El estudio que nos trajo las dos entregas de Torchlight nos invita a visitar un mundo sumido en el caos de la mano de un protagonista con un guante mecánico.
Después de hacer que nuestros ratones y teclados echaran humo con las dos entregas de Torchlight, el equipo de Runic Games regresa a finales de septiembre con otra propuesta de fantasía distinta a la de sus antecesores: una aventura de acción y plataformas tipo sandbox ambientada en un mundo brutal, peligroso y caótico, no exento de belleza gracias a sus bosques, montañas y numerosas formas de vida, cuyos misterios los jugadores se encargarán de explorar y tratarán de dirigir por el buen camino o sumirlo más todavía en el desbarajuste en el que se encuentra. Hob se pone a la venta el 28 de septiembre en Xbox One, PS4 y PC, este último al precio oficial de 19,99 €.
Los requisitos mínimos para poder mover Hob en PC son: un procesador Intel Core i3 de doble núcleo o superior, 4 GB de memoria RAM, una tarjeta gráfica NVIDIA GeForce GTX 500 o AMD RAdeon HD 7000 con 2 GB de memoria, DirectX 11 y 5 GB de espacio libre en disco duro.
Entre otras cosas, lo interesante de Hob es que el juego se presenta sin ningún tipo de texto o diálogo —algo similar nos propone el excelente Hyper Light Drifter—. En Runic Games han pensado que la narrativa de Hob debe ser lo suficientemente potente de por sí como para prescindir de sendos elementos, tan presentes en los juegos de hoy en día, plagados de cinemáticas y guiones de infarto.
Esto no quiere decir, sin embargo, que Hob no goce de una inmersión narrativa, ya que ésta se irá descubriendo mientras los jugadores exploran el mundo e interactúan con los escenarios y las formas de vida que habitan el planeta, sea mediante puzles, combates o cualquier elemento del que goce el juego, como por ejemplo su llamativo apartado artístico que resalta la oscuridad que se cierne sobre el mundo y los antiguos monolitos que salpican el paisaje.
Como parte de sus mecánicas y ausencia de diálogos, en Hob los jugadores tendrán que resolver puzles para reparar el planeta, lo cual hace que el paisaje cambie delante de los ojos del jugador abriendo con ello nuevas áreas a descubrir. El factor exploración no sería lo mismo sin el brazo mecánico que posee el protagonista, y que le permite tanto combatir como desplazarse por el escenario hacia zonas inalcanzables.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.