Loki, ese esquivo personaje al que el imaginario colectivo ve con el rostro y la arrolladora personalidad de Tom Hiddleston gracias a la magia combinada de Disney y Marvel, es una fuerza primigenia y arrolladora, que no un dios, dentro de la mitología nórdica. Ese embaucador y encantador personaje ha recibido nombres tales como el Dios Astuto, el Viajero del Cielo, el Mago de las Mentiras o el Dios de las Travesura. Es, en definitiva, el Dios del Caos. ¡Y qué divertido es ser el Rey de los Tramposos!
Loki, ese soy yo. Loki el Portador de la Luz, el incomprendido, el esquivo, el atractivo y modesto héroe de esta particular sarta de mentiras. Interpretadla a vuestra manera, pero es tan verídica como la versión oficial, y casi me atrevería a decir que más entretenida. Hasta la fecha, tal y como está escrita, la historia me ha atribuido un papel poco favorecedor. Pero ahora me toca a mí salir al escenario.
Joanne M. Harris, la autora del encantador y mágico Chocolat, rinde un particular homenaje a esta díscola, caprichosa y embaucadora criatura surgida de Caos y el Fuego Primigenio. ¿Cómo lo hace? Contándonos el ciclo mitológico nórdico al completo con un lenguaje actual, irreverente, divertido, con chispa y sin meterse en camisa de once varas, nada de sesudas narraciones que espantarían al lector más pintado. Pese a la ligereza del lenguaje y la rapidez de la narración, se aprecia rotundamente la gran documentación que hay detrás de cada capítulo revisitando todos los mitos pero, esta vez, desde el punto de vista de Loki, personaje incomprendido donde los haya. Para dar cercanía y conectar con el lector, la narración está escrita en primera persona y es muy difícil evitar esa corriente de simpatía que despierta la autora hacia el personaje, disfrutándose muchísimo de esta versión de la historia desde el punto de vista del malo del cuento.
Loki es un antihéroe divertido, pendenciero, inteligente, caótico y encantador. Sin duda, Joanne Harris ha sabido captar la esencia de esta divinidad nórdica y no os va a defraudar esta narración desde su peculiar punto de vista. Además, se nota, se respira, se lee que la autora se lo ha pasado pipa escribiendo la novela, que es una gran admiradora del folclore nórdico y que se ha documentado concienzudamente para luego crear una historia ligera y divertida que encantará a todo tipo de lectores. Es más, sentiremos tal corriente de simpatía hacia el personaje de Loki que seremos incapaces de volver a ver con otros ojos a Thor, a Odín o a Freyja, palabra.
El libro se divide en cuatro partes cuyo hilo conductor es La profecía del Oráculo. Dicha profecía vaticina la caída de Asgard y la llegada de la Era del Hombre, y ya se sabe lo tiquismiquis que se vuelven los panteones divinos con los malos augurios: hay que lavarse las manos como Poncio Pilatos y echarle todas las culpas a alguien, que en este caso, es nuestro peculiar protagonista, cuyo mayor pecado es ser fiel a su primigenia naturaleza.
Volviendo a la estructura del libro, vamos a encontrarlo dividido en cuatro grandes partes (Luz, Sombra, Ocaso y Crepúsculo) relacionadas con el ciclo vital de Loki. Cada capítulo cuenta además un aspecto distinto de la mitología asgardiana, y lo hace de forma rápida, concreta, divertida y al grano: las diferentes intrigas con Thor, Balder, Heimdall, Odín y Sif, entre otros, o episodios concretos del Ragnarok. Cada uno de estos capítulos viene acompañado de unas frases lapidarias que va soltando Loki y que son verdaderas perlas de sabiduría y jocosidad, y que ilustran de forma concisa de que va a ir ese esa pequeña aventura. Ahí van algunos ejemplos: "Nunca te fíes de un rumiante…", "El amor es aburrido. Los amantes aún más", "Matar a los propios fans nunca ha sido la manera más eficaz de mejorar la imagen pública" o "Una mujer, problemas. Dos mujeres, Caos". Irreverentes, divertidas y caóticas, como el propio personaje.
Minotauro publica una edición bastante correcta, aunque me ha gustado tanto la novela que yo la hubiese preferido en tapa dura con sobrecubierta y un papel con un poco de más calidad. Pero como todo en esta vida no se puede tener, y si no que se lo pregunten al mismo Loki, me conformo con esa preciosa portada con relieve que nos muestra, como la vidriera de una catedral, el reino de Asgard y a nuestro protagonista, en forma de ave, acechándolo todo.
Debo reconocer que me acerqué al libro por la imagen mental que tengo de Tom Hiddleston y con demasiado espíritu fangirl, la verdad sea dicha. No esperaba mucho de la novela y ha sido un verdadero flechazo, por lo bien pensada y construida que está, por el carisma de Loki y por acercar al común de los mortales los entresijos de los Nueve Reinos. Pese a la ligereza de la narración y lo jocoso del personaje, la autora se ha tomado muy en serio la adaptación de la mitología nórdica. Es un libro que recomiendo encarecidamente, que os hará disfrutar muchísimo, del que aprenderéis cosas de Asgard que seguro desconocíais, aderezado con ese estilo preciosista que destila la autora de esa maravilla de libro que es Chocolat. Así que lo dicho: ¡recomendadísimo para este verano agonioso por el calor necesitado de lecturas ligeras pero con fundamento, que es como me gustan a mí las buenas historias!
Serie: Independiente
Traducción: Miguel Antón
Lanzamiento: 2 de junio de 2015
Edición: Rústica con solapas
Género: Fantasía, mitología nórdica, novela
ISBN: 978-84-450-0270-4
336 páginas
19,50 € (9,99 € en electrónico)
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.