eguro que conocéis el sello DC Black Label, pero por si alguien no lo sabe, dejad que diga que se trata de una colección con lo mejorcito que se ha escrito y dibujado en el universo DC —aunque también abarca obras del sello Vertigo como
—, y además no requiere tener una excelsa cantidad de información o conocimiento previo sobre el universo, ya que todas las historias que se editan —y quedan por editar— son independientes de la línea de continuidad del universo DC. Esto quiere decir que los artistas que han participado en esas historias lo han hecho con plena libertad creativa y, como ya se sabe, no hay nada mejor que dejar trotar a la bella musa de la inspiración para que los resultados sean cuanto menos... interesantes.
Uno de los títulos más llamativos publicados en DC Black Label es Batman: Caballero Blanco, que en el momento de esta reseña llegó a su segunda edición y está a punto de salir la tercera. El volumen se presenta en formato de tapa dura, tiene 232 páginas, e incluye los números 1 a 8 de las grapas publicadas en Estados Unidos entre 2017 y 2018 (también en España por ECC). Al dibujo y guion se encuentra Sean Murphy, al que conoceréis entre otras muchas cosas por trabajos en series como Hellblazer y American Vampire, junto a una buena cantidad de números de series de DC dedicadas a Batman. Pese a que el título Caballero Blanco pueda recordar al Dos Caras de las películas de Christopher Nolan, no va a ser este el caso: es al propio Joker a quien veremos desarrollarse de una forma nunca antes vista.
El Joker, por Sean Murphy.
DC Comics
Para no darle demasiadas vueltas al tema, y a título personal, puedo decir abiertamente que Batman: Caballero Blanco me ha encantado desde todos los puntos de vista, ya sea en el apartado artístico gracias al color que Matt Hollingsworth aplica a los dibujos de Murphy, así como en la variedad y riqueza argumental del guion. Aquí no hay una historia plana en la que nos movemos del punto A al punto B —con muchos kapaw, punch o ploc entre medias—, sino que tenemos entre manos un argumento meditado que ya empieza a tirar desde el principio de recursos narrativos de primer nivel (véase la llamada analepsis o flashback): al poco se sigue el ansiado “hace un año...”, la clásica pero muy interesante forma de anticipar acontecimientos sin que entendamos en realidad nada de lo que está sucediendo, hasta el momento en que, siguiendo la línea temporal, llegamos justo a ese instante ya mencionado —tranquilos, que esto no es spoiler—.
Se puede percibir cómo las viñetas van girando cada vez más cerca del propio Batman, acosándolo y encerrándolo hasta el desenlace final.
Otro de los factores más interesantes a tener en cuenta en
Batman: Caballero Blanco es que se
muestra un lado del Joker que estamos poco acostumbrados a ver: su lado más íntimo y personal, no solo en su relación con Harley Quinn, sino también con otras personas de su entorno. De esta forma se nos permite entender hasta dónde llega la locura del personaje y cual era la dinámica que podía acontecer en su vida sobreviviendo a un día normal —se entiende que sin matar a nadie ni volar nada por los aires—. Sinceramente, me ha parecido magistral el modo en el que las tendencias, sobreprotectoras por un lado, autodestructivas por el otro, de Batman, se combinan con otras de tipo obsesivo como la que caracteriza al Príncipe Payaso del Crimen.
Sean Murphy.
Dark Horse
Otros personajes del repertorio como Batgirl, Nightwing, el Comisario Gordon, el detective Bullock, la propia Harleen y el mismo Mr. Frío, también muestran actitudes y tendencias que nos hacen preguntarnos cosas como ¿realmente Batman es un héroe, o sólo es otro demente más mimado por Gordon? ¿Es posible que la megalomanía no sea algo solo propio de los villanos, sino que también pueda padecerla el propio Batman? O... ¿qué pasaría si el Joker se curase y pudiese enfocar su inteligencia para conseguir un determinado fin? ¿Será todo esto el fin de Batman? Como podéis ver, son muchísimos los interrogantes que se plantean en esta entrega de Batman.
Otra de las cosas que me gustaría destacar de Batman: Caballero Blanco es la importancia de que sea el propio Sean Murphy el que dibuje y guionice el cómic. Con esto me refiero a que hay ocasiones en que no tiene por qué salir bien —a veces quien es bueno dibujando es malo escribiendo, y viceversa—, pero en el caso de Murphy esto es algo que supera perfectamente: se puede percibir cómo las viñetas van girando cada vez más cerca del propio Batman, acosándolo y encerrándolo hasta el desenlace final.
Joker, Harley y Gordon.
DC Comics
En mi humilde opinión, pocos cómics he visto tan perfectos, tan bien hilvanados y tan interesantes. Lo mejor del apartado artístico en este caso es que esa intención se traduce precisamente en los escenarios: verdaderos contrapicados y escenas de acción que te hacen volar por las páginas gracias a la especial importancia que se le da a los fondos de dichas escenas. Sin ir más lejos, esto me recuerda bastante a los trabajos de Mark Buckingham para Fábulas y a muchas otras historias del Universo Marvel, a lo que he de sumar el haber encontrado máquinas de escribir a lo largo de la trama —a un tamaño normal, no como parte del entorno como se hacía antiguamente con el fin de reclamar la autoría de Bill Finder frente a Bob Kane en su lucha por los derechos de Batman—. Pensando que la historia está narrada en una época en la que mayoritariamente se usan ordenadores, el hecho de que aparezcan máquinas de escribir me parece un detalle sutil e indicativo.
Batman: Caballero Blanco
Batman: White Knight, 2018.
Sean Murphy. Traducción de Víctor Ibáñez. ECC Ediciones, 2020, 232 págs. Tapa dura, 25 €.
En definitiva, Batman: Caballero Blanco es un cómic de esos dignos de recordar y que puede leer cualquier persona con los conocimientos básicos sobre Batman. Aquí se incluye conocer a los villanos más relevantes como el Joker, la forma que tiene Batman de sobreproteger a su equipo, saber quién es Batgirl, quién el comisario Gordon, quién Harley Quinn, o la razón por la cual Mr. Frío mantiene a su mujer en una probeta gigante. No hace falta siquiera saber que ha habido varios chicos en el papel de Robin, que Nightwing es el segundo, y que el primero, Jason Todd, se cree que fue asesinado por el Joker. Si mientras leéis el cómic enchufáis además la banda sonora de alguno de los videojuegos de Batman de Rocksteady Studios, puedo garantizaros una inmersión total en la historia, y que os sentiréis como si vuestra casa estuviese en mitad de la ciudad de Gotham, a salvo, claro está, de que un maníaco arranque vuestra casa de cuajo, os lave el cerebro u os utilice para fastidiar a Batman. ¿De verdad os lo vais a perder?
2 comentarios
Que mostraran ese lado del joker que no estamos acostumbrados ver, lo hace más emocionante.
Totalmente. Enfoque desde otro punto de vista
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.