Luuna, escrita por Didier Crisse, dibujada por Nicolas Keramidas y color de Bruno García, es una serie que trata sobre la aventura que vive Luuna, la hija del jefe de clan de los paumanok, cuando parte hacia su rito de madurez al bosque. El objetivo de la muchacha es encontrar a su tótem, entrar en comunión con él y comenzar así el resto de su vida con un nuevo papel en su tribu. Inicialmente todo va bien, salvo cuando dos deidades, una buena y otra oscura llamada Unkui, deciden repartirse el alma de Luuna. Como consecuencia, nuestra protagonista consigue dos tótems, representados por dos lobos que empezarán a seguirla: uno negro, representativo de su lado violento, vengativo y asesino que se manifiesta principalmente durante las noches de luna llena, y un lobo blanco que representa su lado compasivo, responsable y puro que sale durante las horas que luce el sol.
Por otra parte, una de las cosas más llamativas que he visto en el cómic es la distinción cuando habla uno de los dos lobos, ya que cambia el color del bocadillo y la letra a su negativo natural. Esto quiere decir que cuando el lobo blanco habla, su bocadillo es de color negro y las letras blancas, y viceversa para con el lobo negro. Para mi gusto, a la historia de esta paumanok le habría venido mejor otro estilo de dibujo, algo más oscuro, menos "Disney", pero tras conocer los acontecimientos con los que se termina este primer album, esta es una afirmación que estaría dispuesta a revisar. Creo que la oscuridad que plaga esta primera entrega, en contraposición con las escenas diurnas, es si cabe más poderosa cuanto más aire de "protagonista para todos los públicos" nos ofrece Luuna. Así que supongo que esto provocará diversidad de reacciones y dará lugar a multitud de opiniones, que serían dignas de discutir largo y tendido en buena compañía.
Sobre el guión de Crisse, he de admitir que me ha resultado algo light durante la primera mitad de este primer recopilatorio. El hecho de que además los tres geniecillos del bosque no dejen de molestar constantemente a la protagonista y entrar a escena, no hace más que aumentar esa sensación, distrayendo al lector de una historia que podría ser realmente intensa y misteriosa. Vale, es cierto que hay que mostrar de alguna manera que los paumanok pueden hablar con los espíritus y criaturas de los bosques, pero quizás el guionista se ha excedido en este aspecto.
Por suerte, a medida que nos vamos adentrando en la segunda parto tanto los entornos como la trama van cambiando ligeramente para hacerla mucho más oscura. Cada vez hablan menos los tres duendecillos rojos y Luuna va adquiriendo más contacto con el mundo espiritual del que siempre se ha hablado en la tribu, así como sobre las consecuencias que conlleva tener medio espíritu en posesión de Unkui.
En definitiva, Luuna puede gustar por varias razones: a los más pequeños porque los tres geniecillos le dan el sabor humorístico a la historia, a los más ilustrados porque el dibujo está muy bien conseguido —aunque Luuna tenga cierto parecido con la Pocahontas de Disney—, y a los más recelosos porque el final les hará desear fervientemente el segundo recopilatorio. Luuna es una buena opción para regalar, independientemente de a quien vaya dirigido el regalo, y si lo leéis antes de envolverlo seguro que os lo termináis quedando en la estantería.
LUUNA, VOLUMEN 1 | Yermo Ediciones
Tapa dura, 176 págs. 34€
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