De todos los clásicos de la literatura fantástica de los años ochenta, «Las crónicas de Belgarath» de David Eddings es una de las colecciones más queridas por los lectores que crecieron en el género durante aquellos años. La obra de Eddings es un bestseller internacional, y gracias a esa pátina de nostalgia y diversión que cubre sus páginas, el sello norteamericano Grim Oak Press, especializado en la edición en formato de lujo de obras de autores diversos como Terry Brooks, Barbara Hambly o Raymond E. Feist, está en proceso de lanzar una edición que homenajee a los muchos ratos de diversión que «Las crónicas de Belgarath» ha dado a los lectores —e imágenes icónicas como el mechón blanco de Polgara, la suavidad dialéctica de Seda y el humor que impregna la saga—, pero también como uno de los clásicos fundacionales del género. La edición, aclaramos, se lanza en inglés y no hay indicio alguno de que vaya a llegar a España —hasta ahora, y debido a lo limitado de sus lanzamientos, ninguna de Grim Oak Press lo ha hecho—.
«No puedo decir cuán importante fue esta serie para mí mientras crecía», dice Shawn Speakman, escritor de literatura fantástica y editor de Grim Oak Press (la traducción es nuestra). «Tras de leer La espada de Shannara de Terry Brooks, y como resultado de enamorarme del género fantástico, leí vorazmente a Stephen R. Donaldson, Anne McCaffrey, Barbara Hambly, Raymond E. Feist y, por supuesto, a David Eddings. Eddings tenía entonces una facilidad de lectura que aprecié de veras, y además fue capaz de crear un mundo completo lleno de personajes estupendos. Es decir, ¿puede alguien olvidar a Seda? ¿O a Durnik? ¿O a Polgara? ¡Qué narices, si seguramente me he casado con una pelirroja por culpa de Ce'Nedra!», añade.
Cada uno de los volúmenes de «The Belgariad» —así se titula originalmente la pentalogía— tendrá el tratamiento típico de Grim Oak Press, es decir, libros hechos con los mejores materiales posibles, más aparte sobrecubiertas en color e ilustraciones interiores. El apartado artístico en este caso corre a cuenta de Allen Morris, quien ha reinventado a los personajes de la saga partiendo de las descripciones de Eddings y añadiendo a los libros ilustraciones en blanco y negro y algunas en color.
La saga, compuesta en inglés por las novelas Pawn of Prophecy, Queen of Sorcery, Magician's Gambit, Castle of Wizardry y Enchanters' End Game, se publicará en este formato en volúmenes independientes, y cada uno de ellos tendrá dos ediciones distintas.
En primer lugar, se podrá encontrar la edición limitada, que por 65 $ el volumen —los lectores internacionales también podrán hacerse con esta— se tiene un libro robusto encuadernado en tela y con sobrecubierta. La tirada es de tan solo mil ejemplares, de ahí lo de «limitado».
Por otro lado, y gracias a un desembolso mucho mayor, encontramos la edición numerada, que a 300 $ el tomo el lector obtiene una edición también firmada, sin sobrecubierta pero encuadernada en cuero y guardada en un estuche personalizado. La tirada es únicamente de 52 ejemplares, aunque ahora mismo esta opción ya está disponible por encontrarse los ejemplares agotados.
Los enlaces a cada ejemplar se pueden encontrar aquí.
La edición de «Las crónicas de Belgarath» en España se publicó de la mano de Timun Mas entre 1989 y 1991 —la serie original, «The Belgariad», se lanzó entre 1982 y 1984 en el sello Del Rey—, a la que siguió «Las crónicas de Mallorea» algunos años más tarde, otra serie de cinco libros. La saga inicial se compone de las novelas La senda de la profecía, La reina de la hechicería, La luz del orbe, El castillo de la magia y La ciudad de las tinieblas. Por su parte, «Las crónicas de Mallorea» —«The Malloreon»— la forman las novelas Los guardianes del oeste, El rey de los murgos, El señor de los demonios, La hechicera de Darshiva y La vidente de Kell —fueron publicadas por Timun Mas entre 1991 y 1992—
Esto es lo que contaba la sinopsis en 1989:
Belgarath el Hechicero atravesó la tenebrosa Ciudad de la Noche bajo la forma de un gran lobo y guió a Cherek y a sus hijos hacia la torre de hierro de Torak, el dios Maldito. Una vez allí, Belgarath se transformó de nuevo en hombre y condujo a todos hasta los oxidados peldaños de una escalera por la que ningún hombre había subido desde hacía dos mil años.
Llegaron a la cámara donde Torak, el dios mutilado, permanecía adormecido y atormentado por el dolor, con su rostro horriblemente marcado y oculto tras una máscara de hierro, porque al principio de la existencia había querido dominar todo el mundo y para ello se apoderó del Orbe creado por Aldur.
Pasaron ante el dios y llegaron a la estancia donde el Orbe se hallaba oculto y protegido dentro de una urna también de hierro. Cherek urgió a Belgarath a tomar el Orbe, pero el Hechicero se negó. «Yo no puedo tocarlo,. Si cualquier hombre con el más leve asomo de maldad en su interior trata de hacerlo, el Orbe lo destruirá de la misma manera que quemó a Torak. Sólo un ser de corazón puro podrá cogerlo para protegernos a todos del dios Maldito»
En la ilustración que sigue a continuación podemos echar un vistazo a Garion y Belgarath charlando animadamente en el pescante de un carro, obra de Morris:
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