En el marco de la quinta cruzada (1217-1221) es donde se ambienta Cruzadas: El espectro de los ojos de azogue, un relato que combina un escenario histórico, fantasía y factor sobrenatural donde un grupo de soldados son contratados y enviados a Tierra Santa con un único propósito: investigar los orígenes de la peste de Damietta.
Izu y Alex Nikolavitch presentan en Cruzadas un relato de aventuras en la mejor tradición del género: personajes con distintas habilidades, una meta común, diferentes encuentros diseminados por toda la narración, un ambiente exótico y, por supuesto, un marco histórico detallado acorde al período que representa. Para afinar lo que es Cruzadas se podrían encontrar algunos símiles, aunque leves, con películas y novelas del género. Personalmente, me gusta pensar en Cruzadas como si fuese una mezcla entre El reino de los cielos (aludiendo a la primera parte de la película), Los tres mosqueteros, The Walking Dead y Alien.
El guión de Cruzadas rebosa acción y no hay pausa para el espectador más allá de los típicos interludios donde los personajes recopilan información que les sirva para la aventura, tienen encuentros con personalidades importantes de la época o se pertrechan para que su cruzada no termine nada más empezar. Pero donde verdaderamente destaca es en los lápices del artista chino Zhang Xiaoyu, a quien ya vimos en una de las historias cortas que componen Las crónicas de Legión de Fabien Nury, Mathieu Lauffray, Tirso Cons y otros.
Hay que decir a favor de los lápices de Xiaoyu que desprenden una enorme vitalidad, sus composiciones tienen una fuerza envidiable y es gracias al buen tamaño de la mayoría de sus viñetas que Cruzadas es un ejercicio más visual que de costumbre. Como tantas otras veces, el dibujo no sería lo mismo sin el color de Zhou Hualong y Li Jiang, quienes con su paleta transmiten justo lo que pretenden: estar ante una obra pictórica con todas las de la ley. Es una injusticia tremenda ignorar el trabajo de los coloristas de un cómic, tanto si suben el nivel del apartado o lo bajan (lo primero en este caso).
Pero no todo van a ser cosas buenas, y como toda obra escrita que se precie, adolece de algunos detalles que podrían no gustar a los que se acerquen a Cruzadas. En primer lugar, aunque los lápices y composiciones de Xiaoyu sean de admirar, habrá quienes opinen que les falta detalles (de escenario, de personajes) o que incluso el toque manga del artista no pega nada ni con el argumento ni con la época. Es una forma de verlo, pero la visión de cada artista es única y cada obra tiene su público.
En segundo y último lugar, y gracias al protagonismo que tiene el apartado artístico en Cruzadas, quizá se ha descuidado un poco el guión, no ya la trama en sí, que mantiene el interés del lector, sino los diálogos o la calidad de estos, además de la interacción entre personajes. En caso de elevar el listón en ese aspecto posiblemente hablaríamos de Cruzadas de otra forma (básicamente, que este párrafo no existiría). Eso sí, la última viñeta es de órdago (no abráis el volumen por el final, que ya nos conocemos).
En cualquier caso, Cruzadas, aún con las cosas que podrían no gustar al lector, es una interesante historia de aventuras situada en un marco histórico determinado. Esta es solo la primera parte y la trama continúa en un volumen más (mientras hablamos, la segunda parte acaba de llegar a las librerías de la mano de Yermo Ediciones y recoge el segundo y tercer álbum publicados en Francia). Si todavía no habéis visto el arte Xiaoyu en formato álbum (es muy diferente de verlo reducido, creedme), recomiendo echarle un ojo a Las crónicas de Legión, que además es una antología de relatos muy bien hecha que gira en torno a la figura del vampiro.
YERMO EDICIONES
Tapa dura. 144 págs. 34 €
28 de noviembre, 2014
Traducción de Carlos Muñoz Miralles
Serie: Cruzadas 1 (de 2)
En el transcurso de la Quinta Cruzada en Tierra Santa, una terrible enfermedad diezmó los ejércitos cristianos... ¡pero también acabó con las vidas de muchos musulmanes! Unos años después, por encargo del papa de Roma, el Gran Maestre de los Templarios deberá reclutar un equipo imposible formado por herejes, guerreros y hasta doncellas de armas tomar para infiltrarse de nuevo en las ciudades sagradas y descubrir el origen de la plaga.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.