Muchos de los aquí presentes hemos disfrutado en más de una ocasión de las célebres historias del detective y consultor Sherlock Holmes, ya sea gracias a los libros de Sir Arthur Conan Doyle, las películas o la serie de televisión de Gatiss y Moffat, y lo que sacamos en claro es que este personaje no es uno de los que dejan al público general indiferente.
Ya sabemos que este hombre es en ocasiones frío y otras tantas algo histriónico, y es capaz de descubrir infinidad de detalles en todo lo que le rodea gracias a su poder de observación, pero debemos reconocer que no siempre todo depende de él sino de su habilidad a la hora de "pactar" con su entorno. Un ejemplo de esto son los famosos irregulares de Baker Street, un grupo de "niños perdidos" del estilo de los que de Peter Pan (vistos por primera vez en la novela Estudio en escarlata) que reciben un chelín diario por informar a nuestro detective y hasta una guinea si los chicos le proporcionan alguna pista válida que le ayude en cualquier caso en curso.
Es evidente que estos chavales despertaron pasiones en su momento, tanto en el mismo Conan Doyle como en otros autores, ya que llegaron a tener sus propios libros escritos por Michael Citrin y Tracy Mack e incluso una serie de televisión propia producida por la BBC. En sus aventuras se basa Los cuatro de Baker Street, un BD publicado por Yermo Ediciones que se ambienta años después tras la desarticulación de esos "irregulares", cuando los únicos que quedan en la banda son Black Tom, Billy Fletcher, Charlie y Watson, su gato.
Los cuatro de Baker Street recopila entre sus tapas los dos primeros álbumes originales de la serie (La cinta azul y El dossier Raboukine) que Vents d'Ouest publicó en Francia en 2009 y 2010 respectivamente (todavía está pendiente de salir el segundo recopilatorio en castellano con los álbumes El ruiseñor de Stepney y Los huérfanos de Londres). En ambas historias veremos cómo los tres chicos y el gato deciden poner fin a una serie de conspiraciones surgidas desde lo más profundo de la chistera del villano de turno venido a menos. En el primer caso, el secuestro de la chica de la que Black Tom está enamorado les lleva a investigar una casa en la que se prostituye a algunas chicas como si fuesen esclavas. En el segundo, una conspiración urdida para culpar a un grupo de anarquistas de unos recientes asesinatos truculentos que hacen pensar en el famoso Jack el Destripador, pondrán en jaque a nuestros detectives haciéndoles correr verdadero peligro mortal. El libro se completa al final con una breve guía de la época victoriana y de las aventuras del popular detective.
En definitiva, Los cuatro de Baker Street es una primera entrega realmente interesante, con un dibujo y color por parte de David Etien capaz de transportarnos sin impedimentos a la Inglaterra victoriana más cruda y misteriosa. Las expresiones de los rostros, la agilidad de algunas de las viñetas con más acción y su habilidad para darle a determinadas escenas un ambiente que bien podrían haber surgido directamente de las series de televisión plagadas de efectos especiales, es a todos los sentidos, un plato exquisito que degustar para la mente despierta de cualquier lector que realmente se precie de serlo.
En cuanto a los guionistas se refiere, imagino que Sir Arthur Conan Doyle estaría contento con el trabajo realizado, aunque le enfadase terriblemente que se siguiese hablando de ese "maldito investigador". Espero con verdadero entusiasmo la siguiente entrega.
PD: Por cierto, no sólo os lo recomiendo yo, en cuanto veáis el principio de este cómic veréis que también lo hace Régis Loisel, antiguo colaborador de Djian.
LOS CUATRO DE BAKER STREET | Yermo Ediciones
Tapa dura, 120 págs. 27€
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.