En cualquier caso, Veil es un cómic independiente y se nota que no hay un gran propósito editorial detrás, lo que se traduce en innovar en ideas, ritmo, dibujo y todo lo que tenga que ver con una historia en viñetas. La chica que despierta sola en el metro, rodeada de ratas, ya nos deja claro que va a ver intensidad en las páginas que están por venir, pero ya no se puede decir más porque entonces la sorpresa del argumento se va por el desagüe. Eso sí, una vez se conozca el meollo del asunto puede echarse la vista atrás y profundizar en los detalles de las motivaciones de algunos personajes como Dante, lo que lo convierte en un ejercicio más interesante.
El guión está muy bien escrito, sí, pero lo que no me ha convencido tanto ha sido el apartado artístico. El dibujo de Fezjula me ha parecido muy expresivo y creo que da en el punto exacto en determinados momentos de la narración (el comienzo, por ejemplo), pero en conjunto creo que es demasiado light y no encaja del todo con lo que demanda la historia, llegando a tener escenas que pierden fuerza por el camino debido al escaso uso de las sombras y otras tonalidades propias de un relato con elementos de terror, aunque resulte muy mignolesco por momentos (ese toque Hellboy es muy delator en ocasiones); otro enfoque en este apartado pienso que le habría hecho mucho más bien a Veil. Pero la editorial y el dibujante, pese a las opiniones de los lectores, han dado en el clavo al presentar un apartado artístico poco convencional que se recuerde dentro de unos años cuando la gente piense en Veil. Y eso es quizá lo más importante.
Pero el dibujo y el color son los que son y Veil, con sus más y sus menos es un cómic bien presentado, llamativo, relativamente original, con un personaje femenino fuerte y que, lo mejor de todo, te incita a esperar una continuación, lo cual no es poco.
VEIL | Planeta Cómic
Trad. Ignacio Bentz
Tapa dura, 144 págs. 15,95€ (9,99€ en digital)
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