El libro contiene nueve relatos que subrayan la importancia de las tres leyes de la robótica en el universo de ciencia ficción de Isaac Asimov.
Las leyes de la robótica —creadas por el gobierno para regir el comportamiento de los robots— son el concepto primordial del que se nutren las influyentes historias de robots positrónicos escritas por Isaac Asimov (1920-1992), y también el principio básico de Yo, robot —antología publicada en 1950 a partir de nueve relatos previamente publicados en revistas como Astounding Science Fiction o Super Science Stories, posteriormente aparecidos en El robot completo—, libro que acaba de reeditar The Folio Society en una de sus famosas ediciones ilustradas.
Para esta edición, el sello británico ha querido contar con una introducción de Daniel H. Wilson (ingeniero de robótica y también autor de Robopocalipsis, novela de ciencia ficción a la que Steven Spielberg echó el ojo hace un tiempo para hacer una película). Por otra parte, en cuanto al apartado artístico se refiere, decir que el libro está ilustrado por Alex Wells, quien para la ocasión ofrece una mezcla entre arte digital y arte tradicional. Da la casualidad de que Wells es también el artista contratado para la "Trilogía de la Fundación" —futura adaptación a la pantalla por Jonathan Nolan y la HBO— que editó The Folio Society hará un par de años.
"En su introducción para esta edición [...] Daniel H. Wilson describe la influencia de la visión ficticia del futuro de Asimov. Bien sea acuñando el término «robótica» (lo cual hace en uno de los relatos de Yo, robot), o inspirando a Joseph Engelberger y George Debel para construir el primer brazo robótico, el regalo de Asimov fue alzar nuestra mirada al horizonte y mostrarnos mundos donde vale la pena vivir", señala el autor en la introducción del libro de TFS.
Yo, robot tiene en esta edición un total de 256 páginas editadas en tapa dura forrada en tela diseñada por el propio artista, además de seis ilustraciones a color de Alex Wells. El libro va dentro de un estuche, aunque no resulta precisamente barato, ya que hablamos de 29,95 libras.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.