gotas. Que sí, que hay que darle protagonismo a Kip y a la Cromería, pero por Orholam, que necesitamos a Gavin Guile y sus frases ingeniosas, su encanto y su poderío luxil. Por supuesto, todo deliberado porque se ve a ojos vista que el autor ha guardado toda la artillería pesada para el último libro. Y como sigamos así, moriremos todos de un infarto. No quiero deciros mucho más, pero será especialmente angustioso y desgarrador ver la caída de Gavin a los infiernos y su pérdida de fe.

Otro arco argumental secundario que os dejará con el pañuelo en la mano, por su emotividad, y con los ojos abiertos por su desenlace, será el protagonizado por Puño de Hierro y Puño Trémulo. Si Gavin y Dazen eran la representación más envenenada del amor fraternal, la relación de estos dos grandes de la Guardia Negra os tocará el corazón.

¿Quién queda? Pues quedan tres protagonistas que apenas veremos y a los que apenas se les dedica un capítulo o alguna que otra referencia, reservándolos para la traca final. Por supuesto, hablo de Liv, Corvan Danavis y el Príncipe de los Colores. Atentos con ellos, porque van a dar mucho juego en el siguiente libro: The Blood Mirror (título provisional en Goodreads). Por no mencionar las profecías, los videntes, las cartas, la Guardia Negra… Me pongo a hablar y no termino. ¡Spoilers! ¿Por qué seguís leyendo esto y no habéis ido a comprar el libro?

Solo me queda terminar mencionado la excelente traducción de Manuel de los Reyes. Estoy convencida de que el libro es mejor que el original gracias él, porque tela marinera con la titánica tarea de traducir El Ojo Fragmentado. Eso se nota, muy especialmente en los diálogos. Estoy convencida de que Kip y Gavin no tendrían la misma chispa si los hubiese traducido otro, por no hablar del Artillero. Por Dios, es que aún se me saltan las lágrimas con los diálogos entre Gavin y el Artillero. Sin desperdicio alguno, ¡pardiez! Y esto solo puede deberse a la gran labor de traducción de hay detrás de cada frase, cada giro y cada punto y seguido. De corazón os digo que es uno de esos libros que merece la pena leer traducido en lugar de la versión original.

No quiero despedirme de esta reseña sin pegar un pequeño tironcillo de orejas a Fantascy por la edición. Veréis, yo trato con reverencia absoluta los libros y me falta ponerme guantes para pasar las páginas del cuidado que tengo. Pues bien, el gramaje de la edición es tan endeble que se me han roto varias hojas solo con pasarlas. Lo que leéis. No es mucho, solo pequeñas roturas en los bordes de las páginas, pero me han llevado al borde del infarto. Además, es molesto que el papel sea casi transparente y, para rematar, si te despistas y tienes la desgracia de poner la yema del dedo en alguna línea, ten por seguro que se emborrona ligeramente. Que sí, que son más de mil hojas, que el precio es ajustado, que hay que abaratar costes y toda la pesca, pero en serio, se me han roto varias hojas, se me han emborronado palabras solo por poner la yema del dedo encima y da miedo pasar las hojas del aspecto tan frágil que tienen. No me gustaría tener que pasarme a la edición digital con esta serie, que me encanta como queda en las estanterías. Así que creo que a todos los lectores no nos importaría pagar un poco más mientras se mantuviese la integridad física del libro.

Con esto me despido ya y os dejo que vayáis a la librería más cercana a por vuestro ejemplar de El Ojo Fragmentado. No dudéis, id ipso facto. Sin lugar a dudas, la tetralogía de "El portador de Luz" es una de las series más entretenidas, inteligentes, chispeantes, divertidas que hay ahora en el mercado de la fantasía épica. Héroes carismáticos, giros argumentales soberbios, acción y política, en primer plano y entre bambalinas, Andros Guile que vale por todos los villanos a este lado del universo y un desenlace final que se prevé épico en The Blood Mirrow. Os prometo que no os arrepentiréis… O sí, y odiareis a Brent Weeks tanto como yo, de buen rollo y con todo el corazón.
EL OJO FRAGMENTADO
Fecha de lanzamiento — Marzo 19, 2015
Editor — Fantascy

Edición — Rústica con solapas, 992 págs
Precio — 22,90 €
Traducción — Manuel de los Reyes
Serie — El portador de Luz 3


Mientras los viejos dioses empiezan a desperezarse y las satrapías se fracturan, la Cromería lucha a contrarreloj por encontrar al Prisma perdido, el único hombre capaz de detener la catástrofe. Pero Gavin Guile ha sido apresado por un viejo enemigo y ahora es esclavo en una galera pirata. Y lo que es todavía peor, ya no cuenta con la única cosa que lo definía como Prisma: la capacidad mágica de trazar.

6 comentarios:

  1. Buena reseña. Tengo el segundo pendiente de leer porque estoy esperando que el tercero salga en bolsillo, pero ya veo que casi conviene que espere a tener también el cuarto en las manos porque la cosa pinta genial. La verdad es que es un autor bastante bueno y encima su ritmo de trabajo no está mal, aunque nos duela esos dos años eso es lo menos para hacer un libro en condiciones.

    ResponderEliminar
  2. Me he visto obligado a seguirlo en inglés, y creo que con la cuarta y final pasará igual. Buena traducción de paso, es un placer releer las cosas así (porque mi inglés solo es la desesperación del que quiere saber cuanto antes que sigue).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días!
      Disculpa la molestia, sólo quería preguntarte si tienes idea de en qué libro y parte del mismo, Andros le habla (o habla de Celia, su esposa) me pareció una obra de arte todo lo que dice de ella.
      Pero no lo puedo encontrar.
      Esto en la saga "El Portador De Luz"
      De antemano agradezco tu respuesta!

      Eliminar
  3. ya lo termine, buenísimo.

    PD: alguien sabe algo de la versión es español de La Furia del Capitán el 4 de Codex Alera

    PD2: kip sigue sigue teniendo la suerte del El Coyote...

    ResponderEliminar
  4. Me identifico mucho con tu desesperación con el final del libro, por favor, este hombre es un maestro en el arte de la tortura, con solo pensar lo que tenemos que esperar para leer el final dan ganas de llorar ¡El libro es fabuloso! Me paso paso como a ti con Karris, sé que es todo parte del plan Weeks, pero que insufrible se volvió. Y con Puño de Hierro y Puño Trémulo. Me gustaría saber que opinas de la Tisis jajajaja
    Saludos

    ResponderEliminar
  5. Acabo de terminarlo, si, domingo a las 7:30 de la mañana, lo he devorado pensando que era el final de la saga pero cuando veía que esto se terminaba y acaba así... Casi me da algo, menos mal que he encontrado esta reseña y he adorado la palabra "tetralogia", no puedo esperar a por el siguiente.

    ResponderEliminar